El concejal de Educación, Pedro Romero, ha comparecido para dar explicaciones relativas al colegio público San José de Calasanz, que sufrió “graves desperfectos y desprendimientos de ladrillo en la fachada”. Ocurrió durante los últimos días del pasado mes de agosto y hoy en día pueden observarse los restos de la fachada caída.
El edil ha llamado a la calma y ha informado de que al día siguiente del suceso se personaron en el lugar técnicos del Ayuntamiento y de la Comunidad Autónoma. Los estudios preliminares apuntan a que pequeñas filtraciones de agua continuadas en el tiempo serían la causa del desprendimiento de parte de la fachada.
La concejalía de Educación inició un procedimiento de urgencia que llevó a que el pasado viernes 31 de agosto. Se ha formalizado un contrato de obras para reparar los desperfectos por valor de algo más de 28.000 euros. La adjudicataria ha sido una empresa local que espera iniciar las reparaciones esta misma semana. Se reforzará la tela asfáltica y la cubierta, y se mejorarán los canales de agua, entre otras medidas. Romero no ha sabido concretar el plazo de ejecución de las obras que comenzarán de inmediato.
El viernes 7 de septiembre el colegio San José de Calasanz iniciará las clases con normalidad. Los técnicos no ven incompatible la actividad lectiva con las obras: se ha acordonado la zona y se priorizarán las reparaciones en horario de tarde.
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Inaugurado en 2008
Romero ha explicado que los servicios jurídicos valoran la posibilidad de reclamar los daños a la constructora del centro. Fue el septiembre de 2008 cuando se realizó la inauguración oficial del colegio aunque antes se realizó la entrega de la obra por parte de la constructora. En este sentido, la empresa está obligada a dar 10 años de garantía sobre la construcción. Los servicios jurídicos están comprobando cuándo fue la fecha exacta de recepción.
La obra tuvo un presupuesto inicial de 2.598.000 euros, según las cuentas que entonces hizo públicas la que era concejala de Educación, María del Carmen Fresneda.
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Las imágenes son realmente preocupantes. Parece que el problema son los dinteles. Si el error se repite en el resto del edificio, algo que cabe esperar, reabrir el colegio antes de dar solución al problema es una insensatez que podría tener trágicas consecuencias.