Un café con Desy García, presidenta de AYAC

Hace algo más de tres años, escribí un artículo titulado “La chica del turbante”. Trataba sobre esa palabra en algunos casos tan cruel de la era moderna llamada cáncer. Les hablaba de una mujer que hacía poco había sido madre, y todavía hacía menos tiempo que había contraído dicha enfermedad.

Dice el escritor Juan José Millás, que la palabra es un órgano de la visión, porque cuando nombras algo o alguna cosa, en cierta forma la ves. En mi amiga Desy, hay un antes, un durante y un después, desde que el cáncer llamó a su puerta mientras se preparaban las uvas del 31 de diciembre de 2020.

Desde hace un año Desirée García Martínez es la presidenta de AYAC, la Asociación de Yecla de Afectados de Cáncer. Quién le iba a decir a ella poco antes de aquel entonces, que algún día se pondría al frente de una entidad tan importante y numerosa en nuestra ciudad a nivel social y sanitario, sobre una enfermedad que hasta la fecha asociaba a la muerte (dicho como suena y en palabras suyas), al miedo, a la soledad, al silencio.

Ella no lo menciona, pero yo sí lo recuerdo. Ese librito en forma de cuento o pequeña guía con ilustraciones de lectura positiva, escrito junto a su hijo Hugo en 2023, donde de alguna manera él se aferró a su madre con uñas y dientes y que como compañero de ensoñaciones lleva por título “Un bichito llamado cáncer», y que entre otras cosas dice: «Me acuerdo del día que regresé del cole, mamá llevaba un pañuelo que cubría su cabeza; aun así, la veía guapa, me gustaba mucho, siempre tenía la misma sonrisa. Me dio un beso, me abrazó muy fuerte y me dijo: ‘Hugo, seguro que quieres saber por qué mamá hoy, y durante un largo periodo de tiempo, va a llevar un pañuelo en la cabeza'».

Como no es muy alta, seguramente su actitud le confiere más fuerza de lo que aparenta. Tras la operación de urgencia a la que se sometió, donde entró a quirófano pensando que ya no se despertaría, este 8 de marzo (precisamente) se cumplen cuatro años de su primera quimio, a la que siguieron otras tantas.

Desy, además tiene un resorte muy saludable, ya que le encanta el deporte, y podemos verla a través de alguna que otra carrera o prueba.

Con esa sensación a ralentí con la que siempre habla Desy, dedica unos minutos a su prima Claudia, otra gran luchadora. Defiende sobremanera a la sanidad pública como ángel de la guarda, destacando el trabajo de todo el personal sanitario que la integra.

A la asociación dedica buena parte de su tiempo. Son muchas las actividades, los proyectos y programas, los talleres, las charlas, y las tareas de apoyo y acompañamiento que consigo llevan los enfermos y familiares afectados por este proceso para seguir adelante, sobre todo para conocer, concienciar y solidarizar a la gente. “No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción”.

Las necesidades de AYAC

En AYAC, necesitan más espacio, además de entrar en convenio. Desgraciadamente la asociación va creciendo y con 1.000 personas asociadas, la cifra y la causa, consolidan a la entidad ante las diversas administraciones y el pueblo.

Siguiendo en la línea y para mantener las buenas acciones, hace unos meses AYAC, comprometidos con la investigación oncológica, hizo entrega de 7.000 euros recogidos para la causa a la Fundación para la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Región de Murcia. Cada día de investigación es una oportunidad para mejorar diagnósticos, descubrir otros nuevos, desarrollar otros tratamientos y continuar en el estudio de los cánceres que más lo necesitan.

Me habla del ritmo de vida que llevamos, dejando entrever que incluso para ir al médico, lo hacemos con mucho estrés -por poner un ejemplo- donde deberíamos acudir relajados y tranquilos. Apuntamos a los niños a un montón de cosas, y después tenemos que ir corriendo de un lugar a otro para acudir a todos los sitios. 

Desy, reconoce la labor realizada por las dos presidencias anteriores, Fulgencio Olivares y Adela Palao, sus juntas directivas y profesionales, con la iniciativa surgida hace once años de crear una asociación al efecto a nivel local para mayor cercanía al paciente y familiar, para ayudar con sus experiencias vividas a quienes les toque pasar por lo mismo.

La trayectoria de AYAC es bien reconocida. Sin olvidarnos de aquellas personas que estuvieron en el último tramo del siglo pasado y, ya no están entre nosotros con muy poca gente al principio y escasos medios; siempre con el objetivo de luchar frente a la enfermedad con un argumento tan sencillo como ejemplar. Del impulso de quienes movieron los hilos para declararla de utilidad pública, lo que permite tener conciertos con la administración, hasta las empresas colaboradoras con AYAC.

De aquel estado de desconocimiento inicial del que no faltaron los sobresaltos ante la palabra cáncer y las disquisiciones médicas frente a las posibles causas, llegamos a día de hoy donde se ha avanzado mucho, pero todavía falta mucho más.