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🌼 sábado 27 abril 2024
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Renueva tu hogar: estrategias para una eficiencia energética doméstica

A lo largo de nuestra historia, los seres humanos siempre hemos tratado de controlar los entornos en los que habitamos para hacer la vida más fácil, llevadera y, por supuesto, más cómoda y confortable. Por este motivo, empezamos a utilizar el fuego para calentar nuestros hogares en invierno, primero, a través de fogatas en las cuevas y, posteriormente, a través de chimeneas, estufas y, en la actualidad, los sistemas de climatización más eficaces, como el aire acondicionado, los radiadores, el suelo radiante o la aerotermia.

Sin embargo, a lo largo del paso del siglo XX al siglo XXI hemos vivido un cambio notable. Esto se debe a que, en la actualidad, ya no se busca únicamente la eficacia de estos sistemas de climatización, sino también la eficiencia energética de los mismos, especialmente, cuando nos encontramos en el hogar, que suele ser el lugar en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo libre.

Por este motivo, hemos hablado con los profesionales de Tsclima para explicarte cómo renovar tu hogar para incorporar las mejores estrategias para una eficiencia energética doméstica superior. Sigue leyendo si quieres conocerlas de la mano de los mejores especialistas en climatización.

Mejora el aislamiento térmico de tu vivienda

El aislamiento térmico es una de las principales estrategias que debes tener en cuenta para renovar tu hogar y garantizar que este tenga una eficiencia energética suficiente. De hecho, según nos comentan los profesionales de Tsclima, un mal aislamiento suele ser la causa principal de que los sistemas de climatización pierden efectividad y terminan trabajando de más, lo que se traduce en un mayor gasto energético.

Para solucionar este problema, debes prestar atención a los cerramientos, es decir, a las ventanas y las puertas, así como a la existencia de puentes térmicos. “Lo más recomendable es elegir ventanas herméticas, como las de doble cristal con marcos de PVC” —afirman—.

Del mismo modo, también es recomendable contar con un profesional que detecte la existencia de puentes térmicos y garantice el aislamiento total de las paredes respecto a la temperatura del exterior. Esto garantizará que tu hogar retenga mucho mejor la temperatura que proporcionan los distintos sistemas de climatización.

Elige sistemas de climatización de alta eficiencia energética

En la actualidad, existen distintos tipos de sistemas de climatización altamente eficientes y que son mucho más respetuosos con el medio ambiente que los que se usaban hace algunas décadas. Lejos quedan los sistemas de climatización que funcionan con electricidad o las calderas de gas, ya que se han instalado los sistemas que funcionan con bombas de calor de alta eficiencia y, por supuesto, los sistemas de aerotermia.

Los sistemas de aire acondicionado

Entre ellos, podemos nombrar los sistemas de aire acondicionado, entre los que podemos destacar el aire acondicionado por conductos, que puedes consultar a través del siguiente enlace: https://tsclima.com/aire-acondicionado-por-conductos-valencia/. Este método es altamente eficiente, ya que, con únicamente dos aparatos y la instalación de una serie de conductos es posible ajustar la temperatura de cada una de las estancias del hogar, gracias a la instalación de rejillas de ventilación y termostatos en cada una de las habitaciones.

La aerotermia: la clave del ahorro energético

También podemos nombrar la aerotermia, que puede proporcionar climatización y agua caliente sanitaria y, por supuesto, los sistemas de radiadores y el suelo radiante. Todos estos sistemas se pueden conectar con los sistemas de aerotermia. De hecho, este es uno de los métodos más utilizados en la actualidad debido a que se considera un sistema de climatización prácticamente renovable. Esto se debe a que extrae de la temperatura del aire exterior la energía necesaria para funcionar y para garantizar el confort térmico en el hogar.

Únicamente necesita una pequeña cantidad de energía para poner en funcionamiento la bomba de calor reversible que contiene y esta es capaz de proporcionar tanto refrigeración en verano como calefacción en invierno. Además, se puede conectar tanto a los sistemas de aire acondicionado, como a los radiadores y al suelo radiante.

Los Radiadores y el suelo radiante

“Los radiadores y el suelo radiante son sistemas que, tradicionalmente han funcionado con energía eléctrica, gracias al uso de resistencias que proporcionan únicamente calefacción” —comentan desde Tsclima—. También ha existido la posibilidad de utilizar un líquido refrigerante, generalmente, agua o aceite para proporcionar calefacción en invierno a través de la combustión de gas.

