Todo salió bien pese a las restricciones sanitarias. La Bajada volvió a sacar lo mejor de un pueblo que venera a su Virgen del Castillo que ya está en el altar mayor de la Basílica de la Purísima. A eso de las 13.15 horas de la tarde terminó el descenso de la Patrona después de una intensa mañana que comenzó a las 9 con el primer disparo del Mayordomo del Bastón, José Francisco Polo, y terminó con el último juego de la insignia de la mano del Mayordomo de la Bandera, Juan Carlos Valero.Era una Bajada especial. Después de un año de parón causado por la pandemia había muchas ganas de volver a vivir el ancestral ritual pero también incertidumbre por las medidas sanitarias que se tomaron y que provocaron restricciones para el numeroso público que siempre vive en primera persona estas celebraciones. El día acompañó. Un cielo despejado dejó ver el sol y el viento no apareció a lo largo de la mañana. Faltaban unos minutos para las 11 de la mañana cuando de nuevo el Mayordomo de la Bandera jugó la insignia delante de la imagen de la Virgen del Castillo con el tronar de los arcabuces de fondo y el repique de las campanas del santuario.
Era el momento en el que por primera vez salía a la calle la imagen de la Virgen del Castillo entre la admiración y el cariño de los vecinos congregados en la parte alta del cerro del Castillo. Había gente, pero mucha menos que la habitual.
El Mayordomo de la Bandera se situó a los piés de la escalinata del Santuario de rodillas hasta que apareció la imagen de la Patrona por las puertas del templo. Entonces empezó a jugar la Bandera, primero de pie y luego de rodillas mientras la imagen de la Patrona iba moviéndose hasta situarse en la explanada del castillo.
El disparo de pólvora sin cesar envolvió el momento vivido por el Mayordomo de la Bandera mientras que sus familiares y amigos le acompañaban a unos metros con la emoción a flor de piel. Su hija Raquel, la niña paje, portaba un vestido de época de color blanco, como corresponde al día de la Bajada de la Virgen.
Más tarde comenzó el descenso. Todos los participantes mostraban la mascarilla reglamentaria y se notaba que guardaban la distancia de seguridad entre ellos.
La imagen de la Patrona inició su descenso a la ciudad por el zigzagueante camino del santuario, por la denominada avenida del Barco de Ávila, en reconocimiento a la ciudad hermanada con Yecla.
Al llegar a la Iglesia Vieja se sumaron mucho más vecinos y se vivió el momento de mayor concentración de personas aunque ya la imagen la portaban arcabuceros vestidos y agentes de la Policía Local impedían que los presentes se agolparan cerca de la imagen.
Uno de los momentos especiales del día llegó a las puertas del consistorio. La alcaldesa, Remedios Lajara, gritaba por primera vez desde el balcón principal del ayuntamiento los tradicionales tres vivas a la Virgen. “Viva la Virgen del Castillo. Viva la Purísima Concepción. Viva la Patrona de Yecla”, se escuchó en la plaza Mayor. Un largo aplauso del público acompañó la salida de la Virgen hacia el atrio de la Basílica donde le esperaba de nuevo el Mayordomo de la Bandera, Juan Carlos Valero, de rodillas para comenzar las esperadas arcas cerradas.
Decenas de arcabuceros comenzaron el disparo sin cesar de pólvora mientras la comitiva recorría los escasos 50 metros de entrada hasta la Basílica. Fueron unos 20 minutos de juego de la Bandera y de pólvora. Unos minutos que se le hicieron cortos al Mayordomo que terminó fundiéndose en un abrazo al Mayordomo de la Bandera y a sus familiares para dar por concluida una mañana típica de las Fiestas Patronales de Yecla.
Procesión
Hoy se desarrollarán dos actos fundamentales dentro de las Fiestas para concluir la primera parte de las celebraciones. Por la mañana, se llevará a cabo la proclamación de clavarios, los futuros mayordomos de las fiestas.Ya por la tarde, comenzará la procesión por las calles céntricas de Yecla con la imagen de la Patrona. De nuevo se escucharán los arcabuces y se vivirán actos muy destacables en las celebraciones como los “castillicos” y la subida del Mayordomo de la Bandera por la calle San Francisco hasta concluir de nuevo en la Basílica.