El equipo de baloncesto adaptado de la asociación No Hay Límite, que trabaja por la integración de personas con discapacidad a través del deporte, logró un destacado subcampeonato en el Campeonato de España de la Segunda División Nacional.
El equipo de Yecla, que en 2023 se proclamó campeón en Ciudad Real, volvió a demostrar su valía en una emocionante competición celebrada en Alcalá de Henares. Durante cuatro días, más de 300 deportistas de distintas partes de España compartieron la experiencia, los retos y las alegrías de un torneo lleno de emociones, que para No Hay Límite ha significado una nueva oportunidad para destacar tanto en lo deportivo como en lo humano.
Un camino lleno de esfuerzo y compromiso
El torneo contó con la participación de diez equipos, todos ellos llenos de ilusión y con el objetivo de dar lo mejor en la cancha. No Hay Límite, en su primer año en la difícil categoría de Segunda División Nacional Adaptada, demostró ser un contendiente fuerte, metiéndose por segundo año consecutivo en la gran final tras una destacada actuación en la fase de grupos.
Con tres victorias en su haber, dos en la fase de grupos y una semifinal ajustadísima contra el equipo grancanario Inclúyete, los jugadores de No Hay Límite lograron avanzar a la final. Allí se enfrentaron al equipo anfitrión de Alcalá en un partido vibrante y reñido, que finalmente terminó con un marcador de 22-15 a favor del conjunto local.
Campeones en valores
A pesar de no conseguir la victoria, los jugadores de No Hay Límite se mostraron orgullosos de su desempeño y felicitaron con deportividad al equipo campeón. Para ellos, el baloncesto va más allá del resultado en la cancha. «Aunque desde la grada afirman que las finales están para ganarlas, para nosotros, estos chicos ya son grandes campeones por su aprendizaje, coraje, respeto al prójimo y saber estar», comentan desde la dirección del equipo.
Un futuro lleno de ilusión
El torneo no solo fue un espacio para competir, sino también para mejorar las relaciones sociales, compartir ilusiones y afrontar nuevos retos. Cada uno de los jugadores se llevó consigo una experiencia inolvidable, marcada por el compañerismo y el esfuerzo conjunto.
Desde la asociación No Hay Límite, que apuesta por la inclusión social a través del deporte, no cabe duda de que el equipo seguirá dejando huella en el baloncesto adaptado. Con su ejemplo, demuestran que no hay obstáculos insalvables cuando se juega con corazón. ¡Enhorabuena, campeones!
