“Es un matrimonio que ahora tiene trabajo, una vida digna y nada que ver con el mundo de la droga”. Así se expresaba el abogado de una pareja de vecinos de Yecla que se sentaba en el banquillo de los acusados por un delito contra la salud pública.
Se les juzgaba por dedicarse vender droga. De hecho, admitieron los hechos por los que se les juzgaba. El fiscal, Manuel Campos, fue relatando que a los procesados se les intervino unas cantidades de hachís, heroína y cocaína valoradas en su conjunto en 830 euros. Los pillaron en una casa de Yecla con esas cantidades que serían presuntamente de una actividad de venta al menudeo, como se denomina en el argot.
Pese a que la cantidad de droga no era de las que salen en las noticias con grandes titulares, en un principio la pareja se enfrentaba a cuatro años de prisión cada uno. Sin embargo, el Ministerio Público modificaba su petición de pena a la baja. Tras conformidad con la defensa, la condena se quedó en dos años de cárcel para cada uno y una multa de 415 euros que deberán abonar.
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Los condenados, que ya pasaron diez meses en prisión provisional cuando fueron detenidos, gozan del beneficio de ejecución de la pena, con la condición de que no delincan en los próximos dos años.
La Justicia les da la oportunidad de encauzar sus vidas por el lado correcto ahora que están en esa trayectoria.
Es, sin duda, una buena noticia para la pareja que no tendrá que volver a la prisión. Algo que no ocurre siempre, pese a haber enderezado sus vidas.
La sentencia es firme y contra ella no cabe recurso.