Poco a poco se nos van yendo los amigos y compañeros, incluso los buenos e imprescindibles, y llamo imprescindibles a aquellos que dedicaron lo más precioso de la vida, el tiempo, a buscar lo mejor para los demás y a defender los valores éticos, incluso a sabiendas de que podían perder el otro don tan necesario, la libertad.
Hace unos días las parcas nos arrebataron a Paco Camarasa, una de esas personas buenas a las que estoy haciendo referencia. Inició su actividad política en el Partido Comunista de España a principios de los años cincuenta. Fue uno de los primeros activistas en la agrupación comunista de Yecla tras la guerra civil junto a José Martínez Navarro, Dioscórides Martínez Beltrán, Fructuoso Soriano Arques, José Jiménez Azorín, José Romero Caballero, Joaquín Sánchez Martínez, Bernardo Ortega Gil, Marcos Martínez, Francisco Bañón, Pedro Bañón, José Navarro Pascual y Vicente Palao Marco.
Fue responsable de la estafeta de coordinación y apoyo a la guerrilla de Levante junto a Bernardo Ortega en los puntos de La Lomica, Tobarrillas, Casas del Cerro, El Serral y Umbría la Pava.
Durante los años cincuenta fue miembro de la célula formada por Bernardo Ortega, Pedro Bañón, José Romero y él. Fue detenido en la tercera desarticulación de la agrupación comunista el nueve de junio de 1959 junto a José Lozano, Bernardo Ortega, Pedro Martínez y José Val. Paco Camarasa fue condenado a tres años de prisión y pasó por las cárceles de Murcia, Albacete, Alcázar de San Juan, Carabanchel y Burgos Había participado en la Jornada de Reconciliación Nacional de mayo de 1958 y en la Huelga Nacional Pacífica de junio de 1959. Salió de la cárcel en 1961 y reinició la actividad política cambiando la lucha clandestina por el trabajo en la Organización Sindical, conocida como el Sindicato Vertical, en el que fue representante de los trabajadores junto a Juan Ibáñez Jiménez y Herminio Muñoz Palao.
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Tras la cuarta desarticulación de 1966 formó parte de la dirección de la agrupación comunista yeclana junto a José Lozano Morales, Juan Ibáñez Jiménez y José Santa Férriz. En 1968 estuvo en Francia en un curso de formación y junto a Justiniano Martínez Medina, Antonio Reyes Jiménez, Anastasio Ponce y Eladio Lidón reorganizaron el PCE a nivel regional, hasta la desarticulación de 1971, en la que fue detenido junto a José Lozano, José Santa, José García Ortega, Juan Ibáñez, Bartolomé Bañón y Miguel Palao Sanjuán. Fue condenado a cuatro años, dos meses y un día de prisión por asociación ilícita y propaganda ilegal.
Ya proclamada la democracia en España, Paco Camarasa ha sido miembro de los diferentes comités locales de la Agrupación Comunista de Yecla y de Izquierda Unida, así como de la Federación de Pensionistas y Jubilados de Comisiones Obreras. Fue concejal del Ayuntamiento de Yecla durante la primera legislatura democrática entre 1979 y 1983.
Paco Camarasa ha tenido una larga vida y suficiente tiempo para sentir los rigores de una dictadura recalcitrante a partir de una resistencia al aparato represor que se cernió sobre la sociedad española a partir de 1939. Al mismo tiempo, ha sido un ejemplo de lealtad a su ideología ética de búsqueda de la justicia social y de mantener una actitud positiva de rebeldía ante el pensamiento único, alienante y vacío de valores morales con el que están intentando manipular nuestras mentes.
Su trayectoria biográfica puede servir de ejemplo a quienes buscan en eta vida otros valores alternativos a la ignominia e impostura dominantes en esta sociedad en la que domina un exacerbado individualismo materialista.
Por Luciano Palao
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Camarasa es un héroe de la democracia, él junto a otros tantos luchadores por la libertad deberían tener calles o plazas en el pueblo
Algunos que reescriben la historia, niegan que existiese la dictadura franquista, que simplemente era un régimen algo autoritario. Paco Camarasa es un ejemplo de aquellas personas que lucharon por las libertades y sufrieron la represión más cruel y el encarcelamiento por defender sus ideas. Algún día desde el Ayuntamiento se podrá hacer un homenaje de reconocimiento a todos los yeclanos que dieron los mejor de su vida para restablecer las libertades. Tampoco estaría mal dedicar alguna calle o avenida en su nombre.