Lo que pasó en las oficinas del Yeclano en el sorteo de la Copa del Rey no fue fruto de la casualidad. Teníamos la mosca detrás de la oreja y nuestras sospechas se confirmaron. El alcalde llevaba desde marzo sin abrazar, y eso le ha pasado factura. Elperiodicodeyecla.com ha querido investigar y, como siempre intentamos, descubrir qué había detrás de ese vídeo tan comprometedor para un político que suele tener todo milimétricamente calculado. Ortuño ocultaba algo o no quería mostrar una debilidad. Pero la hemos encontrado.
En torno a 1960, el cardiólogo neozelandés John Williams descubrió por primera vez el hoy conocido como síndrome del “flattering hug” o “abrazo zalamero”.
Es un extraño trastorno genético que te hace abrazar a todo el mundo sin motivo alguno. Quienes padecen este síndrome tienen un exceso de oxitocina, también conocida como la hormona del amor. Probablemente, este sea el motivo por el que Marcos Ortuño abraza a todo el mundo sin distinción. Tanto que incluso lanza carantoñas a la oposición y les ofrece trabajar a su lado.
En resumen, las personas con este síntoma tienden a querer abrazar a todo el mundo, lo que obviamente les convierte en personas muy vulnerables, sensibles y dispuestas a todo por ese gesto de cariño.
Según los estudios del doctor Williams, este síndrome provoca una deleción genética muy pequeña, en torno a 26 y 28 genes que faltan en el cromosoma 7. El doctor contaba en su libro la historia del niño estadounidense Carlo D’Angelo (seudónimo).
Le conocí cuando tenía 12 años. Era muy agradable y amistoso; me abrazaba sin parar después de conocerme. Al final de la tarde, cuando empecé a ponerme el abrigo, Carlo me dijo: «¡Espera! ¿Te vas ya?». Durante el tiempo que había estado allí, nos habíamos convertido en grandes amigos, obviamente. Pensó que me iba a quedar a dormir o que me iba a mudar allí para siempre.
Según este estudio, la gente con el síndrome no es muy buena a la hora de leer las señales sociales. «No saben cuándo quieres poner fin a una conversación o marcharte», señalaba el profesor en este estudio de los años 60′ del pasado siglo.
«Uno de los peligros de criar a un niño con síndrome del abrazo zalamero es que tu hijo te quiere con intensidad y de forma incondicional, pero siente lo mismo por un conductor de autobús», argumenta el doctor.
Después de este hallazgo, desde elperiodicodeyecla.com preguntamos al alcalde de Yecla, Marcos Ortuño si podría padecer este trastorno. Aunque no lo tiene claro porque no se ha hecho las pruebas pertinentes, sí es cierto que padece su principal síntoma: el de abrazar a todo el mundo sin parar. Pero claro, la situación actual de pandemia mundial obliga al alcalde de Yecla a controlar sus impulsos.
«Lo que pasó en la celebración del sorteo de Copa no fue más que un arrebato fruto de este posible síntoma», señaló Marcos. «Llevaba tantos meses sin abrazar a nadie que no me pude contener». Después reconoció su error, admitió sentirlo mucho y aseguró que no volvería a ocurrir. «Seguro que los que tienen esta necesidad de abrazar me entienden. No hice nada malo. Hice lo que mi instinto me pidió y al ver a Pevijo no me puede resistir.¡Dame aunque solo sea uno!, le dije».
Su terapia: el vídeo navideño de 2019
De hecho, la ocurrente felicitación navideña de Marcos Ortuño en 2019 no era más que una nueva terapia para poder afrontar este posible síntoma.
El futbolista Tonete todavía recuerda la situación: «Yo estaba entrenando en solitario en La Constitución para recuperarme de unas molestias físicas cuando Marcos apareció corriendo por detrás con el único objetivo de abrazarme. La situación fue un poco embarazosa, pero ahora entiendo el motivo», explica.
El periodista Álvaro Ayala vivió algo similar, como puede verse en la imagen que abre este reportaje: «Estaba grabando una rueda de prensa y sin mediar palabra Marcos se levantó y fue directo hacia mí para darme un abrazo. Acabé grabando el techo de la sala».
