Hoy te traemos una entrevista con Hugo Coll, Director y Fundador de Azada Verde, una ONG que lucha contra el cambio climático mediante el uso de energías limpias, prácticas de agricultura regenerativa y conservación de suelos y través de la reforestación mientras ayuda a familias agricultoras sin recursos a salir del terrible pozo del hambre y la pobreza.
¿Crees que el calentamiento global está fuera de control?
No vamos a poder evitar que se produzca el calentamiento global, pero siempre podemos evitar que las cosas empeoren. El futuro está en gran medida en nuestras manos, nada es inevitable y por eso es muy importante recordarlo.
No nos dirigimos hacia un apocalipsis determinado, está en nuestras manos y debemos tenerlo en cuenta porque si tomamos medidas para descarbonizar, entonces podemos conseguir impactos reales.
Un aumento de la temperatura global de dos grados centígrados debido al aumento del nivel del mar puede generar inundaciones que dejen sin hogar a millones de personas. Siempre es mejor luchar por intentar mitigar lo máximo posible sus efectos que no hacer nada.
¿Qué podemos hacer nosotros, como individuos, de manera realista en nuestra vida diaria para prevenir el cambio climático?
Esta es una pregunta muy importante, ya que es un problema enorme a escala global y es fácil sentirse impotente como si no hubiera nada que se pueda hacer, pero realmente no es así.
Creo que lo primero que hay que decir es que es importante no castigarse por esto. Eres una persona que vive en el mundo moderno y no lo hiciste como es, así que no seas demasiado duro contigo mismo, pero sé consciente de lo que puedes cambiar.
Una de las mejores cosas que puedes hacer como individuo, y tal vez no sea tan obvio, es desperdiciar la menor cantidad de comida posible.
Es importante comprar solamente aquellos alimentos que vayas a comer, ya que las emisiones de carbono creadas a través de la producción, el procesamiento y los viajes de estos alimentos son un componente importante de las emisiones globales. el desperdicio de alimentos genera proporcionalmente un gran impacto en el medio ambiente.
Además, creo que es realmente importante usar tu voz como consumidor y como votante para que la gente en la política, en las corporaciones y en todas las ramas del gobierno sepan lo que piensas y lo que te importa.
Otras medidas serían las de comprar localmente a productores de la zona, agruparnos en cooperativas o grupos de consumo, o incluso, producir nosotros mismos a través de huertos locales.
¿Es necesario que suceda algo drástico para darnos cuenta de que tenemos que cambiar nuestra forma de vida?
Lamentablemente la mayoría de las veces es así. Parece que la humanidad necesita un desastre, una calamidad o una crisis para que se produzca una transición. Sólo entonces parece que nos damos cuenta de que la antigua forma de hacer las cosas era insostenible. Con el cambio climático sucede un poco lo contrario: debemos actuar antes de que lleguen más catástrofes porque después no habrá vuelta atrás.
¿De verdad crees que, en última instancia, las cosas cambiarán para mejor?
Sí, de hecho lo vemos cada día en la zona en la que trabajamos, aunque suponga un gran esfuerzo. Es posible que no podamos detener el calentamiento global en 1,5 grados o en 2 grados, pero sí podemos trabajar para mantener los daños bajo control y prevenir catástrofes en la medida de lo posible, así como evitar que la temperatura termine subiendo 4, 5 o 6 grados, porque eso podría conducir a un desastre absoluto.
Pero cuando miras la historia, ves que normalmente nos volvemos más creativos e innovadores en el último momento, cuando ya no queda más remedio. Llevamos décadas ignorando el problema. Necesitamos dar pasos gigantescos hacia adelante y debemos hacerlo ya. Disponemos de tecnología y las soluciones para luchar contra el cambio climático, ahora solo falta voluntad.
¿Crees que es posible luchar contra el cambio climático y al mismo tiempo mejorar la vida de las personas?
Sí, es posible. Desde Azada Verde estamos consiguiendo que muchas familias salgan de la espiral del hambre y la pobreza sin contaminar la tierra de la que dependen, y sin necesidad de usar pesticidas o combustibles fósiles para regar sus terrenos, lo cual además, les supone un importante ahorro económico.
Muchas veces cambiar las cosas depende más de voluntad que de que sea o no posible. Y si mejoramos el entorno del que dependemos, inevitablemente conseguiremos mejorar la vida de las personas.
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