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sábado, septiembre 6, 2025 🍇 🍷 🎪
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La huella aromática de la Arbequina: alma del AOVE Duque de San Pedro de Galatino

Un aceite que narra su origen

El aceite de oliva virgen extra no es únicamente un producto gastronómico; es cultura, tradición y símbolo del Mediterráneo. La Cooperativa Conde de Benalúa, con sede en la localidad granadina de Benalúa de las Villas, lleva más de siete décadas dedicándose a que cada gota de su aceite refleje lo mejor de su tierra. Dentro de su catálogo, el Duque de San Pedro de Galatino se ha convertido en una de sus grandes insignias: un aceite de oliva arbequina capaz de conquistar los paladares más exigentes gracias a su suavidad, frescura y equilibrio aromático.

Este aceite no se limita a acompañar platos; los transforma. Actúa como un hilo conductor entre olivo y mesa, entre el saber tradicional de generaciones y la innovación tecnológica de una almazara puntera.

La fortaleza de una cooperativa ejemplar

El respaldo que da vida a Duque de San Pedro de Galatino proviene de la Cooperativa Conde de Benalúa, fundada en 1954 y compuesta por más de 1.800 socios olivareros. Esta comunidad de agricultores ha construido un modelo basado en la cooperación, la excelencia y el compromiso con el entorno.

Su almazara es considerada un referente en innovación tecnológica, combinando procesos avanzados de molturación y envasado con el respeto absoluto por la tradición como el  aceite de oliva en lata. Esta dualidad garantiza aceites de máxima calidad que llegan a consumidores de todo el mundo.

Además de Duque de San Pedro de Galatino, la cooperativa produce otras marcas de gran prestigio, cada una con su identidad propia:

  • Olivar del Sur, pensado para un consumo diario y versátil.
  • Amarga y Pica, aceite con carácter marcado, destinado a quienes buscan intensidad en la cocina.
  • Conde de Benalúa, la marca institucional que representa la esencia de la cooperativa.

Con esta diversidad, Conde de Benalúa ofrece un abanico de aceites que abarca desde la mesa cotidiana hasta la alta gastronomía.

La Arbequina: suavidad que marca diferencia

La elección de la variedad Arbequina para Duque de San Pedro de Galatino responde a un motivo claro: es una aceituna que concentra delicadeza y frescor.

Su perfil sensorial la hace inconfundible:

  • En nariz: se presenta afrutada, con notas de manzana, plátano maduro y almendra dulce.
  • En boca: ofrece dulzura y equilibrio, con un amargor casi imperceptible y un picor elegante.
  • En textura: se manifiesta fluida, aterciopelada y con un final persistente.

La clave está en la recolección temprana, que garantiza un aceite con altos niveles de polifenoles, antioxidantes naturales que aportan beneficios para la salud y prolongan la estabilidad del producto.

Un proceso que preserva la esencia

Cada paso en la elaboración del Duque de San Pedro de Galatino está diseñado para conservar su autenticidad:

  1. Cuidado del olivar mediante prácticas sostenibles y seguimiento constante del fruto.
  2. Recolección temprana, en el momento exacto de maduración.
  3. Molturación inmediata, evitando oxidaciones que alteren el aroma.
  4. Extracción en frío, técnica que preserva nutrientes y propiedades organolépticas.

Este proceso riguroso asegura un aceite de oliva virgen extra que se distingue por su frescura, pureza y carácter equilibrado.

La versatilidad en la cocina

El Duque de San Pedro de Galatino es un AOVE que se adapta con naturalidad a diferentes usos culinarios. En crudo, realza ensaladas, verduras al vapor, carpaccios y pescados. En repostería, aporta suavidad y untuosidad sin enmascarar sabores.

Los chefs destacan su capacidad para armonizar sin imponerse, actuando como un potenciador elegante que respeta el protagonismo de los ingredientes. No es casualidad que figure ya en la despensa de cocinas de prestigio y en cartas de restaurantes que buscan diferenciarse con un producto auténtico.

