Desde Yecla, un rincón de la Región de Murcia, mi reconocimiento a todas las personas implicadas en las tareas desarrolladas por la gota fría que ha dejado anegada gran parte de la zona de levante.
La naturaleza siempre sigue su curso, hay personas que seguramente lo han perdido todo, familias algunas tan humildes que residían en casas tan antiguas como endebles, otras evacuadas y que realojadas están viviendo su pesadilla en un reguero largo de imágenes dantescas que quedan inmersas en nuestra memoria.
Orihuela, la tierra de Miguel Hernández donde el pueblo se ubica en parte más bajo que el río. Murcia a la que el Segura no da tregua desbordándose; un extensible mapa de pueblos y pedanías con graves daños en la agricultura y viviendas, y que además se ha llevado por delante la vida de cuatro personas.
Es lo que hay, «vivimos» en el Mediterráneo. Recuerdo la tragedia de las inundaciones de octubre de 1982 y el desbordamiento de la Presa de Tous, donde hubo víctimas de Yecla. Hemos oído crecientes preocupaciones tan grandes como las crecidas de los caudales y ríos, donde también incluso han golpeado vientos huracanados.
En mi pueblo de momento nos hemos librado de los cuantiosos daños materiales de otras zonas, que seguramente serán declaradas catastróficas por las trombas de agua.
En situaciones como estas, es cuando se demuestra la fragilidad de las personas, los cursos de agua no hay quien los pare, en todo caso se podrán aminorar las consecuencias, la previsión es la única herramienta, la prevención es una tarea más compleja y considerable que no siempre se proyecta, y ante los fenómenos atmosféricos, somos tan débiles que vamos con un soplo.
Escuchamos declaraciones de los más ancianos, diciendo que jamás habían visto cosa igual, buscando un techo para no mojarse. Miles de historias, gente atrapada, lluvias torrenciales donde el corazón debe desembocar en la solidaridad como humanos, frente a las experiencias de quienes están con el agua al cuello.
Por todos los efectivos, los servicios de emergencia, y aquellas personas que incluso físicamente agotadas están al pie del cañón pendientes del cielo, mi agradecimiento.
Gracias por el reconocimiento, pero al final estamos realizando nuestro trabajo que es por lo que nos pagan, al igual que hacen el resto de ciudadanos. A mí me gustaría reconocer la labor de los voluntarios, esas personas que en una situación de catástrofe, dejan su trabajo y familia y de forma GRATUITA trabajan tanto o más que los servicios de emergencias. Gracias voluntari@s.
Un miembro de los servicios de emergencias.
José Antonio, la naturaleza es imparable, pero pensemos en la irresponsabilidad de todos los equipos de gobiernos municipales que durante los últimos cincuenta o sesenta últimos años han permitido que se fuese urbanizando y construyendo en zonas inundables por naturaleza, supongo que por codicia y vanidad. Personas a las que nunca pedirán responsabilidades por todos los daños materiales y desgraciadamente personales.
Tendrias que pedirle responsabilidades a medio mundo tío, con 300 litros de agua en 7 u 8 horas quedaría inundada cualquier rincón del planeta, no te das cuenta que lo que ha ocurrido es un fenómeno atmosférico que pasa una vez cada 80 años, que poco te cuesta escribir, en vez de colaborar de verdad, no se te habrá ocurrido ir a quitar fango a las zonas murcianas inundadas, lo mismo no te considerás como tal, pero lo podías haber hecho, que sepas que gente voluntaria de Yecla ha estado quitando barro en viviendas de los Alcázares, no como otros, que solo abren el pico para criticar..
Manuel aqui y alli se ha costruido donde no se debe ni se puede.Y si el agua antes o despues sigue su curso pos su cauce natural o por el que le dejamos con la costruccion de infraestructuras y viviendas donde no se debe. Yo tambien achico agua y limpio barro.
La primera foto es de la carretera de Almansa? Lo digo porque estuvimos trabajando allí los bomberos de Almansa para rescatar a unas chicas atrapadas en sus coches. De echo el coche que se llevó el agua es de una chica de Yecla, menos mal que todo quedó en un susto solo.
Un saludo.