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🌼 viernes 19 abril 2024
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Secretos para triunfar con tus tarjetas de visita

En un mundo cada vez más digital, donde hay páginas como LinkedIn en las que el intercambio de contactos e información profesional está más en auge que nunca, las tarjetas de visita no ceden terreno a estas nuevas incorporaciones en la Red y, desde luego, prescindir de ellas no es ni de lejos una opción. ¿Quieres saber cómo conseguir que tus tarjetas de visita perduren en el recuerdo de quienes las reciben? ¡Sigue leyendo!

Cuida el diseño

Imprimir tarjetas de visita es fácil y rápido, pero ya es hora de dejar a un lado los diseños impersonales basados en esas plantillas que casi todos hemos utilizado alguna vez. Si realmente quieres que la percepción de tu negocio sea positiva, cuidar el diseño de tu tarjeta es el primer paso. Hoy en día, ser original es más sencillo que nunca: busca una combinación de colores que te represente, imprímelas en vertical en lugar de en horizontal, recrea formas relacionadas con tu sector profesional… Los límites de la imaginación los pones tú. Eso sí, la línea entre la originalidad y la estridencia puede ser muy delgada; procura no caer en la segunda. Tampoco te olvides de incluir los datos de contacto fundamentales, a saber: tu nombre y cargo, teléfono, correo electrónico, web y dirección postal (si cuentas con una sede física). En algunos casos, puedes sustituir alguno de estos datos por un código QR (por ejemplo, la página web) que despierte la curiosidad de quien recibe tu tarjeta y le haga querer conocer mejor tu empresa.

El momento de la entrega es crucial

Entregar tarjetas de visita de manera indiscriminada a todos los presentes en un encuentro o reunión es tan poco elegante como añadir contactos de LinkedIn sin acompañar la invitación de un pequeño mensaje introductorio, que recuerde a la persona quién eres y por qué quieres que esté entre tus contactos. Por ello, cuida mucho la interacción personal y procura entregar tus tarjetas cuando la conversación que mantienes se preste a ello.

En algunas reuniones o encuentros entre empresas, es habitual que haya un lugar para dejar las tarjetas de visita propias junto con las de los demás asistentes. En estos casos, sí es recomendable hacer uso de tu espacio para ello y, a su vez llevarte las tarjetas de aquellos contactos que te resulten interesantes. Sin embargo, no caigas en la práctica de colocar tus tarjetas en lugares no habilitados y mucho menos sin permiso: no son folletos de propaganda, sino algo mucho más personal.

Por último, si se trata de una reunión internacional, ten preparadas tarjetas en, al menos, una lingua franca como el inglés y, si es posible, llévalas también traducidas al idioma de los clientes en cuyo mercado queremos introducirnos. En estos casos, contrata siempre los servicios de un traductor profesional: el contenido de tu tarjeta en el idioma de destino debe ser tan impecable como la imagen que quieres dar de tu negocio.

Un buen tarjetero

Llevar un tarjetero es un símbolo de distinción y de respeto por tu interlocutor. Cuando te entreguen una tarjeta, no la eches al bolsillo o al bolso sin mirarla; colocarla en un tarjetero tras prestarle unos segundos de atención envía una señal de cortesía e interés a tu interlocutor que podría marcar la diferencia entre lograr una colaboración o perder la oportunidad para siempre.

Las tarjetas de visita son un recurso tan útil como intemporal, pero no solo es cuestión de elegir el diseño más impactante, sino también de entregarlas y recibirlas de la forma correcta. Si cuidas todos estos detalles, tus próximas reuniones empresariales serán todo un éxito.

En un mundo cada vez más digital, donde hay páginas como LinkedIn en las que el intercambio de contactos e información profesional está más en auge que nunca, las tarjetas de visita no ceden terreno a estas nuevas incorporaciones en la Red y, desde luego, prescindir de ellas no es ni de lejos una opción. ¿Quieres saber cómo conseguir que tus tarjetas de visita perduren en el recuerdo de quienes las reciben? ¡Sigue leyendo!

Cuida el diseño

Imprimir tarjetas de visita es fácil y rápido, pero ya es hora de dejar a un lado los diseños impersonales basados en esas plantillas que casi todos hemos utilizado alguna vez. Si realmente quieres que la percepción de tu negocio sea positiva, cuidar el diseño de tu tarjeta es el primer paso. Hoy en día, ser original es más sencillo que nunca: busca una combinación de colores que te represente, imprímelas en vertical en lugar de en horizontal, recrea formas relacionadas con tu sector profesional… Los límites de la imaginación los pones tú. Eso sí, la línea entre la originalidad y la estridencia puede ser muy delgada; procura no caer en la segunda. Tampoco te olvides de incluir los datos de contacto fundamentales, a saber: tu nombre y cargo, teléfono, correo electrónico, web y dirección postal (si cuentas con una sede física). En algunos casos, puedes sustituir alguno de estos datos por un código QR (por ejemplo, la página web) que despierte la curiosidad de quien recibe tu tarjeta y le haga querer conocer mejor tu empresa.

El momento de la entrega es crucial

Entregar tarjetas de visita de manera indiscriminada a todos los presentes en un encuentro o reunión es tan poco elegante como añadir contactos de LinkedIn sin acompañar la invitación de un pequeño mensaje introductorio, que recuerde a la persona quién eres y por qué quieres que esté entre tus contactos. Por ello, cuida mucho la interacción personal y procura entregar tus tarjetas cuando la conversación que mantienes se preste a ello.

En algunas reuniones o encuentros entre empresas, es habitual que haya un lugar para dejar las tarjetas de visita propias junto con las de los demás asistentes. En estos casos, sí es recomendable hacer uso de tu espacio para ello y, a su vez llevarte las tarjetas de aquellos contactos que te resulten interesantes. Sin embargo, no caigas en la práctica de colocar tus tarjetas en lugares no habilitados y mucho menos sin permiso: no son folletos de propaganda, sino algo mucho más personal.

Por último, si se trata de una reunión internacional, ten preparadas tarjetas en, al menos, una lingua franca como el inglés y, si es posible, llévalas también traducidas al idioma de los clientes en cuyo mercado queremos introducirnos. En estos casos, contrata siempre los servicios de un traductor profesional: el contenido de tu tarjeta en el idioma de destino debe ser tan impecable como la imagen que quieres dar de tu negocio.

Un buen tarjetero

Llevar un tarjetero es un símbolo de distinción y de respeto por tu interlocutor. Cuando te entreguen una tarjeta, no la eches al bolsillo o al bolso sin mirarla; colocarla en un tarjetero tras prestarle unos segundos de atención envía una señal de cortesía e interés a tu interlocutor que podría marcar la diferencia entre lograr una colaboración o perder la oportunidad para siempre.

Las tarjetas de visita son un recurso tan útil como intemporal, pero no solo es cuestión de elegir el diseño más impactante, sino también de entregarlas y recibirlas de la forma correcta. Si cuidas todos estos detalles, tus próximas reuniones empresariales serán todo un éxito.

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