Con la que está cayendo, ¿quién piensa en comprar un colchón, una silla, o en renovar un comedor en Cataluña? No son muchos los catalanes que se plantean acercarse a una tienda para comprar muebles para sus casas cuando no tienen cierta seguridad sobre el futuro más próximo. Por lo menos, eso es lo que dicen las estadísticas que manejan los fabricantes de muebles, que están pagando la factura del “procés” pese a estar a cientos de kilómetros de donde se originó.Hasta un 50% menos. Esa es la contundente estadística que dice que durante el pasado mes de octubre las ventas de muebles cayeron en picado en la comunidad autónoma catalana donde la inestabilidad política, social y económica se nota en todas las áreas.Y esa realidad se traslada también a la ciudad del mueble en la Región de Murcia. Las empresas de Yecla están notando la falta de pedidos desde aquellas tierras desde el pasado mes de septiembre, aunque en las últimas semanas ese descenso se ha hecho más evidente.El Presidente de la Asociación Regional de Empresarios del Mueble y la Madera (AREMA), Pedro Arcas, ha confirmado la inquietud que está causando en el sector la situación política en aquella parte de España que se está traduciendo en un miedo a consumir “y una falta de pedidos”.Arcas explica que “llevamos unos meses muy buenos de pedidos, exportaciones y trabajo, pero hay un sentimiento general que nos hace prever un parón porque estamos hablando de una comunidad que supone el 20% del PIB de España, más o menos”. El presidente de AREMA destacó que el mes de septiembre las ventas de muebles bajaron un 35% “y en octubre fue un desastre”. La situación es complicada porque hay proyectos con inversiones muy importantes en el sector hotelero “que no digo que no se vayan a hacer, pero sí se han paralizado por el momento”.
[hana-code-insert name=’Adsense noticias’ /]
Esa comunidad era hasta ahora “muy pujante y es verdad que nos afecta a todos, a unos más que a otros, pero todos lo estamos notando bastante”. Además de la proximidad geográfica, la industria del mueble de Yecla siempre ha tenido una buena relación comercial con el mercado catalán. Algunas empresas tienen allí a sus principales clientes, otras traducen esos vínculos comerciales en porcentajes como el 9% de su facturación. Es el caso de la empresa yeclana Funcional Mobiliario. Desde hace 25 años fabrica sillas sobre las que se sientan miles de catalanes. Lo que estaba siendo un año de crecimiento en las ventas de en torno a un 10% se ha transformado en un descenso de un 20% en los últimos tres meses de este 2017. “Estamos en un compás de espera. Los representantes te piden que tengamos paciencia y esperemos a ver qué es lo que pasa con las elecciones”, explica el gerente de la empresa, Fulgencio López.Este industrial lleva toda su vida trabajando con la venta al consumidor de zonas como Barcelona y Tarragona. Sobre ese mercado resalta que “están a la vanguardia, lo que hoy te demandan es lo que va a ser tendencia en breve”. Sin embargo ahora está todo parado. “Lo ves con tristeza porque son centros urbanos con tanta potencia como Barcelona y están completamente parados. Nosotros ya notamos la situación a mediados de septiembre cuando grandes empresas de ventas de muebles en Cataluña, que son clientes nuestros, nos explicaron que no venían a la Feria del Mueble Yecla porque había mucha incertidumbre con lo que estaba pasando allí”. La fortuna es que “Cataluña baja pero mercados como Madrid están despegando. Se compensan”. Esa situación que empieza a notar el sector del mueble en Yecla es un ejemplo de la existencia de un mercado común donde los “resfriados” de unos terminan afectando a todos en mayor o menor medida.Si hace apenas unas semanas este mismo diario se hacía eco de la decisión de la empresa Fásteners Distribución de trasladar su sede social y fiscal desde la localidad barcelonesa de Santa Perpetua de Mogoda hasta Yecla por el conflicto independentista, ahora los daños de esa situación los padecen en primera persona las empresas de Yecla.
[hana-code-insert name=’Addoor’ /]