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🍁 sábado 14 diciembre 2024
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Cuando ellas hacen canciones

Me siento casi en la obligación de destacar, periódicamente, el trabajo creativo de las artistas femeninas del panorama musical, tanto nacional como internacional, no porque necesiten de mi humilde promoción, sino más bien para congratularnos de su éxito y, por qué no, contribuir a visualizarlas, solo un poquito más.

Es cierto que la avalancha actual de creadoras femeninas en la música pop no tiene precedentes, pero un fenómeno como este no surge de la noche a la mañana, ni por una evolución natural de los acontecimientos. La explicación, sin duda, está en el hecho de que muchas mujeres, cansadas de ser ninguneadas, ahora se reivindican y se expresan tal como son, con absoluta libertad, exteriorizando sus mensajes, incertidumbres e inquietudes a través del lenguaje de su propia música, sin admitir controles o tutelas de nadie.

El siglo XXI ha traído consigo un giro de la mirada hacia el lado femenino de la historia, de lo que fue y se pasó por alto, pero también del presente, de lo que está sucediendo ahora mismo y sigue teniendo dificultades para ser visto y valorado, porque apreciar lo que estuvo y está ahí, requiere de un decidido acto de voluntad, por aquello de la inercia ocultista de la historia con la creación femenina. Pero a través de este acto de voluntad, plenamente consciente y por la insistencia y esfuerzo de sus protagonistas, la creación artística de las mujeres ha comenzado a revelarse con contundencia.

Dentro del mundo del pop o, como en este caso, el de las cantautoras, encontramos un grupo de mujeres jóvenes, españolas y sudamericanas principalmente, que sobresalen por derecho propio en el panorama musical y que, aunque no podamos hablar de específicamente de corriente, pues cada una tiene sus propias peculiaridades y estilo, sí se pueden rastrear algunos aspectos comunes y coincidencias en todas ellas, como son los mensajes reivindicativos sociales y feministas de sus canciones, su particular forma de mostrarse como jóvenes empoderadas, seguras de sí mismas y de la dirección que quieren seguir, resilientes al tener que abrirse paso en un mundo, el de la creación musical, que no contaba con ellas, pero en el que han conseguido hacerse un hueco con paso firme y criterio propio.

Lo importante de ellas no es su belleza, aunque la posean, ni su estudiada puesta en escena para ofrecer su producto en el artificioso mercado musical, nada de esto parece interesarles. Para ellas, lo esencial son sus canciones, el mensaje que quieren transmitir con unas aceradas letras y la elaborada música con que se expresan. En las letras de sus canciones hablan de ellas, de sus madres y abuelas, de historias de resiliencia, de existencias duras, de las injusticias que sufrieron sus antecesoras, de amor, de libertad, de emociones. Las autoras de esas canciones, además, quieren dejar constancia de esa autoría, de que son sus voces, suyas y de nadie más, las que hablan, las que cantan, las que interpretan el mundo, su visión particular de lo que les rodea.

La Otra

Yo no me muero si no estás aquíPuedo andar bien caminando sin tiNo me haces falta, ni eres mi media naranja en la vida.Pero, contigoEs cierto que el mundo parece un poco menos feoContigoEs cierto que a veces romper las cadenas duele un poco menosY aprendo contigoY contigo camino yMe encanta todo lo que hemos compartidoTirando barreras, rompiendo los mitosTe quiero libreY me quiero libre contigoDicen que da miedo la libertadNo sentirla nunca más miedo me daNadie nos dijo que fuese a ser fácilSacarse de dentro los cuentos de un príncipe azulLa luna me dice que puedo ser brujaSer fea y violenta y matar algún reyRomper los esquemas, quebrar el sistemaCoger una escoba y en vez de barrerLanzarme a volar en la noche…

Nos dice La otra (Isabel Casanova) en Contigo. Un canto a la libertad, una proclama al amor sin cadenas. 

Esta treintañera madrileña no siempre canta sola; durante dos años se acompañó del grupo Las locas del Co., todas mujeres, todas músicas. Sus primeros trabajos, según nos cuenta, han podido ver la luz a través de crowdfanding, de ahí su independencia absoluta de la industria musical. Su sonido ha ido evolucionando del acústico más sencillo hacia una mezcla de influencias que van desde grandes clásicos latinoamericanos (como Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Violeta Parra, Victor Jara o Silvio Rodriguez) hasta el hip hop, pasando por géneros diversos, como el pop, reggae, soul, funk, neo-soul… su trabajo titulado Metamorfosis, es una delicia.

Eva Sierra y María Ruiz

Eva Sierra es otro de los nombres a tener en cuenta. Esta autora, también madrileña, ahora en solitario tras dejar el grupo Tongo, en el que era vocalista, lanzó en 2017 su primer disco en solitario, Intermitente, una verdadera joyita según la crítica, en todos los sentidos: lírica, inspiración, sensibilidad…

Otra de las destacadas es María Ruiz, una callosina (Alicante) que llegó a Madrid llena de ilusiones, con ansias de aprender, de componer y cantar. Su debut fue con el grupo Tijuana. Uno de sus trabajos más especiales es El Vuelo.

