El cliente que entra por la puerta sabiendo exactamente lo que quiere comprar es cada vez más raro. La mayoría llega después de semanas buscando online, comparando opciones y valorando diferentes inmobiliarias. Para cuando contacta contigo, ya se ha formado una opinión sobre tu profesionalidad basándose únicamente en tu presencia digital. Esa primera impresión virtual es la que decide si serás una opción o quedarás descartado.
Esta situación lleva a muchas empresas a preguntarse si merece la pena invertir en una agencia de marketing digital para inmobiliarias o si pueden asumir estas tareas internamente. La decisión depende de varios factores, aunque existen razones de peso que explican la tendencia creciente hacia la especialización externa.
El escaparate digital que nunca cierra
La mayoría de inmobiliarias tienen página web. El problema es que muchas funcionan simplemente como un catálogo online de propiedades, sin trabajar aspectos fundamentales como la conversión o el posicionamiento orgánico. Por un lado, tiene que estar pensada para que el usuario que llega interesado encuentre fácil dar el siguiente paso: rellenar un formulario, llamar o pedir información sobre una propiedad. Pero tener una buena web no sirve de mucho si nadie la encuentra.
El posicionamiento web sigue siendo una de las asignaturas pendientes de muchas inmobiliarias. Bien ejecutada, una buena estrategia SEO coloca tu agencia en los primeros resultados cuando alguien busca exactamente lo que ofreces. La diferencia entre aparecer en la primera página de Google o en la quinta puede traducirse en decenas de operaciones cada año, sobre todo en un mercado cada vez más tensionado.
Publicidad de pago: rapidez, sí, pero con criterio
El SEO requiere paciencia. Los resultados llegan, pero no de un día para otro. Cuando necesitas visibilidad inmediata, la publicidad de pago es la alternativa lógica. Ahora bien, lanzar campañas sin criterio es la forma más rápida de tirar el dinero. Una campaña bien configurada consigue llegar al cliente que está buscando vivienda ahora mismo, sin malgastar presupuesto en clics que no van a ninguna parte.
Pero para que una campaña llegue a buen puerto, la agencia de marketing para inmobiliarias debe saber a quién dirigirse, en qué momento del día y con qué mensaje. La segmentación lo es todo.
Estrategia a largo plazo frente a acciones aisladas
Existe una tentación habitual de realizar campañas puntuales cuando hay necesidad de impulsar la venta de alguna promoción concreta. Estas acciones pueden funcionar, pero tienen un límite evidente. Las campañas puntuales ofrecen resultados inmediatos que desaparecen cuando se deja de invertir, mientras que una estrategia sostenida en el tiempo genera visibilidad y oportunidades de forma constante.
Desde Propulsia plantean que lo más sensato es no elegir entre una cosa u otra, sino combinar ambas. Trabajar de forma constante el SEO, los contenidos y la presencia digital general y recurrir a campañas de pago cuando haya que darle un empujón a algo concreto.
Una cuestión de prioridades
Al final, contratar una agencia especializada es una decisión que cada inmobiliaria debe valorar según su situación particular. Lo que parece evidente es que la presencia digital ya no es opcional en este sector. El marketing inmobiliario funciona como una palanca que, bien utilizada, puede hacer crecer la facturación en múltiplos.
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