Los vinos murcianos de las denominaciones de origen de Jumilla, Yecla y Bullas se han unido a un proyecto nacional para obtener la llamada ‘huella dactilar’ del vino, que permitirá contar con una potente herramienta frente a las falsificaciones. La consejera de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá, reconoció que pertenecer a esta red «permitirá al sector vitivinícola de la Región poder certificar sus vinos en origen y destino, con la seguridad de que el análisis y el resultado será el mismo en ambos países».Este sistema se lleva a cabo utilizando técnicas de resonancia magnética nuclear de protón (RMN-H1). El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), a través de la Estación Enológica de Jumilla, en coordinación con los consejos reguladores de las tres denominaciones protegidas, son los encargados de recoger más de 100 muestras de vino de las distintas denominaciones de origen regionales y enviarlas a la Estación Enológica de Haro para que sean analizadas con técnicas de RMN.
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Resonancia nuclearLa resonancia magnética nuclear de protón permite identificar, de forma simultánea, más de 50 compuestos que están presentes en el vino. En concreto, todos aquellos que poseen átomos de hidrógeno en su estructura molecular. Cada uno de estos compuestos exhibe varias señales en el espectro de RMN-H1, configurando en conjunto su ‘huella dactilar’, es decir, un perfil único y característico para cada vino.Este identificador se introduce en una base de datos que contiene muestras de otros vinos, estableciendo sus semejanzas y diferencias, ubicando y analizando cada variedad, los distintos años y las diferentes zonas de vinificación y países del resto de los presentes en el banco. Mediante esta comparación, se puede determinar con precisión el origen, la variedad y la añada de un vino. Esta base de datos se encuentra en fase de desarrollo y en ella participan los principales países productores de vino: Francia, Italia, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Sudáfrica, Australia y España, aportando cada uno de ellos las muestras de sus vinos. En la actualidad, se dispone de datos de 13.000 muestras de vinos de todo el mundo, de las cuales 900 son de España.«Va a ser un avance importante en la trazabilidad de las transacciones comerciales de vino, pudiendo así controlar sabotajes, fraudes y falsificaciones de nuestros caldos, con la seguridad que ello comporta para el sector», manifestó con rotundidad Adela Martínez-Cachá.