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🌼 sábado 27 abril 2024
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El digestólogo, doctor Vivancos asegura que «la mayoría de las enfermedades nos las comemos»

Los doce alimentos que más sustancias tóxicas bioacumulan

“Tenemos que leer muy bien el etiquetado de los alimentos, porque muchas veces la industria de la alimentación nos engaña”, asegura el Doctor Francisco Vivancos, médico internista y digestivo del Hospital Virgen del Castillo de Yecla. Con estas palabras comenzó su conferencia titulada ¿Es la alimentación de nuestros días saludable?, que ofreció el pasado 2 de junio, durante el I Encuentro Yecla Mira al Futuro, ¿Qué agricultura queremos?

Hoy en día vivimos rodeados de comida, pero apenas sabemos cuál es su origen o cómo ha sido producida y procesada. En las etiquetas no se especifica todo lo que realmente contiene un producto, porque hay una parte de su composición que es invisible y puede pasar desapercibida, como son “pesticidas, plaguicidas, hormonas, dioxinas y metales pesados, que son sustancias tóxicas presentes en los alimentos procedentes de la agricultura industrial. Éstas se van bioacumulando en nuestro organismo para poder provocar enfermedades”, según explica el Dr. Vivancos.

bioconstrucciones

“Los lácteos que no proceden de ganadería ecológica pueden contener estos productos que he mencionado concentrados. Esto se debe, principalmente, a que los animales de ganadería intensiva están comiendo continuamente piensos manipulados genéticamente y producidos de forma intensiva, junto a otras sustancias perjudiciales, que se almacenan en su grasa y pasan a nosotros cuando comemos su carne y bebemos su leche en estas condiciones”.

Las autoridades toman precauciones en el caso de los peces contaminados con mercurio, por eso en época de embarazo y lactancia recomiendan no comerlos, porque es muy peligroso para la formación del sistema nervioso de los bebés y lactantes. Sin embargo, “no se toman las mismas medidas de precaución con las carnes”, comenta el médico internista.

LOS DOCE ALIMENTOS QUE MÁS SUSTANCIAS TÓXICAS BIOACUMULAN

De la Lista del EWG del 2016.

  1.    Fresas
  2.    Manzanas
  3.    Nectarinas
  4.    Melocotones
  5.    Apio
  6.    Uvas
  7.    Cerezas
  8.    Espinaca
  9.    Patatas
  10.    Pimiento morrón
  11.    Tomates cherry, tomates
  12.    Pepinos

Durante su exposición, el Dr. Vivancos destacó que “las patatas, las hojas verdes, los tomates y las frutas son los alimentos que más insecticidas bioacumulan. En el caso de las peras pueden contener hasta diez de estos productos para eliminar las plagas. Los frutos rojos, reconocidos por su valor antioxidante, pierden esta función en gran medida cuando son manipulados con estas sustancias”. El problema no sólo es la producción, sino también el procesamiento y almacenaje de los alimentos. 

“Nuestro organismo tiene tres poderes: el sistema nervioso, el sistema endocrino y el inmunológico. Cuando nuestro sistema neuroendocrino se desajusta es cuando empiezan una gran parte de problemas”,  según explicó el médico y añadió: «las hormonas pueden verse afectadas por una sustancia en cantidad de millonésimas de miligramo».

“Por ejemplo, una bebida inocente de cola con cafeína metida en plástico y con doce cucharadas de azúcar por litro, nos puede acarrear una serie de problemas si la tomamos con frecuencia: obesidad, infertilidad, problemas cardíacos, osteoporosis, etc.”

En muchas ocasiones he escuchado a personas de mi entorno comentar que cuando uno es joven puede permitirse casi cualquier cosa, porque el cuerpo parece que resiste casi todo, y a partir de los treinta vienen los problemas y es cuando más hay que cuidarse. Según el Dr. Vivancos, es justo lo contrario y lo explica así:

«Hasta los treinta años casi nadie se preocupa de la salud. A partir de ahí, lo que hayamos hecho antes es lo que en parte se va a expresar. Esto es un juego de genes, como jugar a los dados,  y en un momento determinado empiezan a expresarse las enfermedades, según el trato que hayan recibido» 

LOS AEROSOLES CONTAMINAN EL AIRE QUE RESPIRAMOS

Algo de lo que apenas se habla es de la aerosolización que observamos a diario en los campos, y según el médico: «El problema se agrava cuando se produce a escasos dos mil o tres mil metros de las poblaciones, contaminando el aire. Estas partículas se mantienen estables cuando viajan con el viento y, por tanto, están presentes en el aire que respiramos, ya que estas sustancias viven casi de forma permanente»

También se da muchas veces la situación de que en un terreno están fumigando y en el de al lado están recolectando, de esta manera se saltan los plazos y márgenes de seguridad. Hoy en día, «los pesticidas se manipulan con mucha más facilidad de la que se debería y no hay vigilancia eficiente ni control suficiente en este sentido; cuando se sabe que la toxicidad aguda puede provocar problemas muy serios de salud».

