El sector en general, y el trabajador del mueble, en particular, atraviesan un momento de expansión en general y de una gran demanda de mano de obra. La situación de desempleo local es la mejor desde que se conocen datos. Una ciudad donde se pensaba que el final de la pandemia iba a provocar problemas en el principal sector industrial, ya que durante las restricciones por la Convid-19 el mueble lo vendió todo porque la gente se dedicó a mejorar sus casas, sus refugios. Pero, años después, siguen los buenos números del sector. Ahora el problema es que falta mano de obra cualificada. Y ante la escasez, el trabajador capacitado puede elegir y exigir mejoras salariales y laborales. Además, hay un evidente cambio de mentalidad en el empleado. Los trabajadores buscan un equilibrio entre el trabajo y el tiempo personal.
Conciliación laboral
La jornada continua se ha convertido en una herramienta clave para mejorar la conciliación de lo laboral y lo personal. Pedro Arcas, CEO de la firma Ecus, defiende la implementación de este horario en su empresa, pese a que en su momento fue un cambio criticado: “Algunos vaticinaron hace años que íbamos a cerrar por poner horario continuo”, recuerda. Esto ha permitido a sus empleados disponer de más tiempo personal, adaptándose así a una nueva realidad donde los trabajadores priorizan el tiempo para su familia y el ocio. Esta modalidad ha sido bien recibida, y según el responsable de la madera en USO de la Región de Murcia, Javier Ibáñez, las empresas jóvenes y mecanizadas suelen optar por la jornada continua para favorecer la conciliación.Por su parte, Blas Alonso, representante de CC.OO., señala que esta demanda de conciliación no era común hace veinte años, cuando el sector dependía de largas jornadas y numerosas horas extras. Hoy, “la gente quiere salarios dignos y tiempo para ellos”, apunta Alonso, destaca el impacto positivo del control horario, que ha reducido las horas extra no remuneradas y favorecido un mayor equilibrio en la vida de los trabajadores.
Cambio generacional y mentalidad
Las nuevas generaciones han traído una mentalidad distinta a la de sus padres y abuelos en el sector del mueble. Blas Alonso explica que la gente joven rechaza las largas jornadas que solían ser la norma en un sector que necesita mucha mano de obra. “Los jóvenes no son partidarios de echar muchas horas en las empresas porque tienen una mentalidad muy diferente”, afirma. Este cambio cultural, según Alonso, también ha hecho que se valore más el tiempo personal y que el sector se adapte para atraer a este nuevo perfil de empleados.Javier Ibáñez coincide en que el trabajador del mueble busca una distribución del tiempo en el que ocho horas sean para el trabajo, ocho para el descanso y ocho para la conciliación y el ocio. También resalta que la jornada partida todavía es común en muchas empresas lo que limita la conciliación. Sin embargo, empresas modernas y con tecnología avanzada suelen optar por la jornada continua, lo que mejora el balance entre trabajo y vida personal. Esta tendencia responde no solo a la modernización de las empresas, sino también a un cambio en las expectativas y prioridades de los trabajadores.
La competitividad y el aumento de los salarios
En este contexto de crecimiento, los trabajadores se sienten empoderados para buscar mejores condiciones laborales y salarios. Javier Ibáñez explica que “los trabajadores pueden elegir”, refiriéndose a que la estabilidad y la demanda en el sector permiten a los empleados cambiar de empresa para obtener mejores salarios y condiciones. El presidente de AREMA, José Antonio Ortega, también destaca que las empresas han tenido que competir para atraer y retener talento cualificado, ofreciendo salarios competitivos y mejores beneficios laborales.Blas Alonso resalta que en los últimos seis años los salarios en el sector del mueble han aumentado un 14%, un cambio significativo que refleja tanto el crecimiento económico como las demandas de los empleados. Sin embargo, Javier Ibáñez comenta que, a pesar de estas mejoras, el salario medio sigue siendo bajo en comparación con otras comunidades autónomas, lo que ha llevado a empresas de fuera de la región a establecerse en Yecla para aprovechar los costes laborales más bajos. “Somos la China de España en este sentido”, afirma Ibáñez, refiriéndose a los bajos costes laborales que el sector del mueble de Yecla ofrece en el mercado nacional.
Retos del sector
Pese a las mejoras en conciliación y salarios, el sector del mueble en Yecla aún enfrenta desafíos importantes. Uno de ellos es la falta de personal cualificado. José Antonio Ortega destaca que “cuesta mucho encontrar personal con formación en Yecla”, una situación que limita el crecimiento de las empresas y afecta su capacidad de modernización. La falta de formación en el sector es un problema recurrente, y Blas Alonso, de CC.OO., considera que se necesita un impulso a la Formación Profesional para cubrir esta carencia.Otro reto es el absentismo laboral, que ha aumentado desde la pandemia, alcanzando un 7% en el sector, según datos aportados por José Antonio Ortega. Este aumento afecta la productividad del trabajador del mueble y representa un problema para las empresas que intentan mantener un ritmo de producción constante. Además, persiste la economía sumergida, aunque en menor medida que en el pasado. Algunos trabajadores complementan sus ingresos realizando trabajos adicionales a veces en economía sumergida, lo que genera una competencia desleal para las empresas que cumplen con las normativas legales como explica Pedro Arcas que reclama más inspecciones para que no haya una competencia desleal entre las propias empresas.Con todo, el sector y el trabajador del mueble en Yecla está viviendo una etapa de transformación, impulsada tanto por el crecimiento económico como por los cambios en las prioridades de los trabajadores.