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🌼 martes 30 abril 2024
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Un lápiz mágico

«Regalo un lápiz mágico» decía el anuncio en walapoo, yo buscaba una motosierra para cortar leña y prepararme para el invierno, pero ya sabemos como funciona esto de internet, que uno se pone a buscar información sobre tractores y encuentra culos.

El caso es que topé de manera casual con ese enlace, me puse en contacto con el generoso anunciante, que por cierto era un murciano que ahora vive en Calatayud y me contó que el lápiz en cuestión tiene la cualidad de convertir en realidad los deseos del escribiente, eso si, los deseos deben ser sentidos de corazón, no valen caprichos, ni asuntos baladíes, ni venganzas por resentimiento, ni deseos que tengan que ver con la lotería o beneficios monetarios y además el depositario del regalo se comprometa a regalar el lápiz ante de dos meses a alguien desconocido y no puedes devolverlo al propietario anterior; la cadena de generosidad debe seguir. Acepté. 

Y entonces me advirtió que en asuntos políticos el lápiz no funciona; eso me entristeció porque tenía pensadas un par de ideas novedosas para cambiar el rumbo desastroso del mundo. Pensé en armisticios, en treguas e incluso en amnistías mundiales: dibujaría un nuevo mapa político con gobiernos formados por gente culta y ecuánime que defendieran…nada, no me servía, pero bueno, seguiré pensando y seguro que encuentro alguna idea benefactora.

Esperé impaciente al cartero como un enamorado espera las cartas de su amada y por fin anteayer llegó un pequeño paquete por correo certificado, lo abrí con cuidado, estaba poseído por una emoción infantil y recordé mi primer bolígrafo comprado en la librería Narsio a los siete años camino del colegio, me temblaba el pulso de emoción.

 Ana dice que soy un idealista y es que mi mujer es una persona muy apegada al suelo y a la realidad, sin embargo a mí esto de la magia me entusiasma y siempre fantasee con tener una lampara como la de Aladino, de esas que sale un genio y te ofrece tres deseos. 

Mi perro asistía atento al desembalaje del paquete, la caja era de cartón sencillo y dentro, otra caja de cartón gris y dentro de esta, una de madera barnizada con bisagras a un lado y con cerradura en el lado contrario, y en otro paquete más pequeño, una llave dorada. 

Abrí con cuidado la cajita de madera haciendo girar la llave hacia la derecha con mucho cuidado, y envuelto en papel de seda blanco estaba el lápiz, pequeño y redondo, parecía una criatura adormecida o eso me gustó imaginar, la mina es de grafito gris, la madera está pintada de azul claro y con la punta afilada, el aspecto es el de un lápiz normal, pero dotado de un aura misteriosa, lo cogí entre los dedos con mimo, Saturno resollaba impaciente clavando sus ojos negros en la operación, Ana miraba el ritual con desconfianza, cogí un folio y quise empezar a escribir un deseo y aquí es donde me surgió el primer dilema: ¿Dibujo el deseo o lo escribo, qué deseo con tanta fuerza y que no tenga que ver con vienes materiales para que se haga realidad?, miré a mi mujer y le pregunté si me aconsejaba algo, me dijo que ella no confiaba en asuntos de brujería y no quería saber nada, miré a mi perro y se largó debajo de la mesa con el rabo entre las piernas.

Pensé: ¿ que llueva en el campo? no que ahora están vendimiando me contesté

¿Que aparezca mi hermana con su tarta de queso por la puerta? no, que ahora estará en su trabajo y no puedo interrumpirla ¿Que entre por la puerta el Panocha con una botella de vino de Jumilla y una ristra de longanizas? y en ese momento llamaron a la puerta y era él, me asusté por el poder del lápiz, por si era capaz de averiguar mis pensamientos, el Panocha entró riendo como siempre, resulta que habíamos quedado para comer y se me había olvidado, o sea que no existía la magia por telepatía del lapicero. Hice a mi amigo cómplice del regalo y ahora eramos dos tontos mirando el objeto mágico y el papel en blanco sin saber que pedir…

-¡Que la paz reine en el mundo! – dijo el Panocha

-Pareces una recién elegida Miss universo-le contesté

-¡Que se acabe el hambre mundial de una puñetera vez!- me parecieron dos ideas sencillas y buenas, escribí las dos frases con mayúsculas en el centro del folio y en ese momento dieron en la radio la noticias de los enfrentamientos entre Israel y los terroristas de Hamas y seguidamente hablaron unos tertulianos sobre el aumento de la pobreza en el planeta…las frases se borraron de inmediato y el papel volvió a ser de un blanco impoluto. 

-Eso eran asuntos políticos- advirtió mi mujer.

-Pues menuda mierda de lápiz mágico- dijo mi amigo

¿Un castillo enorme para Yecla, volver a la edad de cuarenta años, que mi perro aprenda a tocar el piano? Saturno ladró con fuerza, está en contra de la humanización de los animales. 

Llevaba dos noches dándole vueltas al asunto, soy el depositario responsable de este artilugio y no se me ocurría nada, pero esta madrugada entre el sueño y la vigilia tuve una iluminación  divina y ese será mi deseo:

Que los humanos al morir, en vez de en polvo se conviertan en agua y aneguen los campos y que florezca la hierba en los desiertos.