“Un insecticida está diseñado para matar a seres que tienen un código genético con bastante semejanza  al nuestro, o por lo menos comparte la química. Estas sustancias producen disrupción hormonal. Cuando las ingerimos a las dosis permitidas, aunque sean niveles pequeñísimos, actúan seguro por bioacumulación.  Pueden haber toxicidad directa sobre el sistema nervioso, la médula ósea, el hígado, el aparato digestivo, la piel y los riñones”.

dortegas

A lo largo de su carrera profesional de más de treinta años ejerciendo la medicina, el Dr. Vivancos ha llegado a la conclusión de que la mayoría de las enfermedades comunes nos las estamos comiendo: “van del huerto a la mesa y de la mesa al síndrome metabólico y a las enfermedades relacionadas con los tóxicos que se acumulan en nuestro cuerpo”.

El doctor manifestó que su intención no es ser catastrofista sino simplemente crear conciencia: “me veo en la obligación de hacer estas reflexiones en voz alta, por la autoridad que me da mi profesión y por los conocimientos que tengo. No me creo que esta sea la única sociedad posible, hay que apostar por otro estilo de vida, en la que abunden los alimentos de calidad, sostenibles y de cercanía”.

Y terminó con la siguiente reflexión: “el hombre moderno, con toda su tecnología y manipulación de sustancias, ha caído en su propia tela de araña, difícilmente saldremos de ella. Pero la misión de las personas que nos damos cuenta de estas cosas es enseñar a los demás y alertar de los peligros que hay, así como de las alternativas saludables”.

 

Nuevo Colaborador en la sección Vida Natural del Periódico de Yecla:  

El Dr. Francisco Vivancos es médico internista del Hospital Virgen del Castillo (Yecla), especialista en medicina digestiva y máster en medicina deportiva.

Informará sobre cómo prevenir enfermedades a través de una alimentación y estilo de vida saludables.


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Bienvenida Morales
Bienvenida Morales
Periodista licenciada por la Universidad Complutense de Madrid es especialista en tema de vida sana y propiedades sobre el agua de mar

“Tenemos que leer muy bien el etiquetado de los alimentos, porque muchas veces la industria de la alimentación nos engaña”, asegura el Doctor Francisco Vivancos, médico internista y digestivo del Hospital Virgen del Castillo de Yecla. Con estas palabras comenzó su conferencia titulada ¿Es la alimentación de nuestros días saludable?, que ofreció el pasado 2 de junio, durante el I Encuentro Yecla Mira al Futuro, ¿Qué agricultura queremos?

Hoy en día vivimos rodeados de comida, pero apenas sabemos cuál es su origen o cómo ha sido producida y procesada. En las etiquetas no se especifica todo lo que realmente contiene un producto, porque hay una parte de su composición que es invisible y puede pasar desapercibida, como son “pesticidas, plaguicidas, hormonas, dioxinas y metales pesados, que son sustancias tóxicas presentes en los alimentos procedentes de la agricultura industrial. Éstas se van bioacumulando en nuestro organismo para poder provocar enfermedades”, según explica el Dr. Vivancos.

bioconstrucciones

“Los lácteos que no proceden de ganadería ecológica pueden contener estos productos que he mencionado concentrados. Esto se debe, principalmente, a que los animales de ganadería intensiva están comiendo continuamente piensos manipulados genéticamente y producidos de forma intensiva, junto a otras sustancias perjudiciales, que se almacenan en su grasa y pasan a nosotros cuando comemos su carne y bebemos su leche en estas condiciones”.

Las autoridades toman precauciones en el caso de los peces contaminados con mercurio, por eso en época de embarazo y lactancia recomiendan no comerlos, porque es muy peligroso para la formación del sistema nervioso de los bebés y lactantes. Sin embargo, “no se toman las mismas medidas de precaución con las carnes”, comenta el médico internista.

LOS DOCE ALIMENTOS QUE MÁS SUSTANCIAS TÓXICAS BIOACUMULAN

De la Lista del EWG del 2016.

  1.    Fresas
  2.    Manzanas
  3.    Nectarinas
  4.    Melocotones
  5.    Apio
  6.    Uvas
  7.    Cerezas
  8.    Espinaca
  9.    Patatas
  10.    Pimiento morrón
  11.    Tomates cherry, tomates
  12.    Pepinos

Durante su exposición, el Dr. Vivancos destacó que “las patatas, las hojas verdes, los tomates y las frutas son los alimentos que más insecticidas bioacumulan. En el caso de las peras pueden contener hasta diez de estos productos para eliminar las plagas. Los frutos rojos, reconocidos por su valor antioxidante, pierden esta función en gran medida cuando son manipulados con estas sustancias”. El problema no sólo es la producción, sino también el procesamiento y almacenaje de los alimentos. 

“Nuestro organismo tiene tres poderes: el sistema nervioso, el sistema endocrino y el inmunológico. Cuando nuestro sistema neuroendocrino se desajusta es cuando empiezan una gran parte de problemas”,  según explicó el médico y añadió: «las hormonas pueden verse afectadas por una sustancia en cantidad de millonésimas de miligramo».