Ampliando la información que nos dan, podemos decir que su funcionamiento es bastante similar, ya que funcionan gracias a la instalación de una red de cables o pequeños conductos por los que circula un líquido refrigerante. Los radiadores se instalan en cada habitación, normalmente, junto a las paredes exteriores mientras que en el suelo radiante se instala la red de resistencias o conductos bajo el suelo. Si bien los segundos necesitan una obra mayor para renovar tu hogar, el nivel de confort que proporcionan en invierno es altísimo.

Tanto la opción que funciona con resistencias eléctricas como la que funciona por pequeños conductos, por supuesto, estaban alejadas de la eficiencia energética. Esto se debe a que, al consumir electricidad generada por las grandes compañías eléctricas, o, directamente, al quemar gas, las dos contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Sin embargo, como hemos comentado en el apartado anterior, “gracias a la instalación de la aerotermia, es posible utilizarlas para calentar y refrigerar el hogar dependiendo de la estación con un único sistema de climatización y aprovechando casi exclusivamente la energía presente en el aire para funcionar” —aseguran—.

De hecho, gracias a que utiliza esta fuente de energía renovable, permite reducir hasta en un 75% la dependencia energética respecto a las grandes compañías. Además, si conectas este sistema de aerotermia a paneles solares fotovoltaicos, consigues la independencia energética total, ya que se vuelve un sistema 100% renovable, sostenible y ecológico.

Vigila la etiqueta de eficiencia energética de tus electrodomésticos

En 2021 entró en vigor en toda la Unión Europea la nueva etiqueta de eficiencia energética para electrodomésticos, con una escala de letras con letras desde la A hasta la G. Los más eficientes son los primeros (A, B, C o D) y los menos eficientes son los últimos (E, F, G), siendo esta última la que se reserva para aquellos electrodomésticos que menor eficiencia energética tienen, es decir, aquellos que necesitan una mayor cantidad de electricidad para mantener un rendimiento similar al de los primeros.

Esto se aplica a todos los electrodomésticos que podemos encontrar en el hogar, como lavadoras, secadoras, neveras, microondas, lavavajillas, televisores, tostadoras, secadores de pelo, batidoras, etc., y, por supuesto, los aparatos que forman parte de los sistemas de climatización también se incluyen aquí, como, por ejemplo, la unidad interior y la exterior de un sistema de aire acondicionado. Del mismo modo, también podemos destacar los elementos de iluminación del hogar, como las lámparas o las bombillas.

“Siempre recomendamos a nuestros clientes apostar por aquellos electrodomésticos y elementos que sean de bajo consumo energético, a pesar de que, en un principio, la inversión pueda resultar mayor” —nos comentan desde Tsclima—. “Con el paso del tiempo, se dan cuenta de que el gasto energético será menor y que no están pagando tanto dinero en la factura de la luz a final de mes” —aseguran—. Por ello, estos profesionales nos recomiendan apostar por aquellos electrodomésticos que tengan una alta eficiencia energética, los que se encuentran clasificados con las etiquetas A, B o C y descartar, los clasificados con las letras E, F, y, sobre todo, G.

Regula correctamente tu sistema de climatización

Estos profesionales nos comentan que son muchas las personas que utilizan los sistemas de climatización sin ton ni son, y que los ponen en pleno funcionamiento prácticamente todo el año. “Lo cierto es que, durante la primavera y el otoño, siempre que la temperatura no sea demasiado alta o demasiado baja, recomendamos no ponerlo en marcha” —comentan desde Tsclima—. “De hecho, los sistemas de climatización están pensados para suavizar la temperatura durante las épocas más frías o calurosas del año, como en invierno o en verano, no para hacer que en tu hogar sea invierno cuando es verano y viceversa” —añaden—

Del mismo modo, nos comenta que una buena estrategia para alcanzar una buena eficiencia energética doméstica puede ser el hecho de no bajar demasiado la temperatura en verano ni subirla demasiado en invierno. “Que haga frío en invierno y calor en verano es lo natural, por lo que, con ajustar la temperatura de manera para no pasar tanto calor o tanto frío es suficiente” —aseguran—.

“De hecho, para garantizar la eficiencia energética en el hogar, no recomendamos ajustar la temperatura del interior con una diferencia de más de 10ºC respecto a la del exterior. Así, si en el exterior estamos a 10ºC, con subirla a 18ºC o 20ºC, es más que suficiente” —insisten—.

“Lo mismo ocurre en verano, ya que, si en el exterior estamos a una temperatura de 32ºC, no deberíamos ajustar la temperatura del interior por debajo de los 22ºC” —concluyen—. Recuerda que, además, los cambios de temperatura bruscos pueden bajar las defensas y hacer que los humanos seamos más propensos a constiparnos.

