No se ha llevado nada, porque nada había. Las instalaciones de la piscina cubierta han vuelto a sufrir un robo ocurrido durante la madrugada del sábado.
El ladrón accedió a la piscina por una de las puertas traseras rompiendo el cristal. Una vez dentro pudo comprobar que poco o nada había que llevarse al bolsillo ya que no hay máquinas expendedoras que puedan ser “limpiadas” como ha ocurrido en otras ocasiones.
Esas maquinas fueron retiradas según ha explicado el concejal de Deportes, Pedro Romero, quien suma tres asaltos a las instalaciones para robar.
“Vamos a instalar cámaras de seguridad en el recinto que estarán conectadas directamente con la policía”, ha relatado el responsable de Deportes del consistorio. Una medida de seguridad que reforzará las actualmente existentes que pretende que quien o quienes han cogido a la piscina cubierta como “objeto de deseo” ilícito abandonen los “malos pensamientos”.