El doctor Williams alega que este comportamiento puede ser adorable en un niño, pero queda bastante extraño en un adulto. De ahí que el psicólogo japonés Saturo Tukoko, consultado por este medio, reconozca que la estrategia de Marcos Ortuño es digna de elogio. «Ha sabido canalizar su problema de tal forma que lo ha convertido en una virtud y en un signo intrínseco a su persona. Ha sabido incluso sacar rédito político de ello», afirma.
De hecho, el propio alcalde de Yecla ha señalado que lo hubiera pasado muy mal si las elecciones hubieran sido este año. «Estoy llevando muy mal lo del distanciamiento social, pero estoy seguro de que si no hubiera podido dar abrazos, mi campaña electoral habría sido mucho menos cercana. Me atrevo incluso a decir que podría haber perdido las elecciones», recalca.
Un problema en el extranjero
Pero, ¿qué ocurre cuando Marcos viaja fuera de España? Nuestro país se caracteriza por ser afectivo y cercano, de ahí que haya podido disimular este trastorno. Sin embargo, cuando en su viaje de novios visitó Japón, lo pasó muy mal. «Allí se considera de muy mala educación e intrusivo acercarse a un extraño y abrazarlo; lo pasé muy mal, a punto estuve de tener algún que otro problema grave con las autoridades», explica.
Aun con todo, el doctor Williams señalaba en su estudio de los años 60 que, «pese a sus desventajas, las personas con este síndrome ponen de relevancia algunos de los mejores rasgos humanos». Según sus datos, estas personas no tienen prejuicios raciales ni tribales, de ahí que el alcalde siempre esté rodeado de gente tan variopinta. Incluso en su propio equipo de gobierno.
De hecho, el doctor Williams explica que cuando vio al niño Carlo acercarse a tantos desconocidos sufrió por él, pues no sabía si alguien iba a reaccionar mal. «Sin embargo, el 99% de las personas respondía devolviendo el abrazo y de forma positiva. Asumía grandes riesgos y salía airoso casi siempre. Al fin y al cabo, ¿quién puede rechazar un tierno y cálido abrazo?», concluye.
Sus momentos estelares
Más allá del famoso vídeo navideño de 2019, Marcos Ortuño reconoce que su mejor momento del año se da durante la cabalgata de San Isidro. Ahí puede repartir abrazos sin descanso, sin dar explicaciones, porque el aire de felicidad y alegría que se respira en el ambiente invita a ello. «Este año, sin San Isidro, he sufrido mucho. Espero que el año que viene todo vuelva a la normalidad y pueda saciar mi ansia de abrazos durante ese día», añade.
Otro momento importante en el día a día de Marcos Ortuño tiene lugar cada 21 de enero, Día Mundial del Abrazo. De hecho, este 2020 lo vivió con intensidad sin saber lo que se avecinaba. «Ese día, di como 200 abrazos. Recuerdo que los dos primeros se los regalé a mis amigos Antonio Puche y Juan Antonio Sánchez nada más llegar al ayuntamiento. Sin embargo, en 2021 no podré celebrarlo más que en la intimidad de mi casa», reconoce afligido el alcalde.
Aun con todo, Marcos Ortuño ha confirmado que, cuando pase la pandemia, está pensando en superar el Récord Guinness del abrazo más largo del mundo, que se consiguió en 2012 en Londres. En esa ocasión, cuatro parejas se abrazaron durante 24 horas y 34 minutos seguidos. «Creo que sería una forma muy bonita de recuperar la normalidad cuando el coronavirus sea historia. Me comprometo a alcanzar las 25 horas», concluye.
¡Feliz 28 de diciembre!
Sirva esta pequeña inocentada para sacarnos una sonrisa en un año tan complicado como este, pero también para visibilizar este Síndrome, «no el del abrazo zalamero», sino el Síndrome de Williams, un trastorno que lamentablemente afecta a una de cada 7.500 personas nacidas en España y para el que todavía no hay cura.
El alcalde sigue sin estar diagnosticado, aunque seguro que se toma esto con una sonrisa. Además, las consecuencias del síndrome pueden ser más graves de las que irónicamente reflejamos en este artículo. Podéis saber más sobre este asunto en este reportaje de National Geographic.
Ya salen los rojos que les molesta todo. Muy bien por el periodico de Yecla.
Para gastar bromas hay que tener gracia, si no se tiene es mejor quedarse callado.
Abrazo incondicional entre Marcos y EPY.
Ya no sabéis cómo hacerle propaganda