Este sábado, 8 de junio, se celebró en Villaverde de Arcayos (Almanza, León) la romería de la Virgen de Yecla, festividad mariana, dedicada a la virgen que acoge la ermita de la Yecla, situada en un altozano muy cerca de la ribera del río Cea.
Sorprende que allá en León exista esta virgen, esta ermita y que además, para más inri, esté situada junto al municipio de Almanza, de claro origen árabe, al igual que nuestra vecina Almansa. Si bien la manchega tiene por origen etimológico ‘al-manṣaf’ (en la mitad del camino, por encontrarse en plena Vía Augusta), la leonesa, afirman quienes lo han analizado, proviene de la acepción árabe de ‘mirador’, pues se sitúa también en un altozano que servía de zona de vigía.
Pero volvamos a esta romería de la Virgen de la Yecla. Según el Diario de León, «el nombre de Yecla o Iecla aparece en un documento latino en la donación del rey Sancho I de Castilla al Monasterio de Sahagún, de la villa ‘que llaman Ribera roja de Calaveras junto al río Ceia (Cea) y sobre la villa que llaman Yecla’ igualándola con la villa de Calaveras».
Actualmente, Calaveras se ha dividido en dos, la de Arriba y la de Abajo, ambas con apenas 20 habitantes. Sin embargo, de la supuesta aldea de Yecla, que también se situaba en torno a la ribera del río Cea, si bien esta al sur de Almanza, no queda nada más que la ermita que se erige en un pequeño altozano.
Villaverde de Arcayos
Hoy, en esa zona se encuentra Villaverde de Arcayos, localidad perteneciente al municipio de Almanza y que cuenta con unos 100 habitantes. Así la describe El Diario de León: Villaverde de Arcayos es hoy un núcleo urbano alegre y acogedor, asentado sobre las aguas del Cea. Actualmente, disfruta de una próspera agricultura cerealista y herbácea en las tierras llanas de la villa, regadas por el pequeño río Camba -Reguero del Valle- que nace en el monte de su nombre, muy próximo al páramo palentino.
Hace más de tres décadas, mediante una obra de ingeniería hidráulica, se trajeron los manantiales de Valdelafuente. De esta traída se ha beneficiado Villaverde con la mayor afluencia de agua, que ha hecho intensificar los variados cultivos agroalimentarios y herbáceos en el Pago como se le viene denominando por estos lares.
También se beneficia, de las aguas de Valdelafuente, la ermita o santuario de Santa María de Yecla. Sus devotos y visitantes, gracias a este agua, pueden saciar su sed y refrescar sus fauces en los cristalinos chorros de sus caños que chapotean en la pila de la abundosa fuente. El verdor casi perenne del Pago puede ser la causa de la procedencia etimológica de Villaverde (Villa-verde).
A día de hoy, la localidad de Yecla ha desaparecido y no se conoce las circunstancias y cuando sucedió. Pero, como decíamos, desde el siglo dieciocho se eleva en un altozano quizá, no lejos de la desaparecida villa, el blanco santuario orientado hacia el Sur, dedicado a Nuestra Señora de Yecla.
Desde la meseta de esta localidad se puede divisar una amplia vega conocida como la Vega de Yecla. Este santuario es objeto de gran veneración y devoción por parte de los habitantes de los pueblos que se encuentran en la ribera del Cea.
El estudio de Hernández Cutillas
El escritor yeclano Alfonso Hernández Cutillas, sorprendido también por este hallazgo, decidió investigar hace unos años el origen de la ermita y de su patrona. Publicó todos sus descubrimientos en este interesante artículo, del cual extraemos algunas líneas.
Existe documentación en esta región, que en la parte Noroeste del Santuario actual, entre la Vega de Yecla y los Riachos, estuvo en otro tiempo emplazado el pueblo de Yecla, desaparecido por una peste. Los pocos que quedaron en el pueblo decidieron conservar muy cerca de sí la Imagen de la Virgen de Yecla para que los protegiera contra la mortandad.
Ciertos es que no faltó quien pretendió que la ermita se edificase en unos terrenos de la parte bajera, más pronto vieron que los trabajos que realizaban durante el día quedaban desbaratados por la noche, por donde vinieron a entender, y así lo cuenta la tradición popular, que la voluntad de la Virgen era que construyera la iglesia en el lugar de su aparición.
En cuanto a la imagen de Nuestra Señora de Yecla «es de madera policromada. Se muestra de pie y sostiene el Infante con el brazo izquierdo y alarga la mano derecha. Flexiona la cabeza hacia el lado izquierdo, en un delicado escorzo, con una gran corona de metal en equilibrio inverosímil. Actualmente está repintada en colores llamativos (verde y rojo). Los historiadores calculan que la Imagen de Nuestra Señora de Yecla es del siglo XVII o XVIII, aunque se supone que hubo una anterior ya desaparecida».
Sea como fuere, este sábado fue el día grande de la Virgen de Yecla. Y allí se dieron cita romeros de toda la comarca de Sahagún que, primero acudieron a la eucaristía en honor a la virgen, y luego la sacaron en procesión, portada por turnos, como es costumbre.
El despoblado de yecla y rioseco junto con arcayos y valdavida fueron los que formaron la encomienda de la orden de Malta de valdavida siendo en el siglo XVI su comendador Don Pablo Galindo de Ayllon