A Yecla se le conoce en la Región, y en buena parte de España, como “la ciudad del mueble”. Pero, para ser concretos, el nombre con el que se le debería conocer es: “Yecla, ciudad del colchón”.
Esta pequeña localidad de 36.000 habitantes se ha consolidado como uno de los principales polos productores de colchones de España y un referente mundial en el subsector del descanso.
El dato es apabullante. El 25% de los colchones que se fabrican para la venta a particulares en España se fabricaron en Yecla. En los últimos doce meses se vendieron casi 2 millones de colchones en el canal hogar en España. Es decir, que 500.000 de esos colchones que compran los particulares se fabrican en Yecla.
Son datos estadísticos que recogen auditorías privadas del sector y que el propio Instituto Nacional de Estadística recoge. Estamos hablando de medio millón de colchones que salen de la veintena de empresas que aproximadamente se dedican al colchón en esta localidad.
Si sumáramos, las exportaciones (aproximadamente las empresas más potentes venden un 40% de sus fabricados fuera de España) y el canal contract (amueblamiento integral de residencias, hoteles, centros hospitalarios, etcétera) la estimación apunta a que Yecla fábrica cerca de un millón de colchones al año.
De los muebles a los colchones
Son datos analizados por Pedro Arcas, CEO de la empresa ECUS y presidente del Centro Tecnológico del Mueble y la Madera, y miembro de la junta directiva de la Asociación Regional del Mueble y la Madera (AREMA). “Estamos hablando de que las fábricas de Yecla producen unos 1.600 colchones al día solo para el hogar, algo que no podíamos imaginar hace 30 años cuando ser “colchonero” no tenía prestigio dentro del sector del mueble de Yecla”, recuerda alguien que lleva décadas al frente de una empresa con 150 empleados en estos momentos.
Lo que comenzó como una ciudad volcada en el mueble y el sofá ha evolucionado hacia una industria puntera en el descanso. “Cuando llegué, apenas había dos empresas de colchones. Hoy hay más de veinte, con al menos tres de ellas por encima de los 20 millones de euros de facturación anual”, explica el empresario.
La entrada de nuevos materiales, como la espuma con cremallera o los colchones de látex, eliminó muchas barreras tecnológicas, lo que permitió a empresas medianas y pequeñas lanzarse al sector. El dinamismo local también ha sido clave. “Yecla toma decisiones rápido. En InterZum, la feria internacional de maquinaria, los fabricantes reconocen que venden más en Yecla que en toda Europa”, destaca Arcas.
La internacionalización también ha sido decisiva. La empresa que gestiona este empresario exporta alrededor del 40% de la producción. Esta expansión se ha visto favorecida por factores como el cambio en los hábitos del consumidor, campañas de concienciación sobre la renovación del colchón, el crecimiento de la población y, especialmente, “el impacto de la pandemia, que impulsó la renovación del mobiliario en los hogares”, reconoce.
Arcas destaca la transformación de las fábricas yeclanas. “Antes había dos personas en la oficina y todo lo demás era producción. Hoy necesitas personal cualificado en logística, marketing, administración…”. La velocidad del mercado exige series más cortas, catálogos que se renuevan rápidamente y entregas inmediatas.
El principal reto para el sector yeclano no es la competencia exterior, “sino el talento humano”, explica el CEO de ECUS.
Tendencias
La sostenibilidad ya no es una opción, sino una exigencia del mercado. Las empresas más punteras del descanso trabajan en productos diseñados para que sus componentes puedan separarse fácilmente y reciclarse. “Queremos que dentro de 15 años puedas llevar el colchón al punto limpio y separar cada capa sin esfuerzo”, afirma Pedro Arcas.
En paralelo, la normativa europea también impulsa estos cambios. En 2029 será obligatorio el “pasaporte digital” para productos como el colchón. Este documento, accesible por QR, identificará todos los materiales y componentes, garantizando transparencia y reciclabilidad.
En cuanto a preferencias, la viscoelástica sigue siendo un estándar. Las nuevas tendencias apuntan al colchón de muelle ensacado combinado con látex, así como tejidos con hilos fríos que regulan la temperatura del cuerpo durante la noche.
También ha cambiado el perfil del comprador. “Los jóvenes, aunque con menos capacidad económica, se interesan por el origen del producto y el comportamiento de la empresa”, explica Arcas. La responsabilidad social, el sello local o el impacto ambiental son factores que influyen cada vez más en la compra.
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¡Oh, los héroes del emprendimiento! Titanes solitarios que, a base de riesgo, sudor y patrimonio personal, levantan imperios… ignorando por completo que existen infraestructuras públicas, sanidad, educación, redes de transporte y hasta orden jurídico que, curiosamente, no se financian con buenas intenciones ni con selfies en LinkedIn, sino con eso que tanto detestan: impuestos.
Y qué decir de esa “sociedad subsidiada” que, según algunos, vive cómodamente de la indolencia. Una suerte de ficción donde enfermar o ser mayor, desempleado o estudiante, no es signo de necesidad, sino de pereza planificada. ¡Qué brillante narrativa! Un mundo donde las ayudas públicas no sostienen el consumo, ni amortiguan la desigualdad, ni mantienen a flote a las propias empresas en tiempos de crisis.
Es enternecedor pensar que Yecla se ha construido a base de pura iniciativa individual, como si la historia económica, la planificación urbana, las cooperativas o la acción colectiva fueran invenciones de vagos con carnet de partido. Todo se reduce a una épica del autónomo contra el vago institucionalizado. Qué fácil es escribir epopeyas cuando no se pisan los márgenes del sistema.
Con iniciativas, emprendimiento y hasta arriesgando su patrimonio, es como muchos han hecho y siguen haciendo grande a Yecla; en contraposición de los haraganes de los partidos de izquierdas, que promueven una sociedad subsidiada donde se premia indolencia para que los perezosos se sientan agradecidos a dichos partidos y les «premien» con su voto.
Gracias a los trabajadores y empresarios que con su día a día han construido la gran Yecla que somos hoy.