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✝️ jueves 28 marzo 2024
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La menopausia no es el final sino un nuevo renacer

¿Y si resulta que la menopausia no es el final, sino que es el inicio de una plenitud o bien, un nuevo resurgir de la sexualidad? ¿Y si todas esas preocupaciones que rondan en muchas de las cabezas, de muchas de las mujeres, al igual que también en muchas de las mentes de sus parejas, forman parte de una gran cantidad de prejuicios, de temores, mitos y realidades sobre las mujeres maduras, al mismo tiempo que saber que todas estas inquietudes limitan las vivencias, por el hecho de creer en ello más de lo que se debiera y no permitiese tener una visión más nítida de la propia realidad de la mujer que verdaderamente se es?

Uno de los motivos de esta asociación a “un final” es debido a que, a principios del siglo XX las mujeres fallecían en torno a los 40 años, siendo este hecho identificado con el final de la vida, a diferencia de hoy en día en donde la edad de perecer está entorno a los 80, y además, en muchos de los casos con buena salud.

Del griego Mens (mensualmente) y Pausi (cese), la menopausia es el momento caracterizado por la interrupción de la menstruación y algo natural que sucede prácticamente en todas las mujeres y que la forma de vivirla depende de cada una de ellas. 

Si bien la menopausia es un evento biológico, el significado atribuido a ésta es cultural, por lo que en general, las percepciones conforme a este periodo en la vida de las mujeres que experimentan todos estos cambios, están ligadas a asunciones instructivas más amplias sobre la feminidad, envejecimiento y concepciones médicas en general. 

No obstante, el climaterio es el ciclo completo en el que la mayor parte de las mujeres, que no en todas ni del mismo modo, vivencian la pérdida progresiva de la función ovárica causado por el agotamiento folicular, pasando del estado reproductivo o periodo fértil de la vida al no reproductivo, dándose al mismo tiempo una bajada de la producción de las hormonas femeninas, o sea, los estrógenos y la progesterona. 

Además, es interesante destacar que este ciclo suele durar entre 5 y 15 años, dependiendo de cada persona y en el cual se distinguen una serie de síntomas como pueden ser: irregularidades en las reglas con mayor o menor sangrado entre dos y ocho años antes, sofocos, sudoración nocturna, calores injustificados, insomnio, sequedad vaginal, irritabilidad, nerviosismo, susceptibilidad, palpitaciones, mareos, jaquecas o migrañas, una mayor sensibilidad en los pechos, pérdida de masa ósea, disminución del deseo y hasta posible dificultad para conseguir los orgasmos.

Al mismo tiempo de estar percibiendo todos estos cambios con sus respectivos signos, es de destacar también la importancia de desmitificar, responder a ciertas inquietudes y hablar de sexualidad en mayúsculas para así, abrir posibilidades al placer ante las nuevas características que en esta etapa surgen en la mujer, y por consiguiente, vivir con deseo este periodo de la vida, que puede ser tan maravilloso como cualquier otro, o incluso más si tenemos en cuenta muchos otros puntos positivos que brinda, ya que se puede manifestar con toda certeza, que esta época de la vida es la más propicia para hacer el amor con la eficacia de esa relación intersexual humana. 

¿De qué modo altera toda esta etapa a nuestra erótica?

Los registros humanos están en pleno rendimiento. La realidad erótica es rica y por ello, solamente haría falta un poco más de practicismo y un poco menos de pesimismo.

Lo curioso y significativo de la edad adulta, es que parece que se suele empezar a ver más las cosas con la realidad que con la ilusión, y los registros, cuando decae aquella, se acortan y limitan, por lo que el escenario se hace más ordinario y más a ras de tierra.

Por lo tanto, este periodo de vida puede tener el encanto propio de la edad madura, tanto como el presagio de la vejez, y entre las dos edades con las que limita, suele hacerse más el amor en ésta que está mucho más cerca de la anterior, que de la siguiente. 

 

¡En la madurez ya no se puede posponer más, y además, el cuerpo habla cuando la boca calla!

