Han pasado décadas desde que los diamantes sinteticos irrumpieron en el mercado y se abrieron paso hasta las vitrinas de las marcas de alta gama. ¿Qué impulsó este giro y qué ha cambiado en el sector del lujo?
Durante siglos, el precio y la ostentación marcaron la pauta: cuanto más caro, más lujoso. Por eso muchos dudaban de que los diamantes sinteticos pudieran lucir en los escaparates más exclusivos o codearse con productos de prestigio.
Hoy algunos analistas apuntan a un motivo principal: el coste. Los compradores eligen estas gemas porque cuestan bastante menos que las naturales y, por tanto, resultan más accesibles.
«Los fabricantes están aumentando la producción con procesos más rápidos y eficientes; cada vez que lo hacen el coste por unidad baja», resume el analista neoyorquino Paul Zimnisky.
Entre enero de 2015 y enero de 2025 los precios de los diamantes de laboratorio se desplomaron un 85%. Ahora un diamante redondo cultivado de un quilate ronda los 900 dólares; su equivalente natural supera los 5 000. Uno de tres quilates se sitúa en unos 4 000 dólares, frente a los 50 000 – 60 000 de un natural comparable, un 90% menos.

¿Es el precio la única razón del boom de los diamantes sinteticos?
Para quien dispone de recursos, el precio no es decisivo. El lujo actual se construye sobre valores:
• Origen ético – joyas que no dañen ni al planeta ni a las personas.
• Estilo personal – diseños con carácter que reflejen quién eres.
• Gasto inteligente – obtener verdadero valor por el dinero invertido.
Los diamantes de laboratorio encajan de lleno en estas premisas, de ahí que las joyerías de prestigio los ofrezcan cada vez con más frecuencia junto a las gemas extraídas.
Las celebridades eligen diamantes sinteticos
Cuando hablamos de diamantes, pensamos en alfombras rojas y destellos. Sin embargo, cada vez más estrellas apuestan por los diamantes de laboratorio no solo por su belleza, sino también por su perfil ético y sostenible.
El actor y ecologista Leonardo DiCaprio ha invertido en una gran empresa de diamantes cultivados y se ha convertido en un portavoz incansable de las prácticas responsables. Su apoyo ha impulsado la difusión de estas gemas tanto entre sus colegas como entre el público.
Comprometida con la vida sostenible, Emma Watson respalda abiertamente los diamantes sinteticos. Se la ha visto lucirlos en varias ocasiones y recalcar su menor impacto ambiental.
La duquesa de Sussex, Meghan Markle, referente de estilo, también ha llevado joyería con diamantes de laboratorio. Su elección lanza un mensaje potente sobre sostenibilidad y lujo responsable.
La pareja Katy Perry y Orlando Bloom presentó un anillo con diamante cultivado cuyo precio fue una fracción del natural equivalente. Perry, defensora de las opciones con menor huella ecológica, muestra así que se puede abrazar un lujo consciente.
Tras su ejemplo, más celebridades se decantan por anillos de compromiso adornados con diamantes sinteticos.
Si estás preparando tu pedida y quieres sumarte al club del lujo consciente, conviene conocer las tendencias que arrasan.
Anillos de compromiso: formas y estilos que se llevan
Una encuesta de The Knot y datos de Madestones (https://www.madestones.com/es/nuestros-diamantes/) concluyen que casi tres de cada cuatro compradores se decantaron por una de cuatro formas: 28% redonda, 25% oval, 10% esmeralda y 10% princesa. Más del 70% de los anillos se fabricaron en oro blanco o amarillo; el amarillo creció un 5% interanual mientras el blanco bajó un 3%.
Las monturas con garras siguen reinando (35%). El nuevo «halo oculto» —un aro de diamantes que rodea la base de la piedra central— sedujo al 18%, desbancando al halo tradicional, visible alrededor de la gema, que recibió el 13%.
El anillo de compromiso fue el primer nicho en adoptar los diamantes de laboratorio y continúa liderando el mercado. Aun así, otros segmentos del lujo se suman rápido; entre ellos, la exigente relojería.
Diamantes sinteticos y relojes de lujo
La relojería iba por detrás: Citizen los incorporó a su colección L Ambiluna en 2020.
En 2021, Marc-André Deschoux, fundador del canal WatchesTV, admitió a The New York Times que en Suiza seguían siendo tabú por la vieja visión negativa de las gemas creadas por el hombre.
En 2022 Breitling sumó diamantes de laboratorio a su línea Chronomat y anunció que reemplazarán a los naturales en todas sus colecciones (afirma haber alcanzado ya el 43% del objetivo). Ese mismo año TAG Heuer mostró la edición limitada Carrera Date Plasma Diamant d’Avant-Garde, mientras Oris añadió diamantes sinteticos a su gama Aquis; ambas repitieron en modelos posteriores.
En 2024 Raymond Weil se adentró en este terreno al engastar diamantes de laboratorio en las asas de su modelo Millesime.
Según Oris y Breitling, estos relojes han sido bien recibidos: los clientes valoran que los diamantes de laboratorio presentan, según el método de producción, una huella ambiental mucho menor y conservan las mismas propiedades ópticas, físicas y químicas, con idéntico brillo.
Un lujo basado en valores
Todo apunta a que el lujo ya no consiste solo en gastar grandes sumas, sino en comprar con cabeza y alinear la elección con los propios principios. Las gemas sinteticos han jugado un papel clave en esta transformación: gracias a los diamantes de laboratorio, hoy podemos lucir joyas bellas, éticas y asequibles que brillan tanto como las tradicionales. Se han convertido en símbolo de un lujo más consciente y responsable. Y, a juzgar por la tendencia, su evolución no tiene marcha atrás.