Murcia debe proteger el cultivo de la vid de una manera urgente. Esta fue una de las conclusiones a las que se llegó en el Club de Debates organizado por el Círculo de Economía y Caixabank en las instalaciones de BSI, Bodegas San Isidro en Jumilla, en el que participaron más de 100 personas entre las que se encontraban prácticamente la totalidad de las bodegas de la Región.Más de 100 personas abarrotaron el salón de actos de Bodegas San Isidro, entre los que se encontraban más de 30 bodegueros de la región, agricultores, viticultores, los presidentes de los tres consejos reguladores, representantes políticos, de asociaciones agrarias, y de otras empresas de la Región.La mesa de debate estaba formada por Miguel Gil, presidente de Juan Gil Bodegas Familiares, Ramón Castaño de Bodegas Castaño, Francisco Carreño, Presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Vino de Bullas, Raúl Compés, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y Vicepresidente de la Asociación Española de Economía Agraria y José Oliva, profesor de Universidad de Murcia, área de Química Agraria. El debate fue moderado por Joaquín Hernández, director de BSI Bodegas San Isidro y presentado por Gerardo Cuartero, Director Comercial de Caixabank en la Región de Murcia, y Teodoro Cano, vicepresidente del Círculo de Economía.
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La jornada comenzó con la intervención de Teodoro Cano, vicepresidente del Círculo de Economía, que destacó que éste es el tercer debate que organiza el Círculo y que el objetivo no es otro que poner encima de la mesa un debate profesional, objetivo, sin intereses ni políticos ni ideológicos, y con personas con un conocimiento técnico profundo de cada área. Tras su intervención, Gerardo Cuartero, Director de Área de Caixabank en Murcia, y principal patrocinador de este Club de Debates señaló el importante papel de la Obra Social de La Caixa que destina más de 500 millones de euros cada año a proyectos sociales y la gran implantación que tiene esta entidad en nuestra región, destacando en este caso, el apoyo a la difusión del conocimiento para contribuir a resolver los problemas de todos los sectores de la sociedad murciana.
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José Oliva abrió el debate explicando las investigaciones que se están llevando a cabo en la universidad para mejorar la calidad del vino y sobre la seguridad alimentaria de éste, así como sobre la posibilidad de aumentar la producción de vino ecológico para bajar a huella de carbono y cumplir así dos buenos condicionantes: ser menos contaminantes, y acercarse a un consumidor que valora estas iniciativas. Finalmente propuso como posibles mejoras, la creación de un grado de enología en la universidad y crear alternativas para procesar los residuos del sarmiento.Francisco Carreño hizo especial hincapié en la recuperación del peso del sector así como en la importancia del consumo doméstico y en la cultura del vino.A continuación Ramón Castaño, tras hacer un pequeño análisis del sector y de las grandes diferencias en precio unitario que tenemos en España en comparación con Francia e Italia, dio una de las claves principales que posteriormente, se trató en el debate con el público, y no es otra que la amenaza que está teniendo el sector vitivinícola con cultivos atípicos de la zona que son ahora más rentables, pero necesitan de mucha más agua que los viñedos, de ahí la necesidad de protegerlos.Miguel Gil, por su parte, quiso profundizar también en el riesgo importante que no podemos obviar, y que afecta principalmente a la uva, y que es el cambio climático y las maneras de corregir los cambios en la uva que este cambio produce.
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El profesor Raúl Compés recogió todas estas opiniones y expuso una serie de datos que no invitan al optimismo: la Región de Murcia es la comunidad que más hectáreas de viñedos ha perdido en términos relativos en España en los últimos 30 años y los cambios en la geografía por el cambio climático son claros ya que el viñedo está desapareciendo del mediterráneo y desplazándose cada vez más al norte. A esto hay que sumar que si los precios unitarios más bajos son los de España, Murcia está entre las 4 más bajas de España, si bien la tendencia es positiva ya que está subiendo, pero para ello hay que tender a no producir vino a granel.
Tras las 5 intervenciones se dio paso al debate que giró, principalmente, en torno a los cultivos atípicos que están llegando al Altiplano. Se expuso que esta tierra es rica en aguas subterráneas pero hay que protegerla para que los viñedos puedan disponer de ella y la huerta que llega a la zona, no consuma todos los recursos. Como conclusión, se pidió que hay que intentar lograr un aporte de agua al cultivo del viñedo, no a la tierra en sí, sino a este cultivo y finalmente que hay que intentar que todas las denominaciones, empresas y administraciones se unan en la defensa de un producto de la zona que es prácticamente único, y que la Unión Europea podría ayudar a promocionar, que no es otro que la uva monastrell ya que el reconocimiento a la monastrell es a día de hoy, a todas luces, insuficiente.
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Enhorabuena a Ramón Castaño por poner el dedo en la llaga. La agricultura tradicional está en riesgo de desaparición ante el avance de los cultivos depredadores. Luego, no quedará nada.