De este modo, es verdaderamente considerable el hecho de cambiar el enfoque de esta etapa y visualizarla como un momento en la vida en el que el tiempo del cual se dispone en la mayor parte de los casos, parece tener otro valor, existe un mayor conocimiento de una misma, se es más libre, etc… Es una vez más, el momento de cuidarse y de vivirse plenamente, desmitificando esta etapa desde la parte negativa y dándole el sentido y el valor que verdaderamente se merece tener, pese a encontramos con algunos obstáculos:

  • Preocupación con la sequedad vaginal, ya que una vez desaparece la menstruación, el cuerpo de la mujer deja de producir las hormonas pertinentes, el tejido de la vagina se encoje y se vuelve más delgado, provocando una menor lubricación y sequedad vaginal, dando como resultado una mayor irritación o molestias durante la penetración, por lo que sería muy positivo y de provecho tener un lubricante vulvovaginal al alcance de la mano, para ayudar con la hidratación y así, poder disfrutar en mayor medida de la relación.

 

  • Debilitación del suelo pélvico, lo que puede provocar pequeñas pérdidas de orina, que sufren un 54% de mujeres según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, y que como ayuda con esta dificultad y poder fortalecer los músculos de la pelvis, uno de los ejercicios que se pueden llevar a cabo, son los conocidos ejercicios de Kegel, o bien, las bolas chinas que han dejado de ser tan solo un juguete erótico para utilizarse con otras finalidades. Sin embargo, lo que va a ser notablemente beneficioso, con una atención más adecuada y profesional, es el hecho de acudir a un experto en la materia como, por ejemplo: un fisioterapeuta, un ginecólogo… especializado en este tema en cuestión.

 

  • Cambios en el deseo sexual, destacado por una disminución del apetito sexual durante el climaterio por algunas mujeres, ya que otras a diferencia de esto, experimentan una mayor liberación, un reconocimiento y consideración sobre sí mismas con gran intensidad. También perciben su sexualidad de manera más intensa, viviéndola como una oportunidad de empezar a disfrutar con más sabiduría, más experiencia, menos responsabilidades y más madurez en diferentes ámbitos. Pero si se siente que el deseo sexual ha disminuido con la menopausia, se pueden aplicar nuevas prácticas y juegos con la pareja. Si bien, la situación no da un giro y ésta se dilata en el tiempo generando incomodidad, inconformismo y/o malestar en la relación de pareja, al igual que con otras adversidades, es conveniente asistir al facultativo de referencia, el cual derivará al sexólogo o se puede contactar directamente con este último especialista.

 

Es un nuevo renacer, ¡Mimarse, cuidarse y vivirse como se desee!

Como ya se ha dicho en más de una ocasión, cada uno de los seres humanos, hombres y mujeres son únicos e irrepetibles, por lo que cada mujer puede vivir este momento de su vida a su modo, sin verla como un final, sino como un nuevo rebrotar. 

Es época de poner el punto final a todas aquellas cosas que no funcionan, puesto que hay mucha vida después de la menopausia.

Es la madurez en todas las dimensiones de la vida. También en la sexualidad.

La capacidad de sentir, de disfrutar y de tener orgasmos no cambia, e incluso el cese de la capacidad reproductiva puede dar una tranquilidad que aumenta en muchos de los casos el deseo de tener más relaciones. 

En definitiva, es fundamental vivir con deseo toda esta etapa de la mejor forma posible, teniendo en cuenta diferentes estrategias, tales como: llevar un buen estilo de vida y una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, desarrollar nuevos proyectos que hagan iluminar la mirada y como no, disfrutar y cultivar una buena sexualidad de calidad y divertida, ya que ésta es beneficiosa para lidiar con el estrés. Y no solo esto, sino que también es clave y valioso, el ser una apasionada exploradora del potencial del propio placer y de la excitación. De este modo, ¡Poco se va a girar la mirada hacia atrás! 

Ah… ¿Y sabes qué? Que la mayor parte de los hombres también experimentan la conocida menopausia, pero aquí se denomina “andropausia”. ¿Habías oído esto antes?

masexvita


 

Pilar Bernal
Pilar Bernal
"El cajón de la Sexualidad". Sexologa colaboradora de elperiodicodeyecla.com.

