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🍇 martes 15 octubre 2024
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Hilaria Craven, pianista

Hoy les quiero presentar a Pilar, cuyo nombre artístico es Hilaria Craven, que tomó prestado del personaje protagonista de un best seller de Agatha Christie que lleva por título “Destino desconocido” y que con las connotaciones del mismo, encaja perfectamente con su estilo heavy y melena pelirroja.

En la música empezó muy niña con canciones emotivas e impactantes. Estudió en el Conservatorio de Murcia y con catorce años tomaba el autobús en la Plaza de San Cayetano y podría asegurarles que no hizo novillos.

Una vida aventurera musicalmente hablando y exitosa en su conjunto, no exenta a su vez de adversidades, la llevó en su día a decantarse por la música.

Hace ya tiempo que coincidimos en una fiesta de campo y al estar con ella, pude comprobar que la música con dedicación la controla a su estilo. Para ella resulta algo apasionante, como si fuera Santa Cecilia, y en cierta manera el tiempo que dedica al piano lo hace a su antojo.

Con este sobrenombre artístico sin ningún apodo con el cual la conocen sus amigos y seguidores, la mayoría de ellos en México, Argentina, Colombia y Japón, dice que la vida sin música sería muy diferente y, no para bien. Cobijada en el pensamiento del más allá de los que están sin estar, y aguardarán, sin prisa nuestra levedad.

En cuanto a la vida concierne la música por medio del piano tiene su propio calibre. Cuando está inspirada es un torrente para componer frases y letras. Mariposas en tus zapatos, o Como el frío de París, entre otros temas, componer es su libertad.

Su piano es un reducido potente para múltiples recitales y siguiendo la estela del teclado encuentra un ambiente estudio propicio para despertar la inspiración y dar rienda suelta a sus sueños.

Tras una etapa en Galicia, y después de pasar por la Escuela de Música de Yecla donde ha estado veinte años y, -sigue perteneciendo-, en la actualidad, como profesora de piano imparte clases en la Escuela Creativa de Villena y en la Asociación Jumillana de Amigos de la Música, además de clases acudiendo a domicilios, a algunos de ellos pizarra en mano con alumnos de cinco o seis añitos.

Hilaria Craven

Proviene de un mundo clásico del cual se ha desmarcado. Ahora tiene sus giros y melodías, “una alforja repleta de sueños, desbancando cualquier tibio intento de ceder al encierro de una mente en llamas”.

Les invito a seguirla. El binomio entre su piano y ella en dieta equilibrada es una especie de talismán que atrae a sus temas y nunca está refunfuñón ni enojado, siempre la recibe con cariño y ella le corresponde tranquilamente: se acerca de manera silenciosa con sus botines, reflexiona unos instantes, se remanga los brazos, se alisa la falda como si ajustara una melodía y le “planta cara” fijando sus ojos para que antes de alguna posible dedicatoria, sentarse juntos, y con mucha ilusión darle ambos un enfoque a la vida. Él va delante, ella lo sigue con su tono directo y una sugerente voz.

En su justa medida no dice todo lo que piensa y seguramente algo se calla. Cada cosa se puede entender de una manera. Las letras de canciones dan vida a su teclado qué, cuando ella no está, y cierra la tapa, el piano la echa de menos en su acompañamiento y dice para sí que tiene una baja significativa porque falta quien emula sus sentimientos. Canta porque de momento no encuentra cantante para sus composiciones, de los cuales llevara sobre medio centenar de composiciones.

Entre mezclas y masterización, entre cifrados y nomenclaturas, dentro de un “idioma” que yo no entiendo con una duda interior muy grande, cuando me habla del lenguaje musical dice que de toda la vida, es el solfeo, y entonces yo lo comprendo. Cuando el piano de cola de ochenta y ocho teclas y tres pedales oye llegar a Hilaria Craven, para él es primordial y parece que escucha un canto.

El piano lo comprende todo, la pena y la rabia, ilusión y la alegría, y ella que piensa mucho y le da muchas vueltas a un asunto me dice que a eso los gallegos le llaman estar barrenando. Cada canción es un mundo en el universo, pero el estilo de cada uno es inevitable y próximamente con la compleja tarea que conlleva, saldrá a la luz un disco.

Por su esfuerzo y su intensa pasión por la música, en un mundo demasiado convulso semejante a un mar agitado, la música es como un soplo divino que se expande, incluso sin rumbo fijo porque puede arribar en cualquier puerto, deambula por los mares y discurre por los océanos.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.

Hoy les quiero presentar a Pilar, cuyo nombre artístico es Hilaria Craven, que tomó prestado del personaje protagonista de un best seller de Agatha Christie que lleva por título “Destino desconocido” y que con las connotaciones del mismo, encaja perfectamente con su estilo heavy y melena pelirroja.

En la música empezó muy niña con canciones emotivas e impactantes. Estudió en el Conservatorio de Murcia y con catorce años tomaba el autobús en la Plaza de San Cayetano y podría asegurarles que no hizo novillos.

