La primera parte de las Fiestas Patronales de Yecla concluían con la tradicional Procesión de la imagen de la Purísima recorriendo el centro de la localidad.
El día grande las celebraciones trascurrió como se esperaba. Una multitud de vecinos y visitantes salieron a la calle para disfrutar de la procesión que arrancó y terminó en la Basílica. Una tarde fría, propia del cercano invierno yeclano, pero sin el temido viento, lo que provocó mayor seguridad en el lanzamiento en el uso del arcabuz y la creación de esa típica nube de humo al quemar la pólvora. Una nube espesa que forma parte de la idiosincrasia de estas celebraciones.
La imagen de la Virgen del Castillo realizó el recorrido en su trono adornado con miles de flores y, como es habitual, a su lado se congregaron numerosas personas que venían como desde los balcones de las casas por donde trascurrió el acto se lanzaron pétalos de flores, estampitas y muchos vivas a la Patrona.
San Cayetano
Una de las paradas más significativas de la noche tuvo lugar a la altura del mercado de San Cayetano. El Mayordomo de la Bandera, Juan Puche Forte, jugó la bandera durante unos minutos hasta que la imagen de la Virgen si situó justo a su altura. El final del juego, dio paso al lanzamiento de un gran castillo de fuegos artificiales que fue contemplado por miles de personas desde la calle San José.
La parte final de la procesión estuvo marcada por el ascenso, lento pero sin cesar, por la calle San Francisco de las principales figuras de las fiestas y el atronador disparo de cientos de arcabuces alrededor de la Basílica. Una nueva arca cerrada que retumbaba en toda la ciudad.
San Francisco
Fue uno de los momentos más comprometidos para el Mayordomo de la Bandera, Juan Puche, que tuvo que jugar la insignia durante el recorrido más largo de todos los previstos a lo largo de las celebraciones. Empezó cuando faltaba cuatro minutos para las 10 de la noche y terminó de jugar la Bandera a las 10 y 28 minutos.
Unas veces de rodillas y otras levantado, el Mayordomo fue recorriendo el camino hacia la puerta de la Basílica de forma pausada, sin prisas. El juego también llevó el mismo ritmo. La pólvora, como es de costumbre lo inundó todo y el silencio de los arcabuces dio paso al canto de los congregados en el interior del templo en su himno a la Virgen.
El final de la noche culminó con la entrada de la Patrona al templo del que salió.
Clavarios
Por la mañana, las celebraciones vivieron la proclamación de los Clavarios, los que serán Mayordomos de las próximas fiestas de 2023.
Pascual Serrano, en la insignia del Bastón, y Antonio Daniel Palao, en la insignia de la Bandera, juraron sus cargos a los pies de la iglesia Vieja ante el presidente de la Asociación de Mayordomos.