 

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Redactores de elperiodicodeyecla.com escriben con este nombre de autor para otra serie de artículos.

A lo largo de nuestra historia, los seres humanos siempre hemos tratado de controlar los entornos en los que habitamos para hacer la vida más fácil, llevadera y, por supuesto, más cómoda y confortable. Por este motivo, empezamos a utilizar el fuego para calentar nuestros hogares en invierno, primero, a través de fogatas en las cuevas y, posteriormente, a través de chimeneas, estufas y, en la actualidad, los sistemas de climatización más eficaces, como el aire acondicionado, los radiadores, el suelo radiante o la aerotermia.

Sin embargo, a lo largo del paso del siglo XX al siglo XXI hemos vivido un cambio notable. Esto se debe a que, en la actualidad, ya no se busca únicamente la eficacia de estos sistemas de climatización, sino también la eficiencia energética de los mismos, especialmente, cuando nos encontramos en el hogar, que suele ser el lugar en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo libre.

Por este motivo, hemos hablado con los profesionales de Tsclima para explicarte cómo renovar tu hogar para incorporar las mejores estrategias para una eficiencia energética doméstica superior. Sigue leyendo si quieres conocerlas de la mano de los mejores especialistas en climatización.

Mejora el aislamiento térmico de tu vivienda

El aislamiento térmico es una de las principales estrategias que debes tener en cuenta para renovar tu hogar y garantizar que este tenga una eficiencia energética suficiente. De hecho, según nos comentan los profesionales de Tsclima, un mal aislamiento suele ser la causa principal de que los sistemas de climatización pierden efectividad y terminan trabajando de más, lo que se traduce en un mayor gasto energético.

Para solucionar este problema, debes prestar atención a los cerramientos, es decir, a las ventanas y las puertas, así como a la existencia de puentes térmicos. “Lo más recomendable es elegir ventanas herméticas, como las de doble cristal con marcos de PVC” —afirman—.

Del mismo modo, también es recomendable contar con un profesional que detecte la existencia de puentes térmicos y garantice el aislamiento total de las paredes respecto a la temperatura del exterior. Esto garantizará que tu hogar retenga mucho mejor la temperatura que proporcionan los distintos sistemas de climatización.

Elige sistemas de climatización de alta eficiencia energética

En la actualidad, existen distintos tipos de sistemas de climatización altamente eficientes y que son mucho más respetuosos con el medio ambiente que los que se usaban hace algunas décadas. Lejos quedan los sistemas de climatización que funcionan con electricidad o las calderas de gas, ya que se han instalado los sistemas que funcionan con bombas de calor de alta eficiencia y, por supuesto, los sistemas de aerotermia.

Los sistemas de aire acondicionado

Entre ellos, podemos nombrar los sistemas de aire acondicionado, entre los que podemos destacar el aire acondicionado por conductos, que puedes consultar a través del siguiente enlace: https://tsclima.com/aire-acondicionado-por-conductos-valencia/. Este método es altamente eficiente, ya que, con únicamente dos aparatos y la instalación de una serie de conductos es posible ajustar la temperatura de cada una de las estancias del hogar, gracias a la instalación de rejillas de ventilación y termostatos en cada una de las habitaciones.

La aerotermia: la clave del ahorro energético

También podemos nombrar la aerotermia, que puede proporcionar climatización y agua caliente sanitaria y, por supuesto, los sistemas de radiadores y el suelo radiante. Todos estos sistemas se pueden conectar con los sistemas de aerotermia. De hecho, este es uno de los métodos más utilizados en la actualidad debido a que se considera un sistema de climatización prácticamente renovable. Esto se debe a que extrae de la temperatura del aire exterior la energía necesaria para funcionar y para garantizar el confort térmico en el hogar.

Únicamente necesita una pequeña cantidad de energía para poner en funcionamiento la bomba de calor reversible que contiene y esta es capaz de proporcionar tanto refrigeración en verano como calefacción en invierno. Además, se puede conectar tanto a los sistemas de aire acondicionado, como a los radiadores y al suelo radiante.

Los Radiadores y el suelo radiante

“Los radiadores y el suelo radiante son sistemas que, tradicionalmente han funcionado con energía eléctrica, gracias al uso de resistencias que proporcionan únicamente calefacción” —comentan desde Tsclima—. También ha existido la posibilidad de utilizar un líquido refrigerante, generalmente, agua o aceite para proporcionar calefacción en invierno a través de la combustión de gas.

