Juan José Soriano, vecino de Yecla, ha desarrollado un gel que actúa como barrera cortafuegos al entrar en contacto con el agua. Su objetivo es evitar que los incendios forestales se propaguen. “Este producto no apaga directamente el fuego, sino que lo bloquea para que no avance”, explica.
El proyecto comenzó en 2017, cuando Soriano decidió estudiar cómo frenar grandes incendios. Desde entonces ha realizado pruebas en Guadalajara, Toledo, Murcia, Yecla y Valencia, incluyendo el Congreso Nacional de Bomberos de 2021.
“He hecho pruebas en muchas zonas, y todas han sido satisfactorias”, afirma. Sin embargo, denuncia que “las imágenes que se grabaron durante las demostraciones nunca se hicieron públicas” y que algunas autoridades “bloquearon la difusión del invento”.
¿Cómo funciona el gel?
El producto está compuesto por una mezcla de polímeros que se gelifica en segundos al mezclarse con agua. Para aplicarlo, Soriano ha diseñado una lanza que lo proyecta directamente sobre matorrales y vegetación. “En cuanto toca el combustible vegetal, se convierte en gel y crea una barrera de dos a tres horas”, detalla.
“No se trata de luchar contra el fuego, sino de frenarlo antes de que avance. Si no puede avanzar, no se convierte en un gran incendio. Este gel también apaga el fuego directamente por enfriamiento y sofocación”, señala.
El sistema permite adaptar la viscosidad del gel según la situación. “Podemos hacerlo más líquido o más espeso, según lo necesitemos. Incluso se puede lanzar desde el aire”, asegura.
Uso doméstico en desarrollo
Además de su aplicación profesional, Soriano trabaja en una versión doméstica. “Estoy terminando el desarrollo para que cualquier persona pueda tenerlo en casa”, comenta. “Un simple seto tratado con el gel puede salvar una vivienda”.
El gel también serviría para proteger explotaciones ganaderas o agrícolas, así como para incendios urbanos en los que sea necesario controlar la emisión de gases. “Podemos crear una capa impermeable que evite que salgan gases tóxicos”, añade.
Silencio institucional
Pese al potencial del invento, Soriano afirma que no ha recibido apoyo institucional. “Me cuesta llegar a las consejerías, a los políticos, a las personas con poder de decisión”, lamenta.
“Soy un ciudadano de a pie, y es imposible que te hagan caso si no tienes contactos”, añade con impotencia.
Lanza un mensaje claro: “Si alguien con responsabilidad escucha esto, mi teléfono está disponible. Estoy dispuesto a colaborar con quien quiera probar el sistema”.
“Esto no es un coste, es una inversión en vidas, naturaleza y futuro”, concluye.
Todo lo que sea ayuda a este infierno, bienvenido sea, te desea mucha suerte.