¿Y si resulta que la menopausia no es el final, sino que es el inicio de una plenitud o bien, un nuevo resurgir de la sexualidad? ¿Y si todas esas preocupaciones que rondan en muchas de las cabezas, de muchas de las mujeres, al igual que también en muchas de las mentes de sus parejas, forman parte de una gran cantidad de prejuicios, de temores, mitos y realidades sobre las mujeres maduras, al mismo tiempo que saber que todas estas inquietudes limitan las vivencias, por el hecho de creer en ello más de lo que se debiera y no permitiese tener una visión más nítida de la propia realidad de la mujer que verdaderamente se es?

Uno de los motivos de esta asociación a “un final” es debido a que, a principios del siglo XX las mujeres fallecían en torno a los 40 años, siendo este hecho identificado con el final de la vida, a diferencia de hoy en día en donde la edad de perecer está entorno a los 80, y además, en muchos de los casos con buena salud.

Del griego Mens (mensualmente) y Pausi (cese), la menopausia es el momento caracterizado por la interrupción de la menstruación y algo natural que sucede prácticamente en todas las mujeres y que la forma de vivirla depende de cada una de ellas. 

Si bien la menopausia es un evento biológico, el significado atribuido a ésta es cultural, por lo que en general, las percepciones conforme a este periodo en la vida de las mujeres que experimentan todos estos cambios, están ligadas a asunciones instructivas más amplias sobre la feminidad, envejecimiento y concepciones médicas en general. 

No obstante, el climaterio es el ciclo completo en el que la mayor parte de las mujeres, que no en todas ni del mismo modo, vivencian la pérdida progresiva de la función ovárica causado por el agotamiento folicular, pasando del estado reproductivo o periodo fértil de la vida al no reproductivo, dándose al mismo tiempo una bajada de la producción de las hormonas femeninas, o sea, los estrógenos y la progesterona. 

Además, es interesante destacar que este ciclo suele durar entre 5 y 15 años, dependiendo de cada persona y en el cual se distinguen una serie de síntomas como pueden ser: irregularidades en las reglas con mayor o menor sangrado entre dos y ocho años antes, sofocos, sudoración nocturna, calores injustificados, insomnio, sequedad vaginal, irritabilidad, nerviosismo, susceptibilidad, palpitaciones, mareos, jaquecas o migrañas, una mayor sensibilidad en los pechos, pérdida de masa ósea, disminución del deseo y hasta posible dificultad para conseguir los orgasmos.

Al mismo tiempo de estar percibiendo todos estos cambios con sus respectivos signos, es de destacar también la importancia de desmitificar, responder a ciertas inquietudes y hablar de sexualidad en mayúsculas para así, abrir posibilidades al placer ante las nuevas características que en esta etapa surgen en la mujer, y por consiguiente, vivir con deseo este periodo de la vida, que puede ser tan maravilloso como cualquier otro, o incluso más si tenemos en cuenta muchos otros puntos positivos que brinda, ya que se puede manifestar con toda certeza, que esta época de la vida es la más propicia para hacer el amor con la eficacia de esa relación intersexual humana. 

¿De qué modo altera toda esta etapa a nuestra erótica?

Los registros humanos están en pleno rendimiento. La realidad erótica es rica y por ello, solamente haría falta un poco más de practicismo y un poco menos de pesimismo.

Lo curioso y significativo de la edad adulta, es que parece que se suele empezar a ver más las cosas con la realidad que con la ilusión, y los registros, cuando decae aquella, se acortan y limitan, por lo que el escenario se hace más ordinario y más a ras de tierra.

Por lo tanto, este periodo de vida puede tener el encanto propio de la edad madura, tanto como el presagio de la vejez, y entre las dos edades con las que limita, suele hacerse más el amor en ésta que está mucho más cerca de la anterior, que de la siguiente. 

 

¡En la madurez ya no se puede posponer más, y además, el cuerpo habla cuando la boca calla!