Salud y sostenibilidad

Más allá del placer gastronómico, este aceite ofrece beneficios para la salud gracias a su alto contenido en ácido oleico y polifenoles, fundamentales para el cuidado cardiovascular y el efecto antioxidante.

A nivel medioambiental, la cooperativa apuesta por la sostenibilidad: técnicas agrícolas responsables, eficiencia en el uso del agua, energías limpias en la almazara y envases reciclables que prolongan la vida útil del aceite. Todo ello convierte a Duque de San Pedro de Galatino en un producto que cuida tanto del consumidor como del entorno en el que nace.

Un legado que evoluciona

La Cooperativa Conde de Benalúa representa la suma de generaciones de olivareros que han transmitido su conocimiento de padres a hijos. Hoy, este legado convive con una mirada al futuro: investigación, digitalización y una firme apuesta por la innovación aplicada a la calidad del aceite.

Duque de San Pedro de Galatino es la mejor prueba de que tradición y modernidad pueden unirse para crear un producto que trasciende lo gastronómico y se convierte en cultura líquida.

la Arbequina

Duque de San Pedro de Galatino, el arte de embotellar la perfección

El aceite de oliva virgen extra Duque de San Pedro de Galatino no es un simple condimento: es la expresión más refinada de la Arbequina, embotellada con la precisión técnica y el compromiso humano de la Cooperativa Conde de Benalúa.

Su suavidad, su aroma frutal y su equilibrio lo convierten en un producto capaz de emocionar y de dejar huella en quienes lo prueban. Es un aceite que cuenta historias, que une generaciones y que proyecta al mundo lo mejor de Andalucía.

Respaldado por marcas como Olivar del Sur, Amarga y Pica y Conde de Benalúa, este AOVE demuestra que la excelencia no entiende de límites y que la pasión, cuando se comparte, se convierte en legado.

Duque de San Pedro de Galatino es, en definitiva, el arte de embotellar la perfección.

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Redactores de elperiodicodeyecla.com escriben con este nombre de autor para otra serie de artículos.

Un aceite que narra su origen

El aceite de oliva virgen extra no es únicamente un producto gastronómico; es cultura, tradición y símbolo del Mediterráneo. La Cooperativa Conde de Benalúa, con sede en la localidad granadina de Benalúa de las Villas, lleva más de siete décadas dedicándose a que cada gota de su aceite refleje lo mejor de su tierra. Dentro de su catálogo, el Duque de San Pedro de Galatino se ha convertido en una de sus grandes insignias: un aceite de oliva arbequina capaz de conquistar los paladares más exigentes gracias a su suavidad, frescura y equilibrio aromático.

Este aceite no se limita a acompañar platos; los transforma. Actúa como un hilo conductor entre olivo y mesa, entre el saber tradicional de generaciones y la innovación tecnológica de una almazara puntera.

La fortaleza de una cooperativa ejemplar

El respaldo que da vida a Duque de San Pedro de Galatino proviene de la Cooperativa Conde de Benalúa, fundada en 1954 y compuesta por más de 1.800 socios olivareros. Esta comunidad de agricultores ha construido un modelo basado en la cooperación, la excelencia y el compromiso con el entorno.

Su almazara es considerada un referente en innovación tecnológica, combinando procesos avanzados de molturación y envasado con el respeto absoluto por la tradición como el  aceite de oliva en lata. Esta dualidad garantiza aceites de máxima calidad que llegan a consumidores de todo el mundo.

Además de Duque de San Pedro de Galatino, la cooperativa produce otras marcas de gran prestigio, cada una con su identidad propia:

  • Olivar del Sur, pensado para un consumo diario y versátil.
  • Amarga y Pica, aceite con carácter marcado, destinado a quienes buscan intensidad en la cocina.
  • Conde de Benalúa, la marca institucional que representa la esencia de la cooperativa.