Ampliando la información que nos dan, podemos decir que su funcionamiento es bastante similar, ya que funcionan gracias a la instalación de una red de cables o pequeños conductos por los que circula un líquido refrigerante. Los radiadores se instalan en cada habitación, normalmente, junto a las paredes exteriores mientras que en el suelo radiante se instala la red de resistencias o conductos bajo el suelo. Si bien los segundos necesitan una obra mayor para renovar tu hogar, el nivel de confort que proporcionan en invierno es altísimo.

Tanto la opción que funciona con resistencias eléctricas como la que funciona por pequeños conductos, por supuesto, estaban alejadas de la eficiencia energética. Esto se debe a que, al consumir electricidad generada por las grandes compañías eléctricas, o, directamente, al quemar gas, las dos contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Sin embargo, como hemos comentado en el apartado anterior, “gracias a la instalación de la aerotermia, es posible utilizarlas para calentar y refrigerar el hogar dependiendo de la estación con un único sistema de climatización y aprovechando casi exclusivamente la energía presente en el aire para funcionar” —aseguran—.

De hecho, gracias a que utiliza esta fuente de energía renovable, permite reducir hasta en un 75% la dependencia energética respecto a las grandes compañías. Además, si conectas este sistema de aerotermia a paneles solares fotovoltaicos, consigues la independencia energética total, ya que se vuelve un sistema 100% renovable, sostenible y ecológico.

Vigila la etiqueta de eficiencia energética de tus electrodomésticos

En 2021 entró en vigor en toda la Unión Europea la nueva etiqueta de eficiencia energética para electrodomésticos, con una escala de letras con letras desde la A hasta la G. Los más eficientes son los primeros (A, B, C o D) y los menos eficientes son los últimos (E, F, G), siendo esta última la que se reserva para aquellos electrodomésticos que menor eficiencia energética tienen, es decir, aquellos que necesitan una mayor cantidad de electricidad para mantener un rendimiento similar al de los primeros.

Esto se aplica a todos los electrodomésticos que podemos encontrar en el hogar, como lavadoras, secadoras, neveras, microondas, lavavajillas, televisores, tostadoras, secadores de pelo, batidoras, etc., y, por supuesto, los aparatos que forman parte de los sistemas de climatización también se incluyen aquí, como, por ejemplo, la unidad interior y la exterior de un sistema de aire acondicionado. Del mismo modo, también podemos destacar los elementos de iluminación del hogar, como las lámparas o las bombillas.

“Siempre recomendamos a nuestros clientes apostar por aquellos electrodomésticos y elementos que sean de bajo consumo energético, a pesar de que, en un principio, la inversión pueda resultar mayor” —nos comentan desde Tsclima—. “Con el paso del tiempo, se dan cuenta de que el gasto energético será menor y que no están pagando tanto dinero en la factura de la luz a final de mes” —aseguran—. Por ello, estos profesionales nos recomiendan apostar por aquellos electrodomésticos que tengan una alta eficiencia energética, los que se encuentran clasificados con las etiquetas A, B o C y descartar, los clasificados con las letras E, F, y, sobre todo, G.

Regula correctamente tu sistema de climatización

Estos profesionales nos comentan que son muchas las personas que utilizan los sistemas de climatización sin ton ni son, y que los ponen en pleno funcionamiento prácticamente todo el año. “Lo cierto es que, durante la primavera y el otoño, siempre que la temperatura no sea demasiado alta o demasiado baja, recomendamos no ponerlo en marcha” —comentan desde Tsclima—. “De hecho, los sistemas de climatización están pensados para suavizar la temperatura durante las épocas más frías o calurosas del año, como en invierno o en verano, no para hacer que en tu hogar sea invierno cuando es verano y viceversa” —añaden—

Del mismo modo, nos comenta que una buena estrategia para alcanzar una buena eficiencia energética doméstica puede ser el hecho de no bajar demasiado la temperatura en verano ni subirla demasiado en invierno. “Que haga frío en invierno y calor en verano es lo natural, por lo que, con ajustar la temperatura de manera para no pasar tanto calor o tanto frío es suficiente” —aseguran—.

“De hecho, para garantizar la eficiencia energética en el hogar, no recomendamos ajustar la temperatura del interior con una diferencia de más de 10ºC respecto a la del exterior. Así, si en el exterior estamos a 10ºC, con subirla a 18ºC o 20ºC, es más que suficiente” —insisten—.

“Lo mismo ocurre en verano, ya que, si en el exterior estamos a una temperatura de 32ºC, no deberíamos ajustar la temperatura del interior por debajo de los 22ºC” —concluyen—. Recuerda que, además, los cambios de temperatura bruscos pueden bajar las defensas y hacer que los humanos seamos más propensos a constiparnos.

 

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