Relatos de Teo Carpena

Teo Carpena
Teo Carpena
Historias y leyendas de un hombre y su perro, que busca en los recuerdos su identidad. Teo Carpena emigró con su familia a Francia, después de la jubilación vuelve a Yecla y junto a varios amigos recompone su historia. Contacta conmigo en teocarpena@yahoo.es

«Regalo un lápiz mágico» decía el anuncio en walapoo, yo buscaba una motosierra para cortar leña y prepararme para el invierno, pero ya sabemos como funciona esto de internet, que uno se pone a buscar información sobre tractores y encuentra culos.

El caso es que topé de manera casual con ese enlace, me puse en contacto con el generoso anunciante, que por cierto era un murciano que ahora vive en Calatayud y me contó que el lápiz en cuestión tiene la cualidad de convertir en realidad los deseos del escribiente, eso si, los deseos deben ser sentidos de corazón, no valen caprichos, ni asuntos baladíes, ni venganzas por resentimiento, ni deseos que tengan que ver con la lotería o beneficios monetarios y además el depositario del regalo se comprometa a regalar el lápiz ante de dos meses a alguien desconocido y no puedes devolverlo al propietario anterior; la cadena de generosidad debe seguir. Acepté. 

Y entonces me advirtió que en asuntos políticos el lápiz no funciona; eso me entristeció porque tenía pensadas un par de ideas novedosas para cambiar el rumbo desastroso del mundo. Pensé en armisticios, en treguas e incluso en amnistías mundiales: dibujaría un nuevo mapa político con gobiernos formados por gente culta y ecuánime que defendieran…nada, no me servía, pero bueno, seguiré pensando y seguro que encuentro alguna idea benefactora.

Esperé impaciente al cartero como un enamorado espera las cartas de su amada y por fin anteayer llegó un pequeño paquete por correo certificado, lo abrí con cuidado, estaba poseído por una emoción infantil y recordé mi primer bolígrafo comprado en la librería Narsio a los siete años camino del colegio, me temblaba el pulso de emoción.

 Ana dice que soy un idealista y es que mi mujer es una persona muy apegada al suelo y a la realidad, sin embargo a mí esto de la magia me entusiasma y siempre fantasee con tener una lampara como la de Aladino, de esas que sale un genio y te ofrece tres deseos. 

Mi perro asistía atento al desembalaje del paquete, la caja era de cartón sencillo y dentro, otra caja de cartón gris y dentro de esta, una de madera barnizada con bisagras a un lado y con cerradura en el lado contrario, y en otro paquete más pequeño, una llave dorada. 

Abrí con cuidado la cajita de madera haciendo girar la llave hacia la derecha con mucho cuidado, y envuelto en papel de seda blanco estaba el lápiz, pequeño y redondo, parecía una criatura adormecida o eso me gustó imaginar, la mina es de grafito gris, la madera está pintada de azul claro y con la punta afilada, el aspecto es el de un lápiz normal, pero dotado de un aura misteriosa, lo cogí entre los dedos con mimo, Saturno resollaba impaciente clavando sus ojos negros en la operación, Ana miraba el ritual con desconfianza, cogí un folio y quise empezar a escribir un deseo y aquí es donde me surgió el primer dilema: ¿Dibujo el deseo o lo escribo, qué deseo con tanta fuerza y que no tenga que ver con vienes materiales para que se haga realidad?, miré a mi mujer y le pregunté si me aconsejaba algo, me dijo que ella no confiaba en asuntos de brujería y no quería saber nada, miré a mi perro y se largó debajo de la mesa con el rabo entre las piernas.

Pensé: ¿ que llueva en el campo? no que ahora están vendimiando me contesté

¿Que aparezca mi hermana con su tarta de queso por la puerta? no, que ahora estará en su trabajo y no puedo interrumpirla ¿Que entre por la puerta el Panocha con una botella de vino de Jumilla y una ristra de longanizas? y en ese momento llamaron a la puerta y era él, me asusté por el poder del lápiz, por si era capaz de averiguar mis pensamientos, el Panocha entró riendo como siempre, resulta que habíamos quedado para comer y se me había olvidado, o sea que no existía la magia por telepatía del lapicero. Hice a mi amigo cómplice del regalo y ahora eramos dos tontos mirando el objeto mágico y el papel en blanco sin saber que pedir…

-¡Que la paz reine en el mundo! – dijo el Panocha

-Pareces una recién elegida Miss universo-le contesté

-¡Que se acabe el hambre mundial de una puñetera vez!- me parecieron dos ideas sencillas y buenas, escribí las dos frases con mayúsculas en el centro del folio y en ese momento dieron en la radio la noticias de los enfrentamientos entre Israel y los terroristas de Hamas y seguidamente hablaron unos tertulianos sobre el aumento de la pobreza en el planeta…las frases se borraron de inmediato y el papel volvió a ser de un blanco impoluto. 

-Eso eran asuntos políticos- advirtió mi mujer.

-Pues menuda mierda de lápiz mágico- dijo mi amigo

¿Un castillo enorme para Yecla, volver a la edad de cuarenta años, que mi perro aprenda a tocar el piano? Saturno ladró con fuerza, está en contra de la humanización de los animales. 

Llevaba dos noches dándole vueltas al asunto, soy el depositario responsable de este artilugio y no se me ocurría nada, pero esta madrugada entre el sueño y la vigilia tuve una iluminación  divina y ese será mi deseo:

Que los humanos al morir, en vez de en polvo se conviertan en agua y aneguen los campos y que florezca la hierba en los desiertos.


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Historias y leyendas de un hombre y su perro, que busca en los recuerdos su identidad. Teo Carpena emigró con su familia a Francia, después de la jubilación vuelve a Yecla y junto a varios amigos recompone su historia. Contacta conmigo en teocarpena@yahoo.es
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