“Me siento muy orgullosa de formar parte de una generación de cantautores y cantautoras, que seguimos sacando a la palestra cuestiones que tienen que ver con la injusticia social”. También ella se manifiesta cantautora independiente: “Yo he apostado por el automecenazgo”, nos dice en una de sus entrevistas.

Atiendan a la letra de esta canción de María, todo un himno feminista y una decisiva declaración de intenciones:

Siéntelo, llegan las revoluciones

De morado, de rabia, de flores,

Primavera nuestra

Soy el puño en la mesa

Son las hijas, las esclavas, las poetas

Las sin miedo y sin careta…

Jhana Beat

Otra propuesta interesante, quizá más cerca del rock y la música electrónica, es el de Jhana Beat. La apuesta musical de Jhana es una explosión sonora de energía creativa original con un estilo y personalidad únicos. Una experta en utilizar su voz como percusión, combinándola con sonidos electrónicos para conformar una banda con la que acompañarse en el escenario.

No se pierdan su colaboración con La Otra, La Muchacha y Briela Ojeda en el tema Aprenderé.

Porque las colaboraciones entre todas ellas no son numerosas. Ese dejarse crecer en compañía, sumar talentos, resulta muy estimulante para el alma y los oídos, y parece dar muy buenos resultados. De hecho, durante el año 2017, se creó el colectivo artístico-político Arte Muhé, en el que participan más de quince mujeres de distintas disciplinas como La Otra, Rozalén, María Ruiz, La Mare, Eva Sierra, Noelia Morgana, Cristina Indira, o Cía Caí, entre otras; un espacio que oscila entre la creación artística y el activismo feminista.

No queremos terminar este repaso musical sin cruzar el Atlántico y hacer una parada en Colombia. Allí destacamos los nombres de Briela Ojeda y La muchacha. Sobre sus atractivas propuestas musicales nos extenderemos en otra ocasión.

Lo común de todas estas creadoras es el compromiso social, político y feminista, expresado con una poética indiscutible, con melodías sugerentes y hermosas, y armonías que no son otra cosa que el resultado de la sororidad y el buen rollo que las envuelve.

Nos dejamos muchos nombres en el tintero, así que tendremos que volver a ellas próximamente.


Artículos de Ana Fructuoso

Ana Fructuoso
Ana Fructuoso
Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.

Me siento casi en la obligación de destacar, periódicamente, el trabajo creativo de las artistas femeninas del panorama musical, tanto nacional como internacional, no porque necesiten de mi humilde promoción, sino más bien para congratularnos de su éxito y, por qué no, contribuir a visualizarlas, solo un poquito más.

Es cierto que la avalancha actual de creadoras femeninas en la música pop no tiene precedentes, pero un fenómeno como este no surge de la noche a la mañana, ni por una evolución natural de los acontecimientos. La explicación, sin duda, está en el hecho de que muchas mujeres, cansadas de ser ninguneadas, ahora se reivindican y se expresan tal como son, con absoluta libertad, exteriorizando sus mensajes, incertidumbres e inquietudes a través del lenguaje de su propia música, sin admitir controles o tutelas de nadie.

El siglo XXI ha traído consigo un giro de la mirada hacia el lado femenino de la historia, de lo que fue y se pasó por alto, pero también del presente, de lo que está sucediendo ahora mismo y sigue teniendo dificultades para ser visto y valorado, porque apreciar lo que estuvo y está ahí, requiere de un decidido acto de voluntad, por aquello de la inercia ocultista de la historia con la creación femenina. Pero a través de este acto de voluntad, plenamente consciente y por la insistencia y esfuerzo de sus protagonistas, la creación artística de las mujeres ha comenzado a revelarse con contundencia.

Dentro del mundo del pop o, como en este caso, el de las cantautoras, encontramos un grupo de mujeres jóvenes, españolas y sudamericanas principalmente, que sobresalen por derecho propio en el panorama musical y que, aunque no podamos hablar de específicamente de corriente, pues cada una tiene sus propias peculiaridades y estilo, sí se pueden rastrear algunos aspectos comunes y coincidencias en todas ellas, como son los mensajes reivindicativos sociales y feministas de sus canciones, su particular forma de mostrarse como jóvenes empoderadas, seguras de sí mismas y de la dirección que quieren seguir, resilientes al tener que abrirse paso en un mundo, el de la creación musical, que no contaba con ellas, pero en el que han conseguido hacerse un hueco con paso firme y criterio propio.

Lo importante de ellas no es su belleza, aunque la posean, ni su estudiada puesta en escena para ofrecer su producto en el artificioso mercado musical, nada de esto parece interesarles. Para ellas, lo esencial son sus canciones, el mensaje que quieren transmitir con unas aceradas letras y la elaborada música con que se expresan. En las letras de sus canciones hablan de ellas, de sus madres y abuelas, de historias de resiliencia, de existencias duras, de las injusticias que sufrieron sus antecesoras, de amor, de libertad, de emociones. Las autoras de esas canciones, además, quieren dejar constancia de esa autoría, de que son sus voces, suyas y de nadie más, las que hablan, las que cantan, las que interpretan el mundo, su visión particular de lo que les rodea.

