Hoy ha fallecido a los 91 años Miguel Azorín.
Por el nombre, probablemente no les suene, pero si decimos que hoy ha muerto ‘Miguelico, el del fútbol’, seguro que a más de uno le viene su imagen a la memoria. Miguelico ha sido un hombre anónimo que ha dedicado toda su vida a una causa: el Yeclano. Primero al Club de Fútbol y posteriormente al Deportivo. Miguel representa la historia de un hombre bueno que se entregó al fútbol local.
Empezó hace más de 50 años recogiendo entradas, llegó incluso a jugar en el Hispania y acabó siendo la persona que aportaba las soluciones cuando alguien las requería. Vendía los abonos y la lotería, contestaba al teléfono, te atendía cuando ibas a preguntar cualquier cosa referente al equipo y hasta hacía la rifa de ‘El Súpergol’, el sorteo que durante muchos años alegró a decenas de aficionados en el descanso.
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Miguelico estaba para todo.
Vivía a escasos 50 metros del campo, pero su verdadera casa siempre fue La Constitución, especialmente después del fallecimiento de su mujer hace una década. Desde hace un año, le llevaban al campo en silla de ruedas, pues ya no podía caminar. Estuvo con el equipo hasta el último momento, hasta que sus fuerzas le obligaron a retirarse.
Ha sido, sin duda, la persona que más directivas, presidentes, entrenadores y jugadores ha conocido. Era toda una biblia del fútbol de Segunda B y Tercera y, en concreto, del Yeclano. Conocía y recordaba a todos los jugadores que pasaron por el club, sabía de dónde venían, a dónde iban y hasta dónde se implicaban con el equipo. «Este solo viene por las perras», decía cuando algún jugador no rendía lo esperado.
Era el hombre de las películas de vaqueros, su otra gran pasión, y que siempre visionaba en las oficinas del club. Era un referente para el equipo, para su correcto funcionamiento diario. Por eso, sería muy bonito que su puerta, esa pequeña lateral donde Miguel selló durante tantos y tantos años los abonos de los aficionados, llevara su nombre. Porque si el Yeclano sigue existiendo hoy en día a pesar de todas las dificultades por las que ha pasado en los últimos quince años es, en gran medida, gracias al trabajo desinteresado y en la sombra de personas como Miguel.
El entierro se celebra esta tarde a las 17:00 horas en la parroquia de San José Artesano.
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Descanse en paz Miguelico, ¡hasta siempre!
Lo recuerdo el año pasado cuando fui a apuntar a mi hijo al campus (hace justo un año) y cierto es que al verlo después de muchos años, recorde que era el hombre que siempre estaba allí los Domingos cuando iba a ver los partidos con mi padre.DEP