La Subida de la Virgen del Castillo se celebró este domingo con el fervor y la emoción de siempre, a pesar de las complicadas condiciones meteorológicas. La lluvia retrasó el inicio del acto y obligó a proteger con un plástico la imagen de la Patrona. Aun así, miles de yeclanos acompañaron su recorrido hasta el Santuario, cumpliendo con una de las tradiciones más sentidas de las Fiestas Patronales de Yecla.
La jornada comenzó por la mañana con la Minerva, celebrada en la Basílica de La Purísima. Las nubes amenazaban, pero el acto se desarrolló sin contratiempos. El consiliario de la Asociación de Mayordomos, José Antonio Abellán, bendijo a la soldadesca con el Santísimo, entre el estruendo de arcabuces y el tradicional juego de la Bandera.
Después, los tiraores recorrieron las calles Zaplana y Concepción, en uno de los momentos más vistosos del día.
Una Subida entre paraguas
Por la tarde, la lluvia empezó a inquietar a la comitiva. La imagen se asomó a la puerta principal de la Basílica entre paragüas de los presentes. Pasadas las seis y media de la tarde, la imagen de la Virgen salió de la Basílica cubierta por un plástico protector. A pesar de la incertidumbre, se decidió continuar con la Subida que fue más veloz de lo habitual. En algo más de una hora se llegó a lo alto del Castillo.
El paje del Bastón y su Mayordomo, Antonio Puche, abrieron el recorrido seguidos del Clavario y los tiraores de las diferentes escuadras. La marcha avanzó hacia el Santuario del Castillo, con momentos emblemáticos como el paso por la Plaza Mayor, donde las autoridades locales despidieron a la Patrona.
En ese mismo punto se celebró el emotivo giro de despedida hacia la ciudad, frente a la Iglesia Vieja, antes de continuar el ascenso acompañada de centenares de personas.

Juego de la Bandera y fervor
Otro de los momentos más esperados fue el paso de la Bandera, a mitad del recorrido, cuando el Mayordomo ejecutó el juego al ritmo del vals «Olas del Danubio».
Poco antes de llegar al Castillo, sin rastro de la lluvia, se retiró el plástico de la imagen, que entró al Santuario como habitualmente lo hace, entre el repique de campanas y el estruendo de los arcabuces.
La llegada se produjo poco después de las ocho de la tarde, cuando el Mayordomo de la Bandera, Juan José Forte, jugaba la insignia frente a la Patrona. Fue un juego de unos 20 minutos. La comitiva dio tres vueltas al pino de la explanada del Santuario, uno de los momentos más simbólicos de la jornada. Allí, los Clavarios y el Mayordomo del Bastón dispararon sus arcabuces mientras la Bandera se revolvía entre pólvora y viento en honor a la Virgen.
Nuevos Mayordomos para 2026
La jornada concluyó con la Entrega de Insignias, que este año tuvo lugar en la calle Concejal Sebastián Pérez, con la Iglesia Vieja como telón de fondo. En un acto cargado de simbolismo, José Ortuño Hernández y Santiago Ibáñez Molina fueron investidos nuevos Mayordomos del Bastón y la Bandera para las Fiestas de la Virgen de 2026.
Sin intermediarios, los nuevos responsables recibieron sus insignias de manos de los anteriores, en un gesto que asegura la continuidad de esta tradición centenaria.
