La Otra

Yo no me muero si no estás aquíPuedo andar bien caminando sin tiNo me haces falta, ni eres mi media naranja en la vida.Pero, contigoEs cierto que el mundo parece un poco menos feoContigoEs cierto que a veces romper las cadenas duele un poco menosY aprendo contigoY contigo camino yMe encanta todo lo que hemos compartidoTirando barreras, rompiendo los mitosTe quiero libreY me quiero libre contigoDicen que da miedo la libertadNo sentirla nunca más miedo me daNadie nos dijo que fuese a ser fácilSacarse de dentro los cuentos de un príncipe azulLa luna me dice que puedo ser brujaSer fea y violenta y matar algún reyRomper los esquemas, quebrar el sistemaCoger una escoba y en vez de barrerLanzarme a volar en la noche…

Nos dice La otra (Isabel Casanova) en Contigo. Un canto a la libertad, una proclama al amor sin cadenas. 

Esta treintañera madrileña no siempre canta sola; durante dos años se acompañó del grupo Las locas del Co., todas mujeres, todas músicas. Sus primeros trabajos, según nos cuenta, han podido ver la luz a través de crowdfanding, de ahí su independencia absoluta de la industria musical. Su sonido ha ido evolucionando del acústico más sencillo hacia una mezcla de influencias que van desde grandes clásicos latinoamericanos (como Mercedes Sosa, Chavela Vargas, Violeta Parra, Victor Jara o Silvio Rodriguez) hasta el hip hop, pasando por géneros diversos, como el pop, reggae, soul, funk, neo-soul… su trabajo titulado Metamorfosis, es una delicia.

Eva Sierra y María Ruiz

Eva Sierra es otro de los nombres a tener en cuenta. Esta autora, también madrileña, ahora en solitario tras dejar el grupo Tongo, en el que era vocalista, lanzó en 2017 su primer disco en solitario, Intermitente, una verdadera joyita según la crítica, en todos los sentidos: lírica, inspiración, sensibilidad…

Otra de las destacadas es María Ruiz, una callosina (Alicante) que llegó a Madrid llena de ilusiones, con ansias de aprender, de componer y cantar. Su debut fue con el grupo Tijuana. Uno de sus trabajos más especiales es El Vuelo.

“Me siento muy orgullosa de formar parte de una generación de cantautores y cantautoras, que seguimos sacando a la palestra cuestiones que tienen que ver con la injusticia social”. También ella se manifiesta cantautora independiente: “Yo he apostado por el automecenazgo”, nos dice en una de sus entrevistas.

Atiendan a la letra de esta canción de María, todo un himno feminista y una decisiva declaración de intenciones:

Siéntelo, llegan las revoluciones

De morado, de rabia, de flores,

Primavera nuestra

Soy el puño en la mesa

Son las hijas, las esclavas, las poetas

Las sin miedo y sin careta…

Jhana Beat

Otra propuesta interesante, quizá más cerca del rock y la música electrónica, es el de Jhana Beat. La apuesta musical de Jhana es una explosión sonora de energía creativa original con un estilo y personalidad únicos. Una experta en utilizar su voz como percusión, combinándola con sonidos electrónicos para conformar una banda con la que acompañarse en el escenario.

No se pierdan su colaboración con La Otra, La Muchacha y Briela Ojeda en el tema Aprenderé.

Porque las colaboraciones entre todas ellas no son numerosas. Ese dejarse crecer en compañía, sumar talentos, resulta muy estimulante para el alma y los oídos, y parece dar muy buenos resultados. De hecho, durante el año 2017, se creó el colectivo artístico-político Arte Muhé, en el que participan más de quince mujeres de distintas disciplinas como La Otra, Rozalén, María Ruiz, La Mare, Eva Sierra, Noelia Morgana, Cristina Indira, o Cía Caí, entre otras; un espacio que oscila entre la creación artística y el activismo feminista.

No queremos terminar este repaso musical sin cruzar el Atlántico y hacer una parada en Colombia. Allí destacamos los nombres de Briela Ojeda y La muchacha. Sobre sus atractivas propuestas musicales nos extenderemos en otra ocasión.

Lo común de todas estas creadoras es el compromiso social, político y feminista, expresado con una poética indiscutible, con melodías sugerentes y hermosas, y armonías que no son otra cosa que el resultado de la sororidad y el buen rollo que las envuelve.

Nos dejamos muchos nombres en el tintero, así que tendremos que volver a ellas próximamente.


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Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.
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Ana Fructuoso
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Fructuoso es Jefa de Sección (Reclamaciones y Recursos) en el área de Gestión Académica de la Universidad de Murcia, donde lleva trabajando 35 años.
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