Una vida aventurera musicalmente hablando y exitosa en su conjunto, no exenta a su vez de adversidades, la llevó en su día a decantarse por la música.

Hace ya tiempo que coincidimos en una fiesta de campo y al estar con ella, pude comprobar que la música con dedicación la controla a su estilo. Para ella resulta algo apasionante, como si fuera Santa Cecilia, y en cierta manera el tiempo que dedica al piano lo hace a su antojo.

Con este sobrenombre artístico sin ningún apodo con el cual la conocen sus amigos y seguidores, la mayoría de ellos en México, Argentina, Colombia y Japón, dice que la vida sin música sería muy diferente y, no para bien. Cobijada en el pensamiento del más allá de los que están sin estar, y aguardarán, sin prisa nuestra levedad.

En cuanto a la vida concierne la música por medio del piano tiene su propio calibre. Cuando está inspirada es un torrente para componer frases y letras. Mariposas en tus zapatos, o Como el frío de París, entre otros temas, componer es su libertad.

Su piano es un reducido potente para múltiples recitales y siguiendo la estela del teclado encuentra un ambiente estudio propicio para despertar la inspiración y dar rienda suelta a sus sueños.

Tras una etapa en Galicia, y después de pasar por la Escuela de Música de Yecla donde ha estado veinte años y, -sigue perteneciendo-, en la actualidad, como profesora de piano imparte clases en la Escuela Creativa de Villena y en la Asociación Jumillana de Amigos de la Música, además de clases acudiendo a domicilios, a algunos de ellos pizarra en mano con alumnos de cinco o seis añitos.

Hilaria Craven

Proviene de un mundo clásico del cual se ha desmarcado. Ahora tiene sus giros y melodías, “una alforja repleta de sueños, desbancando cualquier tibio intento de ceder al encierro de una mente en llamas”.

Les invito a seguirla. El binomio entre su piano y ella en dieta equilibrada es una especie de talismán que atrae a sus temas y nunca está refunfuñón ni enojado, siempre la recibe con cariño y ella le corresponde tranquilamente: se acerca de manera silenciosa con sus botines, reflexiona unos instantes, se remanga los brazos, se alisa la falda como si ajustara una melodía y le “planta cara” fijando sus ojos para que antes de alguna posible dedicatoria, sentarse juntos, y con mucha ilusión darle ambos un enfoque a la vida. Él va delante, ella lo sigue con su tono directo y una sugerente voz.

En su justa medida no dice todo lo que piensa y seguramente algo se calla. Cada cosa se puede entender de una manera. Las letras de canciones dan vida a su teclado qué, cuando ella no está, y cierra la tapa, el piano la echa de menos en su acompañamiento y dice para sí que tiene una baja significativa porque falta quien emula sus sentimientos. Canta porque de momento no encuentra cantante para sus composiciones, de los cuales llevara sobre medio centenar de composiciones.

Entre mezclas y masterización, entre cifrados y nomenclaturas, dentro de un “idioma” que yo no entiendo con una duda interior muy grande, cuando me habla del lenguaje musical dice que de toda la vida, es el solfeo, y entonces yo lo comprendo. Cuando el piano de cola de ochenta y ocho teclas y tres pedales oye llegar a Hilaria Craven, para él es primordial y parece que escucha un canto.

El piano lo comprende todo, la pena y la rabia, ilusión y la alegría, y ella que piensa mucho y le da muchas vueltas a un asunto me dice que a eso los gallegos le llaman estar barrenando. Cada canción es un mundo en el universo, pero el estilo de cada uno es inevitable y próximamente con la compleja tarea que conlleva, saldrá a la luz un disco.

Por su esfuerzo y su intensa pasión por la música, en un mundo demasiado convulso semejante a un mar agitado, la música es como un soplo divino que se expande, incluso sin rumbo fijo porque puede arribar en cualquier puerto, deambula por los mares y discurre por los océanos.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.
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3 COMENTARIOS

  1. A/A QueenCamila2:
    Como usted sabe quien soy yo, y, yo no se quién es usted, tan solo decirle que el factor humano, es lo más importante de la vida, y que su alusión no es merecedora de una respuesta por mi parte.
    Un saludo y que todo le vaya bien.

  2. Otro reprimido derechón que no tolera que otros puedan opinar.
    Esto es lo que trae el DERECHAZO de la Reme. Intolerancia y caciquismo.
    El pacto PP+VOX la ruina de Yecla.

    Al payaso de arriba que le importa si se hace pasar por periodista o por comosnauta.
    Un «blanco sin estudios» el camilin.
    Un tonto el culo en jerga pueblerina.

José Antonio Ortega
José Antonio Ortega
"DESDE MI PUPITRE" Intento aprender cada día, y como observador atento procuro escribir un poco de todo con respeto y disciplina, de recuerdos, necesidades y de aquello que mientras pueda, vaya encontrándome por el camino, siempre dando gracias al estímulo de la vida.
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