A mi abuelo Pascual Ibáñez Navarro

Yecla despide a Pascual Ibáñez Navarro y su nieto José Azorín le dedica este artículo

Mi abuelo, Pascual Ibáñez Navarro, nació en Yecla el 14 de julio de 1943, en la calle San Pascual, donde creció junto a sus padres, María Navarro y José Ibáñez. Desde joven, se dedicó a lo que más le apasionaba: la talla en Ebarol. Fue su oficio y su vocación hasta los 65 años, cuando se jubiló.

Pero la jubilación no lo alejó de su arte. Todo lo contrario. La talla se convirtió en su pasatiempo favorito, y en su taller siguió creando auténticas obras de arte. Entre ellas, cuadros tallados que llegaron a exponerse, algunos dedicados a nuestra patrona de Yecla, de la que era profundamente devoto.

El corazón de una gran familia

Junto a mi abuela Guillermina, formó una gran familia: seis hijos —José Pascual, María del Mar, Ascensio, Ángel, Guillermina y Dani—, hijas e hijos políticos, y doce nietos que fuimos su alegría diaria: Alejandro, Nuria, Marta, Sergio, yo mismo, Pablo, Pablo, María Rocío, Guillermo, Marcos, Nacho y Pedrito.

Mi abuelo siempre fue un ejemplo de fuerza, de lucha, de constancia. Un hombre trabajador, humilde y con un corazón inmenso. Así lo recordaremos siempre.

Te fuiste como viviste: haciendo lo que amabas

Te fuiste tranquilo, haciendo lo que más te gustaba: ir al fútbol a ver a tu Yeclano y al cine con la abuela, como tantas veces hacíais. Nos dejaste de la mano de la mujer de tu vida, en paz, con la serenidad de quien sabe que ha dejado huella.

Ahora nos toca a nosotros continuar tu legado. Seguiremos viviendo con los valores que nos enseñaste, demostrando que siendo buena persona, como tú lo fuiste, se puede llegar muy lejos.

Y desde hoy, cada vez que haga un reportaje para este periódico de Yecla —como tú lo llamabas con orgullo—, pensaré en ti. Te los enseñaré de otra forma, para que sigas sintiéndote orgulloso de mí, allá donde estés.