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🍁 viernes 22 noviembre 2024
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Pupaclown, los payasos de La Arrixaca

Tenía especial interés en escribir sobre un tema. Casi un año llevaba “esperando” cita y al final lo conseguí: hoy me gustaría hablarles de un oficio muy serio, el trabajo de payaso y aprovecho la ocasión para presentarles a unos amigos.

En un mundo donde cada uno cree lo que quiere creer y ve lo que quiere ver, Pupaclown es una asociación de Payasos de Hospital: Susa Patidifusa, Cristalina, Tiko Tiko, Golosino, Membrilla, Fito Huevo Frito y Leti Confeti, forman parte de este colectivo donde, me cuentan, son hermanos por narices.

Haciendo reír desde 1998

Desde 1998, suman ya 25 años recorriendo las áreas de pediatría, acompañamiento a quirófano, UCI y habitaciones, transmitiendo ilusión a los peques que están malitos. Los comienzos en principio fueron tan novedosos como difíciles, pero poco a poco entraron en ebullición.

Los payasos y payasas, sumamente adaptados al entorno en que trabajan como una característica y larga caminata, forman un equilibrio entre la risa y la percepción del enfermo.

Seguramente para los niños y niñas que están ingresados en un hogar inusual para ellos y cuyos días se hacen muy largos, la visita esperada de los payasos sea el mejor momento del día por la inmensa labor que hacen y todo lo que alrededor conlleva.

Me dicen que en esta cadena de transmisión, ilusionismo, humor, optimismo y alegría, hay una parte fundamental: el personal sanitario; sirviendo de eslabón entre ellos, los familiares y los pacientes, puesto que con un “análisis” reposado previo a su cometido, les informan de la situación de cada niño, antes de su actuación o número programado, lo que conlleva que en ciertos casos el guion cambie con sus ingeniosas técnicas según la enfermedad y necesidad del pequeño paciente.

Los payasos son una especie de gancho, y al igual que si fueran pingüinos, el secreto del éxito está en sus plumas; en un oficio tan discreto como humilde mediante el cual tocan una de las fibras más sensibles de la vida.

Siempre van en parejas, y haciendo de compinches traman alegría con ese impulso de motivación junto a unos niños que sin excepción, son los protagonistas.

payasos de la risa

La Arrixaca es muy grande y tiene múltiples dependencias, y entre ellas el taller de los payasos en el Hospital Infantil es uno de los segmentos, ya que con sus nobles planes despiertan la mente y les aportan a los peques una más de las proteínas y vitaminas que necesitan.

Pupaclown cuenta con un equipo de nueve personas

El equipo Pupaclonw, es un equipo increíble de nueve personas, incluido en el combinado, aquellas que se encuentran en la “trastienda” gestionando y organizando para visibilizar todos los proyectos, entre los cuales está la puesta en marcha y continuidad de la atención domiciliaria; buscando los recursos públicos y privados para poder mantener un papel fundamental como lo han venido haciendo en este cuarto de siglo,

Como médicos de la risa, con su arte, aire fresco y magia son una prueba ineludible que se asemeja a las plantas por su importante cometido, producen oxigeno de día y lo consumen por las noches.

Una vez que empiezan mantienen la conversación viva, y entonces comprueban, que los niños se distraen en ese “periplo hospitalario” que incluso puede durar varios meses, hasta que regresen a casa.

Por las habitaciones pasan los médicos y los “especialistas” de la risa y desde la emoción al humor pasando por la gestualidad, con una dedicación muy acusada en la terapia de la sonrisa, son una parte curativa del alma.

El éxito de cualquier profesión suele estar unido a los mismos factores y en este caso calibrado con unas altas dotes de ilusión. Aunque con experiencia notoria, tampoco son infalibles. Para regular las emociones la risa necesita mucho mimo, ya que en ocasiones tienen que sacar fuerzas de flaqueza para levantar su banderín de enganche porque viven momentos agridulces, o de tristeza, donde con el paladar muy áspero, tienen que convivir con situaciones dolorosas.

Apasionados por su trabajo se mueven como pez en el agua, para que la estancia de los niños vestidos con pijama de hospital, sea más llevadera, haciendo todo lo posible para mejorar su salud y bienestar.

Desde la incertidumbre que como pueblo nos aguarda, los payasos estrechamente vinculados determinan su mensaje, son guardianes de la risa, se granjean con la vida y humanizan la salud; con ellos se evitarían las armas y la prevalencia de las guerras.

Un yeclano ausente entre ellos

Aquí aparecen ataviados con ropa de faena y portando el emblema de su nariz roja: Leti Confeti (Leticia Tárraga), con su gracioso bombín, a quien tuve el placer de conocer; todo un encanto y Fito Huevo Frito (Francisco Carpena) que como buen yeclano ausente y amigo, lleva un metro antiguo de carpintero que utiliza entre otros menesteres para medir la risa; ambos representan a este entrañable colectivo llamado Pupaclown.

Con la implicación de los payasos de hospital observando a los niños y que estos les vean como algo suyo muy cercano, por el escenario donde desarrollan su función, seguramente darán más que nunca sentido a lo que hacen y verán su profesión colmada.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

Tenía especial interés en escribir sobre un tema. Casi un año llevaba “esperando” cita y al final lo conseguí: hoy me gustaría hablarles de un oficio muy serio, el trabajo de payaso y aprovecho la ocasión para presentarles a unos amigos.

En un mundo donde cada uno cree lo que quiere creer y ve lo que quiere ver, Pupaclown es una asociación de Payasos de Hospital: Susa Patidifusa, Cristalina, Tiko Tiko, Golosino, Membrilla, Fito Huevo Frito y Leti Confeti, forman parte de este colectivo donde, me cuentan, son hermanos por narices.

