La radio tal vez sea el medio de comunicación más rápido del mundo. La radio puede oírse en cualquier oficina; fábricas, comercios y sobre todo en el hogar.
Para muchas personas que están solas, el dial de una emisora resulta una compañía excepcional; agricultores encima de un tractor, tienen este recurso; muchas mujeres que trabajan en casa, por ejemplo tapizado, la radio les ofrece un sonsonete que junto al ritmo de la máquina cosedora, dan puntadas de hilo a la vida y llevan a cabo el desarrollo de su faena en buena compañía.
Los aparatos de radio que en su día se asemejaron a la voz del milagro han evolucionado en el transcurso del tiempo; recordamos aquellos aparatos antiguos, algunos incluso piezas de museo que se cubrían con una tela confeccionada en ganchillo; los que necesitaban antena, y sobre todo los pequeños transistores con pilas y funda de cuero.
Este sistema de ondas electromagnéticas también puede viajar con nosotros en el coche, para no ir de vacío, según vayamos avanzando sintonizará los rincones y nos dará la señal más cercana, porque nunca tendrá intención de abandonarte.
La radio que escucharon nuestros padres y no todos, casi como único medio, en épocas de estrecheces o economía frágil, emociones y dedicatorias; de música y anuncios; portadora de buenas y malas noticias y de mensajes grandes de la historia.
Soy de escuchar la radio en directo, voy a menudo con los auriculares, no así tanto de las noticias enlatadas, pienso que ya no es lo mismo y se pierde la esencia de lo inmediato.
Es muy frecuente que las cadenas valoren su eficacia sobre el número de oyentes, con esos estudios generales de medios a lo que llaman oleada, lo cual es bueno, la competencia debe ayuda a mejorar la calidad del “producto” en un sistema donde predominan demasiado las marcas.
Seguramente con la virtud de una compañera insustituible de entretenimiento, como sonido de fondo que no interfiere o válvula de escape, me gusta escuchar radio, soy oyente de varias cadenas porque quiero contrastar la información. Bien entrada la noche, oigo el resumen del día y sigo los programas deportivos, y en la madrugada como compañera tutelada, y tener el sueño ligero, la radio continúa sonando entre el transistor y el larguero.
a la radio.