Con esta diversidad, Conde de Benalúa ofrece un abanico de aceites que abarca desde la mesa cotidiana hasta la alta gastronomía.

La Arbequina: suavidad que marca diferencia

La elección de la variedad Arbequina para Duque de San Pedro de Galatino responde a un motivo claro: es una aceituna que concentra delicadeza y frescor.

Su perfil sensorial la hace inconfundible:

  • En nariz: se presenta afrutada, con notas de manzana, plátano maduro y almendra dulce.
  • En boca: ofrece dulzura y equilibrio, con un amargor casi imperceptible y un picor elegante.
  • En textura: se manifiesta fluida, aterciopelada y con un final persistente.

La clave está en la recolección temprana, que garantiza un aceite con altos niveles de polifenoles, antioxidantes naturales que aportan beneficios para la salud y prolongan la estabilidad del producto.

Un proceso que preserva la esencia

Cada paso en la elaboración del Duque de San Pedro de Galatino está diseñado para conservar su autenticidad:

  1. Cuidado del olivar mediante prácticas sostenibles y seguimiento constante del fruto.
  2. Recolección temprana, en el momento exacto de maduración.
  3. Molturación inmediata, evitando oxidaciones que alteren el aroma.
  4. Extracción en frío, técnica que preserva nutrientes y propiedades organolépticas.

Este proceso riguroso asegura un aceite de oliva virgen extra que se distingue por su frescura, pureza y carácter equilibrado.

La versatilidad en la cocina

El Duque de San Pedro de Galatino es un AOVE que se adapta con naturalidad a diferentes usos culinarios. En crudo, realza ensaladas, verduras al vapor, carpaccios y pescados. En repostería, aporta suavidad y untuosidad sin enmascarar sabores.

Los chefs destacan su capacidad para armonizar sin imponerse, actuando como un potenciador elegante que respeta el protagonismo de los ingredientes. No es casualidad que figure ya en la despensa de cocinas de prestigio y en cartas de restaurantes que buscan diferenciarse con un producto auténtico.

Salud y sostenibilidad

Más allá del placer gastronómico, este aceite ofrece beneficios para la salud gracias a su alto contenido en ácido oleico y polifenoles, fundamentales para el cuidado cardiovascular y el efecto antioxidante.

A nivel medioambiental, la cooperativa apuesta por la sostenibilidad: técnicas agrícolas responsables, eficiencia en el uso del agua, energías limpias en la almazara y envases reciclables que prolongan la vida útil del aceite. Todo ello convierte a Duque de San Pedro de Galatino en un producto que cuida tanto del consumidor como del entorno en el que nace.

Un legado que evoluciona

La Cooperativa Conde de Benalúa representa la suma de generaciones de olivareros que han transmitido su conocimiento de padres a hijos. Hoy, este legado convive con una mirada al futuro: investigación, digitalización y una firme apuesta por la innovación aplicada a la calidad del aceite.

Duque de San Pedro de Galatino es la mejor prueba de que tradición y modernidad pueden unirse para crear un producto que trasciende lo gastronómico y se convierte en cultura líquida.

la Arbequina

Duque de San Pedro de Galatino, el arte de embotellar la perfección

El aceite de oliva virgen extra Duque de San Pedro de Galatino no es un simple condimento: es la expresión más refinada de la Arbequina, embotellada con la precisión técnica y el compromiso humano de la Cooperativa Conde de Benalúa.

Su suavidad, su aroma frutal y su equilibrio lo convierten en un producto capaz de emocionar y de dejar huella en quienes lo prueban. Es un aceite que cuenta historias, que une generaciones y que proyecta al mundo lo mejor de Andalucía.

Respaldado por marcas como Olivar del Sur, Amarga y Pica y Conde de Benalúa, este AOVE demuestra que la excelencia no entiende de límites y que la pasión, cuando se comparte, se convierte en legado.

Duque de San Pedro de Galatino es, en definitiva, el arte de embotellar la perfección.

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