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La Subida cerró otro capítulo de las historia de las Fiestas. Con el recuerdo por el lamentable accidente pirotécnico de la tarde del Jueves de Clavarios, el domingo, 17 de diciembre, se vivió una intensa jornada festiva en la ciudad de Yecla, que comenzó con la celebración de la tradicional misa y posterior Minerva en la basílica de la Purísima, a la que asistieron los mayordomos, pajes, clavarios, ayudantes mayores, directivos y representantes de la Asociación de Mayordomos y de la Corte de Honor, así como el alcalde de la ciudad y otras autoridades municipales.
La solemnidad de la celebración religiosa se acrecentó con la procesión Minerva, en la que se venera al Santísimo Sacramento y a las puertas del atrio se bendice a todos los “tiraores” que situados en el entorno de la basílica de la Purísima dispararon sus arcabuces de continuo, incluidos los clavarios y el mayordomo del Bastón, Manuel Lidó Rico, mientras su compañero, Francisco Javier Romero realizó el juego de la Bandera. Un momento espectacular y único en el que se aúna devoción, tradición y veneración.
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La mañana continuó con el recorrido de todas las agrupaciones de escuadras y la Retaguardia en formación por las calles Concepción y Zaplana, en recuerdo a dos de las figuras principales de las fiestas, también con disparos de arcabuz, un recorrido que transcurrió hasta los domicilios del mayordomo de la Bandera y posteriormente al del Bastón.
La formación de los “tiraores” y los disparos de arcabuz se mantuvieron en el recorrido para la Subida de la Patrona al santuario del Castillo que tuvo lugar por la tarde y a la que se sumó la presencia de cientos de devotos de todas las edades, dispuestos a acompañar a la imagen de la Purísima Concepción en su regreso al santuario.
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De nuevo, el disparo incesante de arcabuces y el juego de la Bandera recibieron a la Patrona ante el santuario, que se mezclaron con los aplausos y las aclamaciones durante las tres vueltas que tradicionalmente se dan al pino situado en la explanada antes de entrar en el santuario. Finalizado este ritual, tras el canto de la Salve y del Himno a la Virgen del Castillo, se escuchó el canto tradicional de los auroros de la Cofradía de la Aurora de Yecla que desde antiguo dan la bienvenida a la Patrona en el día de regreso al santuario.
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Cesión del mando
A continuación, los “tiradores” y sus respectivos cargadores, junto a los directivos de las agrupaciones de escuadras y de la Asociación de Mayordomos, así como familiares y demás acompañantes, volvieron a la ciudad, al entorno de la Iglesia Vieja y calle Concejal Sebastián Pérez para realizar la Entrega de Insignias y el nombramiento de los mayordomos de las Fiestas de la Virgen de 2018, como cierre de las Fiestas Patronales de Yecla en este año en que se ha cumplido el 375º aniversario de su celebración.
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El simbolismo histórico de la Entrega de Insignias responde a “la disolución de la compañía” y en las Fiestas de la Virgen de Yecla supone el traspaso del mando y la representación festiva a los nuevos mayordomos del Bastón y de la Bandera. Con un ritual de varios siglos de antigüedad y aplicando el correspondiente protocolo, en primer lugar, Francisco Javier Romero Candela cedió la Bandera a Ascensio Martínez Férriz, que la acogió con la promesa de ser fiel a la tradición y procedió por primera vez a jugar la insignia ante todos los presentes; después, Manuel Lidó Rico hizo lo propio con el Bastón que representa el mando de la compañía de “tiraores devotos”, cediendo la insignia a Jorge Ruiz Azorín, quien también expresó públicamente su compromiso de fidelidad con la tradición de las Fiestas Patronales y disparó sus arcabuces como refrendo de este compromiso.
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Tras este ritual que aúna la alegría de los nuevos mayordomos con el sentimiento de nostalgia de los mayordomos que les han precedido, la comitiva les acompañó a sus respectivos domicilios con el ánimo puesto en el Día de Acción de Gracias que, según las ordenanzas festivas, se celebrará el primer domingo del próximo año 2018.
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