Haciendo reír desde 1998

Desde 1998, suman ya 25 años recorriendo las áreas de pediatría, acompañamiento a quirófano, UCI y habitaciones, transmitiendo ilusión a los peques que están malitos. Los comienzos en principio fueron tan novedosos como difíciles, pero poco a poco entraron en ebullición.

Los payasos y payasas, sumamente adaptados al entorno en que trabajan como una característica y larga caminata, forman un equilibrio entre la risa y la percepción del enfermo.

Seguramente para los niños y niñas que están ingresados en un hogar inusual para ellos y cuyos días se hacen muy largos, la visita esperada de los payasos sea el mejor momento del día por la inmensa labor que hacen y todo lo que alrededor conlleva.

Me dicen que en esta cadena de transmisión, ilusionismo, humor, optimismo y alegría, hay una parte fundamental: el personal sanitario; sirviendo de eslabón entre ellos, los familiares y los pacientes, puesto que con un “análisis” reposado previo a su cometido, les informan de la situación de cada niño, antes de su actuación o número programado, lo que conlleva que en ciertos casos el guion cambie con sus ingeniosas técnicas según la enfermedad y necesidad del pequeño paciente.

Los payasos son una especie de gancho, y al igual que si fueran pingüinos, el secreto del éxito está en sus plumas; en un oficio tan discreto como humilde mediante el cual tocan una de las fibras más sensibles de la vida.

Siempre van en parejas, y haciendo de compinches traman alegría con ese impulso de motivación junto a unos niños que sin excepción, son los protagonistas.

payasos de la risa

La Arrixaca es muy grande y tiene múltiples dependencias, y entre ellas el taller de los payasos en el Hospital Infantil es uno de los segmentos, ya que con sus nobles planes despiertan la mente y les aportan a los peques una más de las proteínas y vitaminas que necesitan.

Pupaclown cuenta con un equipo de nueve personas

El equipo Pupaclonw, es un equipo increíble de nueve personas, incluido en el combinado, aquellas que se encuentran en la “trastienda” gestionando y organizando para visibilizar todos los proyectos, entre los cuales está la puesta en marcha y continuidad de la atención domiciliaria; buscando los recursos públicos y privados para poder mantener un papel fundamental como lo han venido haciendo en este cuarto de siglo,

Como médicos de la risa, con su arte, aire fresco y magia son una prueba ineludible que se asemeja a las plantas por su importante cometido, producen oxigeno de día y lo consumen por las noches.

Una vez que empiezan mantienen la conversación viva, y entonces comprueban, que los niños se distraen en ese “periplo hospitalario” que incluso puede durar varios meses, hasta que regresen a casa.

Por las habitaciones pasan los médicos y los “especialistas” de la risa y desde la emoción al humor pasando por la gestualidad, con una dedicación muy acusada en la terapia de la sonrisa, son una parte curativa del alma.

El éxito de cualquier profesión suele estar unido a los mismos factores y en este caso calibrado con unas altas dotes de ilusión. Aunque con experiencia notoria, tampoco son infalibles. Para regular las emociones la risa necesita mucho mimo, ya que en ocasiones tienen que sacar fuerzas de flaqueza para levantar su banderín de enganche porque viven momentos agridulces, o de tristeza, donde con el paladar muy áspero, tienen que convivir con situaciones dolorosas.

Apasionados por su trabajo se mueven como pez en el agua, para que la estancia de los niños vestidos con pijama de hospital, sea más llevadera, haciendo todo lo posible para mejorar su salud y bienestar.

Desde la incertidumbre que como pueblo nos aguarda, los payasos estrechamente vinculados determinan su mensaje, son guardianes de la risa, se granjean con la vida y humanizan la salud; con ellos se evitarían las armas y la prevalencia de las guerras.

Un yeclano ausente entre ellos

Aquí aparecen ataviados con ropa de faena y portando el emblema de su nariz roja: Leti Confeti (Leticia Tárraga), con su gracioso bombín, a quien tuve el placer de conocer; todo un encanto y Fito Huevo Frito (Francisco Carpena) que como buen yeclano ausente y amigo, lleva un metro antiguo de carpintero que utiliza entre otros menesteres para medir la risa; ambos representan a este entrañable colectivo llamado Pupaclown.

Con la implicación de los payasos de hospital observando a los niños y que estos les vean como algo suyo muy cercano, por el escenario donde desarrollan su función, seguramente darán más que nunca sentido a lo que hacen y verán su profesión colmada.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.
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1 COMENTARIO

  1. Una actividad muy humana la de estos payasos de la Arrixaca, donde las lágrimas son mucho más frecuente que las risas. Ante ese déficit de risas este grupo de payasos lo vienen a equilibrar en alguna medida. Me alegra además que alguien del pueblo participe en este grupo de payasos.
    Cada vez me gusta más Yecla. Al decir Yecla hablo de sus gentes en general, salvo alguna cosa.
    Este payaso (Francisco) es un buen ejemplo de gente solidaria, de gente humana, de personas que se preocupan por lo suyo y de otros, en unos momentos donde esto no es fácil, en el conjunto de una sociedad un tanto deshumanizada, que nos preocupa más si nuestra mascota ha pasado bien la noche, que cuando nos informan que cincuenta personas se han ahogado en el Mediterráneo de ellos muchos niños, como estos que los payasos intentan sacarles unas risas en momentos tan difíciles de su existencia.
    Bien es cierto que tampoco podemos hacer gran cosa, pero si tener una opinión pública que repudie estas cosas.
    Pongo en valor el «trabajo» que hacen estos payasos en el Hospital de Murcia, felicitarlos y animarlos para que sigan durante mucho tiempo.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.
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