De este modo, es verdaderamente considerable el hecho de cambiar el enfoque de esta etapa y visualizarla como un momento en la vida en el que el tiempo del cual se dispone en la mayor parte de los casos, parece tener otro valor, existe un mayor conocimiento de una misma, se es más libre, etc… Es una vez más, el momento de cuidarse y de vivirse plenamente, desmitificando esta etapa desde la parte negativa y dándole el sentido y el valor que verdaderamente se merece tener, pese a encontramos con algunos obstáculos:

  • Preocupación con la sequedad vaginal, ya que una vez desaparece la menstruación, el cuerpo de la mujer deja de producir las hormonas pertinentes, el tejido de la vagina se encoje y se vuelve más delgado, provocando una menor lubricación y sequedad vaginal, dando como resultado una mayor irritación o molestias durante la penetración, por lo que sería muy positivo y de provecho tener un lubricante vulvovaginal al alcance de la mano, para ayudar con la hidratación y así, poder disfrutar en mayor medida de la relación.

 

  • Debilitación del suelo pélvico, lo que puede provocar pequeñas pérdidas de orina, que sufren un 54% de mujeres según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, y que como ayuda con esta dificultad y poder fortalecer los músculos de la pelvis, uno de los ejercicios que se pueden llevar a cabo, son los conocidos ejercicios de Kegel, o bien, las bolas chinas que han dejado de ser tan solo un juguete erótico para utilizarse con otras finalidades. Sin embargo, lo que va a ser notablemente beneficioso, con una atención más adecuada y profesional, es el hecho de acudir a un experto en la materia como, por ejemplo: un fisioterapeuta, un ginecólogo… especializado en este tema en cuestión.

 

  • Cambios en el deseo sexual, destacado por una disminución del apetito sexual durante el climaterio por algunas mujeres, ya que otras a diferencia de esto, experimentan una mayor liberación, un reconocimiento y consideración sobre sí mismas con gran intensidad. También perciben su sexualidad de manera más intensa, viviéndola como una oportunidad de empezar a disfrutar con más sabiduría, más experiencia, menos responsabilidades y más madurez en diferentes ámbitos. Pero si se siente que el deseo sexual ha disminuido con la menopausia, se pueden aplicar nuevas prácticas y juegos con la pareja. Si bien, la situación no da un giro y ésta se dilata en el tiempo generando incomodidad, inconformismo y/o malestar en la relación de pareja, al igual que con otras adversidades, es conveniente asistir al facultativo de referencia, el cual derivará al sexólogo o se puede contactar directamente con este último especialista.

 

Es un nuevo renacer, ¡Mimarse, cuidarse y vivirse como se desee!

Como ya se ha dicho en más de una ocasión, cada uno de los seres humanos, hombres y mujeres son únicos e irrepetibles, por lo que cada mujer puede vivir este momento de su vida a su modo, sin verla como un final, sino como un nuevo rebrotar. 

Es época de poner el punto final a todas aquellas cosas que no funcionan, puesto que hay mucha vida después de la menopausia.

Es la madurez en todas las dimensiones de la vida. También en la sexualidad.

La capacidad de sentir, de disfrutar y de tener orgasmos no cambia, e incluso el cese de la capacidad reproductiva puede dar una tranquilidad que aumenta en muchos de los casos el deseo de tener más relaciones. 

En definitiva, es fundamental vivir con deseo toda esta etapa de la mejor forma posible, teniendo en cuenta diferentes estrategias, tales como: llevar un buen estilo de vida y una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, desarrollar nuevos proyectos que hagan iluminar la mirada y como no, disfrutar y cultivar una buena sexualidad de calidad y divertida, ya que ésta es beneficiosa para lidiar con el estrés. Y no solo esto, sino que también es clave y valioso, el ser una apasionada exploradora del potencial del propio placer y de la excitación. De este modo, ¡Poco se va a girar la mirada hacia atrás! 

Ah… ¿Y sabes qué? Que la mayor parte de los hombres también experimentan la conocida menopausia, pero aquí se denomina “andropausia”. ¿Habías oído esto antes?

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Pilar Bernal
Pilar Bernal
"El cajón de la Sexualidad". Sexologa colaboradora de elperiodicodeyecla.com.
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