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✝️ jueves 28 marzo 2024
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La goma de borrar Milan

Una marca española da nombre a una pequeña pieza de caucho sintético, cuya función después de liberar la tensión muscular, no es otra que eliminar trazos hechos a lápiz.

La goma de borrar Milan cumple 104 años, habiendo vendido de su modelo 430 sobre 25 millones de piezas cada ejercicio. A principios de año, la firma anunció que dejaría de producir su flamante modelo, y en muchos miles de clientes, al saberlo, saltó la alarma, con lo cual tras el interés por el producto demostrado por la amplísima parroquia, la empresa comunicó que seguiría fabricándolo.

Alguna goma como esta o parecida la tuvimos en nuestros estuches de material escolar y todavía ahora después de un siglo con su flamante membrete, circulan por los despachos.

Sobre ellas seguro estoy que marcamos algo a bolígrafo e incluso además la mordimos con aquellos “sabores” a nata por aquella curiosidad de la infancia que normalmente después nos convierte en adultos. A medida que nos hacemos mayores, “vamos ganando peso” y aumentan de forma considerable situaciones en las que tenemos que tomar decisiones por nosotros mismos.

Cada una de estas gomas tiene su propia historia en virutas que volaron para siempre, y no sabemos qué habrá sido del polvillo resultante que soplamos.

El tiempo siempre va dejando cargas de profundidad, con los testimonios de cada uno en esta larga encrucijada. Como humanos, rectificar es de sabios, aunque también cabe destacar los aciertos a lo largo de los años, felicidades por esto último, y borrón y cuenta nueva por lo primero. Una vez borrados los indicios nos quedamos con los recuerdos impregnados de nostalgia.

Entre pupitres y viejos compañeros, tuvimos aquellos “borras” o incluso varios de diferentes tamaños y “sabores”; alguna vez lo perdimos o cambiamos por uno de otro color y nadie se benefició.

La razón de ser de un referente que se exporta a más de cien países, después de tanto perdura con eficacia. Un mítico material de goma adaptado como herramienta común de la vida a la escuela, además de la oficina.

Coincidente en el tiempo y con toda su peculiaridad, la goma de borrar flanqueada por sus cuatro esquinas, reconocible a escala urbana, decidió no tener prisa y permanece alerta ante cualquier oportunidad y se me antoja casi una injusticia que de vez en cuando no actúe de manera silenciosa, volviendo después a su sitio o algún rinconcito de manera sigilosa. Estando delante cada instante, ella no pretende afear a nadie y mucho menos enfrentarse, sabiendo que el usuario no se enfada y que cuando echa mano de ella es porque su mente ha hecho algo de forma distraída.

Alguien dijo que la infancia nos manda postales del pasado para entender el presente o para recordar cómo éramos en realidad. El ayer y el hoy puede ser una muestra de añoranza dentro de un tiempo secreto de una persona, de una etapa, de un lugar.

Escribimos sueños que borramos como derecho de propiedad, seguramente muchos se cumplieron y otros quedaron encerrados como algún amor truncado entre lápices en plumieres, entre palabras aterciopeladas, entre lo escrito y lo borrado, entre lo hablado y silenciado.


Artículos de José Antonio Ortega

elperiodicodeyecla.com
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Elperiodicodeyecla.com. Diario digital de la ciudad de Yecla desde 2008. Información diaria de la localidad.

Una marca española da nombre a una pequeña pieza de caucho sintético, cuya función después de liberar la tensión muscular, no es otra que eliminar trazos hechos a lápiz.

La goma de borrar Milan cumple 104 años, habiendo vendido de su modelo 430 sobre 25 millones de piezas cada ejercicio. A principios de año, la firma anunció que dejaría de producir su flamante modelo, y en muchos miles de clientes, al saberlo, saltó la alarma, con lo cual tras el interés por el producto demostrado por la amplísima parroquia, la empresa comunicó que seguiría fabricándolo.

Alguna goma como esta o parecida la tuvimos en nuestros estuches de material escolar y todavía ahora después de un siglo con su flamante membrete, circulan por los despachos.

Sobre ellas seguro estoy que marcamos algo a bolígrafo e incluso además la mordimos con aquellos “sabores” a nata por aquella curiosidad de la infancia que normalmente después nos convierte en adultos. A medida que nos hacemos mayores, “vamos ganando peso” y aumentan de forma considerable situaciones en las que tenemos que tomar decisiones por nosotros mismos.

Cada una de estas gomas tiene su propia historia en virutas que volaron para siempre, y no sabemos qué habrá sido del polvillo resultante que soplamos.

El tiempo siempre va dejando cargas de profundidad, con los testimonios de cada uno en esta larga encrucijada. Como humanos, rectificar es de sabios, aunque también cabe destacar los aciertos a lo largo de los años, felicidades por esto último, y borrón y cuenta nueva por lo primero. Una vez borrados los indicios nos quedamos con los recuerdos impregnados de nostalgia.