“Por ejemplo, una bebida inocente de cola con cafeína metida en plástico y con doce cucharadas de azúcar por litro, nos puede acarrear una serie de problemas si la tomamos con frecuencia: obesidad, infertilidad, problemas cardíacos, osteoporosis, etc.”

En muchas ocasiones he escuchado a personas de mi entorno comentar que cuando uno es joven puede permitirse casi cualquier cosa, porque el cuerpo parece que resiste casi todo, y a partir de los treinta vienen los problemas y es cuando más hay que cuidarse. Según el Dr. Vivancos, es justo lo contrario y lo explica así:

«Hasta los treinta años casi nadie se preocupa de la salud. A partir de ahí, lo que hayamos hecho antes es lo que en parte se va a expresar. Esto es un juego de genes, como jugar a los dados,  y en un momento determinado empiezan a expresarse las enfermedades, según el trato que hayan recibido» 

LOS AEROSOLES CONTAMINAN EL AIRE QUE RESPIRAMOS

Algo de lo que apenas se habla es de la aerosolización que observamos a diario en los campos, y según el médico: «El problema se agrava cuando se produce a escasos dos mil o tres mil metros de las poblaciones, contaminando el aire. Estas partículas se mantienen estables cuando viajan con el viento y, por tanto, están presentes en el aire que respiramos, ya que estas sustancias viven casi de forma permanente»

También se da muchas veces la situación de que en un terreno están fumigando y en el de al lado están recolectando, de esta manera se saltan los plazos y márgenes de seguridad. Hoy en día, «los pesticidas se manipulan con mucha más facilidad de la que se debería y no hay vigilancia eficiente ni control suficiente en este sentido; cuando se sabe que la toxicidad aguda puede provocar problemas muy serios de salud».

“Un insecticida está diseñado para matar a seres que tienen un código genético con bastante semejanza  al nuestro, o por lo menos comparte la química. Estas sustancias producen disrupción hormonal. Cuando las ingerimos a las dosis permitidas, aunque sean niveles pequeñísimos, actúan seguro por bioacumulación.  Pueden haber toxicidad directa sobre el sistema nervioso, la médula ósea, el hígado, el aparato digestivo, la piel y los riñones”.

dortegas

A lo largo de su carrera profesional de más de treinta años ejerciendo la medicina, el Dr. Vivancos ha llegado a la conclusión de que la mayoría de las enfermedades comunes nos las estamos comiendo: “van del huerto a la mesa y de la mesa al síndrome metabólico y a las enfermedades relacionadas con los tóxicos que se acumulan en nuestro cuerpo”.

El doctor manifestó que su intención no es ser catastrofista sino simplemente crear conciencia: “me veo en la obligación de hacer estas reflexiones en voz alta, por la autoridad que me da mi profesión y por los conocimientos que tengo. No me creo que esta sea la única sociedad posible, hay que apostar por otro estilo de vida, en la que abunden los alimentos de calidad, sostenibles y de cercanía”.

Y terminó con la siguiente reflexión: “el hombre moderno, con toda su tecnología y manipulación de sustancias, ha caído en su propia tela de araña, difícilmente saldremos de ella. Pero la misión de las personas que nos damos cuenta de estas cosas es enseñar a los demás y alertar de los peligros que hay, así como de las alternativas saludables”.

 

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El Dr. Francisco Vivancos es médico internista del Hospital Virgen del Castillo (Yecla), especialista en medicina digestiva y máster en medicina deportiva.

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Bienvenida Morales
Bienvenida Morales
Periodista licenciada por la Universidad Complutense de Madrid es especialista en tema de vida sana y propiedades sobre el agua de mar
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3 COMENTARIOS

  1. Hola Francisco realmente tu argumento de que la esperanza de vida ha aumentado los años que vivimos es anticuada. Dime el porcentaje de personas que hoy en dia, a partir de los 60 por no decir edades inferiores, vive sin haber sufrido ningún tipo de enfermedad o depende de algún medicamento. Porque la calidad de vida no depende de cuantos año s vivas sino de que no necesites ningún medicamento o tratamiento por el resto de tus días, como sucede en el presente, mas cáncer etc etc. El no tiene que demostrarte nada, al contrario.
    El trabaja en un hospital donde cada día ve a gente mas joven con problemas de salud independientemente del estilo de vida que lleves.

  2. Doctor Vivancos si esto es así. Usted puede explicarnos, por qué, si la esperanza de vida a finales del siglo XIX era tan solo de 50 años, ahora empezando el siglo XXI es de 78 años?.
    Por aquél entonces no existían, aerosoles, pesticidas, plaguicidas, hormonas, etc. etc, tampoco existía la cola, entonces si todo esto es tan dañino, a que se debe que la vida de las personas haya aumentado en estas proporciones?. Sería bueno que usted diera otra conferencia explicándolo.

Bienvenida Morales
Bienvenida Morales
Periodista licenciada por la Universidad Complutense de Madrid es especialista en tema de vida sana y propiedades sobre el agua de mar
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