Se cumplen diez años del fallecimiento en ejercicio de su profesión del que fuera alcalde y médico Juan Miguel Benedito. A día de hoy, el primer alcalde fallecido en democracia.
En la vida hay variables que no están en nuestras manos, y entre ellas está la muerte. Recuerdo aquellos días en que al igual que ahora, los días eran más cortos y el sol salía con menos fuerza, cuando una mañana me cruzaba en la Arrixaca con Juan Miguel. Él, ya estaba muy delgado; le pregunté qué tal iba, y me dijo, pues ahí vamos, y dentro la amistad le dije, los “médicos también os ponéis malos”.
Se cumplen 10 años de aquella fecha, y sin entrar en otras cuestiones, quería recordar a su persona, que como todos los mortales tenemos luces y sombras, y nunca sabemos ni cómo ni cuándo nos llegará la hora.
La esencia de las personas más allá de las diferencias debe ser el respeto. Después de ocho años ejerciendo de regidor con sus errores y aciertos, Juan Miguel creo que era una persona buena con las presiones que un cargo electo siempre tiene y que demasiadas veces está sujeto a otras disciplinas de partido.
Después de aquella inesperada tarde de hace una década, por una subida de tensión que derivó en fallo cardiaco. No siempre el presagio de la muerte da la cara. La trágica noticia llegó cuando parecía que todo estaba bien. Como a tanta gente que dentro del debe y el haber, se le para el corazón de tanto usarlo.
Me alegra que desde hace unos años, el auditorio municipal lleve su nombre, después de su larga trayectoria y a la edad de 54 años en que sin quererlo renunció a la vida.
Una vez hablamos de fútbol; no cabía en sí de gozo por las dos ligas consecutivas que había ganado su Valencia. Al igual que recuerdo unas palabras que me dijo en 2005: médico seré siempre, alcalde no sé cuánto tiempo.
Un gran alcalde un gran médico y una gran persona ahí donde estés Juan Miguel siempre te recordaremos