Entre pupitres y viejos compañeros, tuvimos aquellos “borras” o incluso varios de diferentes tamaños y “sabores”; alguna vez lo perdimos o cambiamos por uno de otro color y nadie se benefició.

La razón de ser de un referente que se exporta a más de cien países, después de tanto perdura con eficacia. Un mítico material de goma adaptado como herramienta común de la vida a la escuela, además de la oficina.

Coincidente en el tiempo y con toda su peculiaridad, la goma de borrar flanqueada por sus cuatro esquinas, reconocible a escala urbana, decidió no tener prisa y permanece alerta ante cualquier oportunidad y se me antoja casi una injusticia que de vez en cuando no actúe de manera silenciosa, volviendo después a su sitio o algún rinconcito de manera sigilosa. Estando delante cada instante, ella no pretende afear a nadie y mucho menos enfrentarse, sabiendo que el usuario no se enfada y que cuando echa mano de ella es porque su mente ha hecho algo de forma distraída.

Alguien dijo que la infancia nos manda postales del pasado para entender el presente o para recordar cómo éramos en realidad. El ayer y el hoy puede ser una muestra de añoranza dentro de un tiempo secreto de una persona, de una etapa, de un lugar.

Escribimos sueños que borramos como derecho de propiedad, seguramente muchos se cumplieron y otros quedaron encerrados como algún amor truncado entre lápices en plumieres, entre palabras aterciopeladas, entre lo escrito y lo borrado, entre lo hablado y silenciado.


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8 COMENTARIOS

  1. BM (Benito Mussolini) es una joya, me permite por alusiones salir y darle lo que se llama una «pasaica».
    BM tu cerebro no se le puede borrar nada al estar carente de semejante órgano. Neuronas cero, solo está la carcasa (cabezón) ya que utilizas talla XXXL de sombrero.

    Como tú señalas a un político al cual borrar yo te digo dos que si no existieran aleluya. SantiVago.
    Y especialmente a Frijooolito.
    Dicen que es el candidato de la CEOE y del IBEX35. Este candidato (Feijooo) está pensado para que la factura de la guerra de Ucrania, la pague la CLASE TRABAJADORA en beneficio de las élites financieras, industriales…
    Frijoolito le podrían señalar sus mentores (consejeros de la CEOE) donde debe RECORTAR.
    Muy probablemente en pensiones, en sanidad, educación…y privatizar todo lo que se pueda.
    Ya hay cola de amiguetes con intereses privatizadores, por si acaso, aunque el gallego que es más seco y más agrio que el vinagre, no se las tiene toda consigo, ya que en Galicia era algo, sus apariciones y proclamas no parecen ser el tipo más adecuado. La CEOE ya se equivocó con Casado, con Frijooolito tampoco se fían.
    Y todo esto por una goma de borrar. Borrar, aunque sea una especie de sueño, es un ejercicio gratificante se pone en cuestión aquello que no gusta y eliminaríamos de nuestras vidas.
    No borraría los que andan sin cerebro más bien le añadiría algo de sentido común.

  2. Todos hemos tenido alguna vez una goma de borrar como la que describe muy bien José Antonio. Por mi mesa he visto una parecida, podría ser una Milán pero tiene el nombre borrado. Es cosa de mi hija que utiliza el borrador por todos lados.
    Muy útil, sobre todo en los primeros años de estudiantes/as. Si se conserva durante mucho tiempo la goma se endurece y borra peor.
    Todos borraríamos algo de nuestra vida. Menos los más cabezones que se empeñan en decir que todo lo hicieron bien.
    «Reconocer los errores, borrarlos, primer paso para escribir lo correcto»

    En lo que llevamos de siglo XXI borraría tres cosas: La CRISIS FINANCIERA producto de su desregulación que se llevó, en muchos casos, los ahorros de familias de economía modesta, trajo pobreza, paro, desigualdades… La crisis pandémica del COVID que se llevó por delante a mucha gente, especialmente muchas personas ancianas. Que pregunten en Madrid que pasó con los ancianos de las residencias que no podían acceder a los hospitales.
    Y por si fuese poco ahora la crisis por LA GUERRA DE UCRANIA, provocada por la invasión imperialista de la Rusia del dictador Putin.

    Estas tres cosas las borraría y alguna cosa más, con la goma de borrar MILAN 430.

  3. Estupendo artículo Sr. Ortega, como siempre. Desde que iba al colegio uso esa marca, como la de la foto a ser posible, y miren que hay marcas diferentes pero siempre compro esas, y sigo el mismo ritual con cada una, me la acerco a la nariz y la huelo, ese olor me transporta inmediatamente a recuerdos de cuando iba al colegio, montones de imágenes de otros tiempos… es uno de los pocos productos que no se han alterado con el paso del tiempo…

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