Conozcamos la musicoterapia perinatal. El uso especializado y sistemático de la música en el área de la salud, tiene distintas áreas de intervención: Terapéutica, donde se restablecen o recuperan funciones que el usuario ha visto deterioradas, educacional, donde el abordaje puede ir enfocado a mejorar conductas adquiridas erróneas o reconducir actitudes como la falta de voluntad, de habilidades sociales, déficit en el desarrollo evolutivo,etc. y preventiva, donde acompañar períodos de nuestra vida que requieren de una sensibilidad especial, como puede ser la etapa de gestación. Las sesiones de musicoterapia perinatal son un espacio para la mujer en su período de gestación, centradas en propiciar un embarazo emocionalmente sano tanto para la madre como para el bebé en cada etapa o trimestre, reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la calidad del sueño, fortalecer el vínculo mamá-papá-bebé y llegar juntos y fortalecidos al momento de dar a luz. Michael Oden, uno de los defensores más notables del parto fisiológico (entendido como aquel en el que la intervención externa es la mínima posible) afirma en su libro ”El nacimiento en la era de plástico”(2011) que las publicaciones médicas más relevantes, incluyen cada vez más, los efectos del entorno pre y perineal en la salud y las enfermedades del adulto.
La voz materna y la respiración
Existen distintas técnicas de abordaje: Canto carnático, canto prenatal, el método de Gabriel Federico, método Tomatis, etc. Se trata de técnicas para las que se requiere una formación específica y con las que los técnicos pueden establecer un buen plan de abordaje según las necesidades de cada usuario. Pero hay dos herramientas en todos ineludibles y tan naturales como el propio embarazo, el salvoconducto de la comunicación: la voz materna y la respiración. La respiración profunda y regular va a abrir el canal de parto, oxigena al feto y le proporciona más espacio. A través de ella,la madre podrá conectar en profundidad con sus sensaciones físicas, sentir el recorrido que hace su hijo mientras nace y controlar su dolor. Si la garganta se cierra, si la respiración es alta, se ciega la comunicación y la capacidad de sentir la unidad indivisible entre la madre y su bebé. La relajación de labios, mandíbula, laringe dejará pasar el aire relajando automáticamente los esfínteres, los labios inferiores y el cuello uterino, facilitando la apertura y el nacimiento. Como podemos observar en la imagen, el aparato respiratorio y el aparato reproductor comparten un gran parecido y están estrechamente relacionados, ya que la apertura de uno conlleva la relajación del otro.El trabajo de la respiración en estos meses ayudará además a calmar la ansiedad, bajar las pulsaciones del corazón y facilitará la dilatación llegado el momento de dar a luz. La premisa, es recordar a la gestante que sabe parir, conectarla con su intuición, con su conocimiento interior, con su canal de parto, apoyando con amor al niño por nacer en su proceso de descenso y nacimiento. El canto, la respiración, el sonido y el movimiento trabajarán al unísono para liberar la tensión acumulada en la espalda, la pelvis, la mente y el útero. La respiración abdominal, al inhalar baja al diafragma y empuja el abdomen. Al exhalar se iniciará el sonido, el canto en escalas en distintas modalidades, por ejemplo, en el caso del canto carnático, ayudando a la visualización, una de las técnicas más utilizadas para lidiar con el dolor del parto.
El trabajo con la voz a través del canto, vinculará a la madre con su bebé y una vez nacido, reconocerá su voz y lo tranquilizará.
Además,el placer de cantar segregará oxitocina y endorfinas, hormonas que juegan un papel predominante en el parto, empoderando a la futura mamá y haciéndola sentir capaz de tomar las riendas de su cuerpo en el momento del parto.
Beneficios para el bebé
No es casualidad que el primer sentido que el feto desarrolla es el oído, a partir del cuarto mes. Esto le permite conocer el mundo que le espera ahí afuera y le proporciona información fundamental para su desarrollo. Existen evidencias según Curelo, Pupo y Cepero(2008) que el período prenatal forma parta instructiva de la vida humana, no sólo de forma biológica, sino también psicológica. Conforme desarrolle este sentido, escuchará el riego sanguíneo de la madre, su corazón, su voz y aunque protegido por el líquido amniótico y la placenta como barrera, será capaz de escuchar sin necesidad de estímulos como auriculares o altos volúmenes, el sonido exterior, la voz del padre, del entorno en el que se desarrolla,es decir, recibirá de fuera un estímulo sensorial rico que imprimirá una huella en su personalidad, dotando al cerebro del bebé de una gran sensibilidad y plasticidad. Por ende, el esqueleto realiza un magnífico papel de altavoz, contribuyendo con la vibración y la amplificación sonora que el canto produce a través de nuestra zona ósea, a que el bebé reciba a su madre a travès de la piel. De esta forma, el niño ya puede sentirla antes incluso del cuarto mes, aunque el oído no esté formado. Sabiendo esto, ¿no es maravilloso comprobar que los huesos que sustentan el feto,la pelvis, donde el bebé se instala y crece durante nueve meses, es la zona osteogénea más rotunda y la que mayor comunicación proporciona? El canto de nanas, de mantras, realizar una canción de bienvenida junto al padre que el bebé reconocerá suya antes y después de nacer,acompañarlo con instrumentos cuyo sonido generen bienestar a la madre, crear un mundo emocional sano para enfrentarse a la vida que le espera, sentirse querido y amado, creará patrones sanos de identidad en el niño y se adaptará mejor a su nueva vida. Conocerse antes de verse, propiciará a los padres saber desenvolverse mejor con su bebé una vez nacido en situaciones de estrés. Estas sesiones de musicoterapia perinatal no sustituyen en absoluto los cursos de preparación al parto, sino que lo complementan, transformando la vulnerabilidad de la espera y la incertidumbre, en una hermosísima experiencia de autoconimiento, apertura, seguridad y plenitud.
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