Ya lo dice el sabio refranero español: «Aunque raras, muy violentas son por julio las tormentas». Y así fue la que descargó, en la tarde del pasado viernes 31 de julio, sobre parte de la comarca del Altiplano. El gran tamaño de la piedra que cayó no se olvidará en muchos años. Fue algo similar a la que se registró en la pedanía yeclana de Raspay, en el mes de octubre de 2013, que dejó pérdidas importantes en viviendas y en la agricultura de la zona. La brutal tormenta de pedrisco se llevó por delante más de 2.000 hectáreas de cultivos, además de los daños en infraestructuras y en casas de campo.
La superficie de viñedos machacados por el pedrísco alcanzaría las 1.500 hectáreas de las que unas 700 hectáreas corresponderías al término yeclano y las 800 restantes a Jumilla, lo que se traduciría en más de dos millones de kilos de uva perdidos. En olivos son 350 hectáreas afectadas y en almendros otras 300, en ambos términos. También hay unas 60 hectáreas arrasadas de melones por el pedrisco y algunas parcelas de frutales, aunque son las menos. Este es el triste balance que ofrece el responsable de la COAG-IR en el Altiplano Pedro García que vuelve a lamentar «estas inclemencias meteorológicas que tanto dañan a la agricultura y la pena de ver que todavía hay muchos agricultores que no tienen aseguradas sus cosechas, por lo que lo han perdido todo en un instante».
Se trata de una primera estimación de los daños, que aún se pueden ver incrementados en los próximos días. Una valoración realizada por los técnicos del sindicato agrario de la COAG, tras visitar una gran extensión de los parajes afectados en los términos municipales de Yecla y Jumilla y sobre la información que les llega de los agricultores perjudicados.
En viñedos hay zonas tan dañadas en las que ya no se tiene que pensar en la próxima vendimia, porque hay fincas totalmente arrasadas. De igual manera, algunos agricultores descartan recolectar aceitunas o almendros, porque sus cosechas se encuentran en el suelo.
Las piedra caídas eran similares a pelotas de golf, incluso del tamaño de mandarinas, por lo que el impacto con todo lo que se estrellaban fue tan brutal, que rompieron techumbres de casas de campo y los cristales de numerosos vehículos. De nuevo, los caminos rurales se vieron también afectados por el arrastre de la gran cantidad de agua que descargó la tormenta y que todavía se agravó mucho más por la nueva tromba de agua que se registró, poco después de las 10 de la noche del pasado viernes. Entre las as dos tormentas se llegaron a recoger los 50 litros por metro cuadrado. El único beneficio importante será la recarga de los acuíferos.
Pedro García señala que los parajes más afectados de Yecla corresponden a la zona norte del término municipal y a los colindantes con Jumilla. En Yecla los parajes están próximos a las carreteras de Fuente Álamo, Montealegre y Almansa y son las Casa López, Tárraga, Pozuelo, Atalayas, Arabí, Casa del Conde, las Moratillas, Campules, casa Ibáñez y de las Especias y Los Chispos. En Jumilla la maldita nube descargó en los parajes de Tella, Aragona, Casa Jere, Cañada del Águila, del Cuadrado, el Calderoncillo, Casa Portal, los Almendros y la Lagunica.
Los ayuntamientos de Yecla y Jumilla, puestos en contacto con la Consejería de Agricultura, pondrán mañana lunes a disposición de los agricultores afectados los productos cicatrizantes para el tratamiento de las cepas y árboles dañados por el impacto del pedrisco.
La rabia y la impotencia es lo que predominaba ayer en los agricultores afectados, que fueron testigos impasibles de cómo se perdían sus cosechas, en poco más de media hora. También esa rabia contenida estaba en muchos propietarios de casas de campo que han tenido que regresar a la ciudad, debido a los daños en las techumbres que han sufrido sus residencias de verano. Los talleres mecánicos tendrán bastante trabajo en esta semana, para cambiar las muchas lunas de cristales rotas de coches. Fue el día de ayer, de gran trabajo y trasiego para los agentes de seguro, que tuvieron que emplearse a fondo para atender la gran cantidad des siniestros que dejó el pedrisco en la comarca del Altiplano.