Los Barrul, una historia de miseria

Sin agua, sin luz, sin nada con que calentarse… A sus 75 años, el corazón de José Barrul necesita un marcapasos y bastantes cuidados que en México se pueden conseguir con un dinero que no tiene. Su única salida era volverse a España, al país que le vio nacer y que abandonó hace 50 años para “hacer las Américas” y labrarse un futuro junto a su esposa.  En 1964 se fue de España hasta Argentina. Luego pasó a Brasil y más tarde terminó instalándose en MéxicoEn ese tiempo fue ganándose la vida como comerciante, sacando adelante a sus seis hijos y sin pensar que un día podría estar sin nada. Absolutamente sin nada.“Mis hermanos nos pagaron los pasajes de avión para los tres porque en España pueden atender a mi padre como hicieron hace años. Vinimos a Yecla porque mi padre tiene una sobrina viviendo aquí, pero su casa es pequeña, tiene tres hijos y no podemos estar allí más”, explica el hijo, Moisés, que con 34 años acompaña a sus padres.No es la primera vez que se trasladan a España por motivos sanitarios. En 2008 José fue operado del corazón en su ciudad natal, A Coruña. También entonces se repitió la historia de miseria y desesperación de estos miembros de una misma familia que malvivieron entonces hasta que la sanidad española pudo recuperar la salud de José. Después de la operación volvieron a México.Ocho años después, la salud de José no es buena. “Vengo a morir a mi país”, dice convencido y mirándote a los ojos este anciano que predica la palabra de Dios, al que nombra constantemente porque seguramente es lo único que le da fuerzas para continuar.Junto a él, su mujer Concepción, de 65 años de edad, relata que desde hace un mes están en Yecla. “Hemos dormido cuatro noches en el hospital, en cajeros automáticos, en un albergue de Cáritas”, hasta que han llegado a una casa en ruinas, abandonada, en la avenida de la Paz donde sobreviven con unos colchones tirados sobre el suelo de una habitación que se ilumina con un par de velas. “Estamos en la calle. La asistencia social nos dice que tenemos que estar 10 años en España para tener derecho a alguna pensión. En Cáritas nos dieron alimentos y se portaron muy bien. Podría ir al asilo, pero tengo a mi hijo y no puedo dejarlo en la calle”. Concepción insiste en que digamos que “si alguien quiere traernos mantas, alimentos… aquí estamos”.

[ot-caption title=»Los tres miembros de la familia en la casa abandonada que ocupan.» url=»https://elperiodicodeyecla.com/wp-content/uploads/2017/02/ancianos2.jpg»]

Por una escalera trasera, en medio de cascotes, basura y mucha miseria acumulada, se sale de la casa en la que los Barrul llevan durmiendo ya unas cuantas noches.

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Asuntos sociales

La familia Barrul ya ha sido atendida en asuntos sociales del ayuntamiento de Yecla donde hablan de “confidencialidad” a la hora de tratar el tema. La responsable de Política Social, Remedios  Lajara, ha comentado que a estas personas se les ha ofrecido acudir a la residencia de ancianos, aunque evidentemente allí no puede ir el hijo de 35 años.También ha relatado que el ayuntamiento no tiene ninguna casa que poder prestar a esta familia y que se les ha dado opciones para poder paliar la situación en la que viven en la actualidad.