Más madera. El Banco Santander, una de las entidades más reconocibles del entramado económico nacional, ha anunciado en los últimos días cuáles serán las medidas que emprenderán con el fin de minimizar el impacto que la pandemia del coronavirus ha causado en sus arcas y más en concreto en la planificación económica del vigente año. La más sonada es la ejecución de un Expediente de Regulación de Empleo en España, también conocido como ERE, que afectará a 4.000 trabajadores que perderán de manera inminente su puesto de trabajo.La entidad presidida por Ana Botín transmitió recientemente esta intención a los sindicatos, además de la de cerrar una de cada tres oficinas en España, entre 900 y 1.000, y recolocar a 1.100 trabajadores en otras sociedades de la corporación. Si finalmente se desarrollan estas medidas, que tienen como fin impulsar el modelo digital que con la pandemia está en boga, la plantilla del Banco Santander disminuiría en un 15% respecto a los 27.000 trabajadores que cuantificó la marca a finales de septiembre.En cualquier caso, cabe reseñar que estas cifras pueden oscilar en los próximos días a raíz de las reuniones que mantendrán los representantes del Santander con los sindicatos para establecer las condiciones legales del ERE. Se estima que la duración de estas negociaciones relativas al futuro despido colectivo sea aproximadamente de unos 30 días. Precedentes con la anexión del Banco PopularNo es la primera vez que el Banco Santander inicia un proceso de esta índole. A lo largo del último año se ha hecho efectivo el despido de cerca de 3.000 empleados a raíz del solapamiento de oficinas del propio Santander y el Banco Popular, que se anexionó a la entidad cántabra hace 3 años. Igualmente, en el año 2018 se llevó a cabo otro ERE que afectó a 1.700 empleados, incluyendo jubilaciones anticipadas, también por motivos relacionados con la adquisición del Popular. En esta ocasión, el consejero delegado José Antonio Álvarez ha reconocido que la intención del banco es ejercer este expediente de la mano de los sindicatos, con quien esperan alcanzar próximamente acuerdos. Por último deseó que estas salidas “no sean traumáticas”.De los ERTE a los EREEl caso del Santander no es el único a nivel nacional y son varias las empresas que han iniciado un proceso similar. Este es el caso de otras marcas como Engie Cofely, Kelvion, Coca-Cola con su fábrica en Málaga o la farmacéutica Novartis. Desde Laboralistas Murcia, despacho de abogados especializados en derecho laboral, explican que esta medida “es la mejor alternativa para las empresas que están pasando por dificultades económicas si consideran que no pueden mantener la actividad empresarial”. Es más, consideran que desde el punto de vista empresarial “en muchos casos si no se decide a tiempo realizar este tipo de procedimientos puede llevar a las empresas a situaciones más gravosas como la quiebra o el concurso de acreedores”. Por su parte, y pensando más en concreto en los trabajadores afectados, desde este bufete apuntan que “no quedan del todo desprotegidos porque cobrarán la indemnización correspondiente (puede ser satisfecha por el FOGASA en su totalidad o una parte de la indemnización) y el paro posteriormente”. Condiciones al margen, todo parece indicar que estos no serán los últimos casos de ERE en España y es que se augura un otoño e invierno verdaderamente ‘movido’ en este aspecto.
El 15% de la plantilla del Banco Santander se verá afectada por el ERE
Esta medida provocada por las dificultades económicas que ha dibujado la Covid-19 afectará a cerca de 4.000 trabajadores
Más madera. El Banco Santander, una de las entidades más reconocibles del entramado económico nacional, ha anunciado en los últimos días cuáles serán las medidas que emprenderán con el fin de minimizar el impacto que la pandemia del coronavirus ha causado en sus arcas y más en concreto en la planificación económica del vigente año. La más sonada es la ejecución de un Expediente de Regulación de Empleo en España, también conocido como ERE, que afectará a 4.000 trabajadores que perderán de manera inminente su puesto de trabajo.La entidad presidida por Ana Botín transmitió recientemente esta intención a los sindicatos, además de la de cerrar una de cada tres oficinas en España, entre 900 y 1.000, y recolocar a 1.100 trabajadores en otras sociedades de la corporación. Si finalmente se desarrollan estas medidas, que tienen como fin impulsar el modelo digital que con la pandemia está en boga, la plantilla del Banco Santander disminuiría en un 15% respecto a los 27.000 trabajadores que cuantificó la marca a finales de septiembre.En cualquier caso, cabe reseñar que estas cifras pueden oscilar en los próximos días a raíz de las reuniones que mantendrán los representantes del Santander con los sindicatos para establecer las condiciones legales del ERE. Se estima que la duración de estas negociaciones relativas al futuro despido colectivo sea aproximadamente de unos 30 días. Precedentes con la anexión del Banco PopularNo es la primera vez que el Banco Santander inicia un proceso de esta índole. A lo largo del último año se ha hecho efectivo el despido de cerca de 3.000 empleados a raíz del solapamiento de oficinas del propio Santander y el Banco Popular, que se anexionó a la entidad cántabra hace 3 años. Igualmente, en el año 2018 se llevó a cabo otro ERE que afectó a 1.700 empleados, incluyendo jubilaciones anticipadas, también por motivos relacionados con la adquisición del Popular. En esta ocasión, el consejero delegado José Antonio Álvarez ha reconocido que la intención del banco es ejercer este expediente de la mano de los sindicatos, con quien esperan alcanzar próximamente acuerdos. Por último deseó que estas salidas “no sean traumáticas”.De los ERTE a los EREEl caso del Santander no es el único a nivel nacional y son varias las empresas que han iniciado un proceso similar. Este es el caso de otras marcas como Engie Cofely, Kelvion, Coca-Cola con su fábrica en Málaga o la farmacéutica Novartis. Desde Laboralistas Murcia, despacho de abogados especializados en derecho laboral, explican que esta medida “es la mejor alternativa para las empresas que están pasando por dificultades económicas si consideran que no pueden mantener la actividad empresarial”. Es más, consideran que desde el punto de vista empresarial “en muchos casos si no se decide a tiempo realizar este tipo de procedimientos puede llevar a las empresas a situaciones más gravosas como la quiebra o el concurso de acreedores”. Por su parte, y pensando más en concreto en los trabajadores afectados, desde este bufete apuntan que “no quedan del todo desprotegidos porque cobrarán la indemnización correspondiente (puede ser satisfecha por el FOGASA en su totalidad o una parte de la indemnización) y el paro posteriormente”. Condiciones al margen, todo parece indicar que estos no serán los últimos casos de ERE en España y es que se augura un otoño e invierno verdaderamente ‘movido’ en este aspecto.