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🍁 jueves 21 noviembre 2024
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Disparemos a la luna

Hace ya casi un año desde que en enero pasado me estrené en El Periódico de Yecla. Fue con un artículo sobre el mal estado del campo de futbol de La Constitución con el que tomé la alternativa. No pensaba que tras este iba a ser capaz de escribir otros doce más y que, además, los publicaran.

En todos ellos subyace un mismo sentimiento. La ciudadanía de Yecla se merece lo mejor. Y nunca menos que un habitante de Murcia, Madrid o Bilbao. El ser de “pueblo” no debería estar unido a resignación, autocomplacencia, y mucho menos a asumir que nuestros derechos deben ser relegados.

Por este motivo llevo decenios echando de menos un ánimo transformador y revitalizador y valiente en las decisiones políticas de Yecla. En cambio, abundan las decisiones cortoplacistas, sin riesgo, continuistas y más cercanas a decisiones de buenos funcionarios que de grandes políticos.

Es un síndrome contagioso. La prueba es que algunos lectores, tan solo por el hecho de alentar este debate de ideas, me han calificado como “antisistema”. Jeje, no. Es justo al revés, soy bastante normaloide: padre de familia, 3 hijos, trabajador por cuenta ajena durante 30 años…

¿Por qué no nos atrevemos a debatir el fondo de los asuntos y sí a etiquetarnos de inmediato y, con ello, a descalificar y enfrentarnos con aspectos ideológicos, que no lógicos?

Nos estamos viendo obligados a aceptar que esta sea la forma única y exclusiva del mundo político. Pero tener que admitir también que lo sea en el ámbito de la política cercana, de la política local, me parece realmente triste.

Más triste todavía cuando en los entornos laborales se fomenta el diálogo, y se admite con normalidad que con la confrontación de ideas se avanza mejor y más rápidamente (existe un dicho empresarial que dice que “si una empresa tiene dos consejeros que opinan lo mismo, uno de ellos sobra”).

Igual en el mundo de las asociaciones, donde los socios debaten y expresan posiciones para converger en el objetivo común.

O, igualmente, en los ámbitos educativos, donde la expresión y comunicación respetuosa de ideas es un punto esencial de madurez y desarrollo para el alumnado.

Hace años, cuando surgió la democracia española, nuestros políticos se jugaron mucho, algunos de ellos, hasta hace bien poco, incluso la vida.

Tenían ideales, objetivos que cumplir, y vivían para la política y no de la política como ahora ocurre. Ahora los partidos no aceptan la discrepancia. La obediencia es esencial para el ascenso o para la simple permanencia. Hay que ser, por encima de todo, obediente. Y en el ámbito local parece que también.

Y, si a la obediencia debida, se le suma la confrontación como argumento básico, ya tenemos el show que distrae a ciudadanos y apaña la inacción.

Me aburren los debates políticos. Todos previsibles. Cualquiera de nosotros es capaz de adivinar y anticipar las respuestas. Sumisos al pensamiento único.

Eso sí, a veces no por previsibles llegan a impactar. Como el tweet que escribió hace unas semanas un concejal de nuestro Ayuntamiento que llegó a acusar al Partido Popular de los asesinatos franquistas. De inicio me pareció realmente extraño (desde Yecla, un chico joven, sin venir a cuento…). Enseguida oí a su líder nacional con el mismo argumento.

Por otra parte, gobernantes con responsabilidades y poderes absolutos, que emplean gran parte de su tiempo en hacer oposición a la oposición. Confunden el objetivo. No debería ser su supervivencia y sí la de su ciudad y ciudadanos. La competición electoral continua de algunos, no debería ser el cometido de los políticos de mi pueblo, y sí que debería serlo el encontrar el tono para la cooperación y la colaboración con el único objetivo de velar por el desarrollo local que las yeclanas y yeclanos nos merecemos.

Dejemos de ser “cristobicas” y pongámonos a transformar un pueblo que se asemeja demasiado al que era hace 30 años. Y es que no hacer nada sí que es hacer algo.

El próximo 2021, si me lo permiten El periódico de Yecla y sus lectores, seguiré exponiendo mis ideas, y seguiré en el mismo empeño de intentar provocar cambios que mejoren nuestras vidas yeclanas.

Como dice la teoría de Moonshot Thinking (dispara a la luna), no nos quedemos cortos, pongámonos una meta grandiosa, por lejana que nos parezca, y que no nos asuste lo que ahora nos puede parecer imposible. Quizás no lleguemos a la Luna, pero sí a la estratosfera.

 

¡ Feliz Año 2021 ! Conrado Padilla


 

Conrado Padilla Marco
Conrado Padilla Marco
“Mi Rincón de Pensar”. Donde con pasión y determinación, mente abierta y creatividad, abrazo las ideas de cambio que, humildemente, creo que pueden ayudar a trasformar mi pueblo, Yecla. Contacta conmigo en conrado.padillam@gmail.com

Hace ya casi un año desde que en enero pasado me estrené en El Periódico de Yecla. Fue con un artículo sobre el mal estado del campo de futbol de La Constitución con el que tomé la alternativa. No pensaba que tras este iba a ser capaz de escribir otros doce más y que, además, los publicaran.

En todos ellos subyace un mismo sentimiento. La ciudadanía de Yecla se merece lo mejor. Y nunca menos que un habitante de Murcia, Madrid o Bilbao. El ser de “pueblo” no debería estar unido a resignación, autocomplacencia, y mucho menos a asumir que nuestros derechos deben ser relegados.

Por este motivo llevo decenios echando de menos un ánimo transformador y revitalizador y valiente en las decisiones políticas de Yecla. En cambio, abundan las decisiones cortoplacistas, sin riesgo, continuistas y más cercanas a decisiones de buenos funcionarios que de grandes políticos.

Es un síndrome contagioso. La prueba es que algunos lectores, tan solo por el hecho de alentar este debate de ideas, me han calificado como “antisistema”. Jeje, no. Es justo al revés, soy bastante normaloide: padre de familia, 3 hijos, trabajador por cuenta ajena durante 30 años…

¿Por qué no nos atrevemos a debatir el fondo de los asuntos y sí a etiquetarnos de inmediato y, con ello, a descalificar y enfrentarnos con aspectos ideológicos, que no lógicos?

Nos estamos viendo obligados a aceptar que esta sea la forma única y exclusiva del mundo político. Pero tener que admitir también que lo sea en el ámbito de la política cercana, de la política local, me parece realmente triste.

Más triste todavía cuando en los entornos laborales se fomenta el diálogo, y se admite con normalidad que con la confrontación de ideas se avanza mejor y más rápidamente (existe un dicho empresarial que dice que “si una empresa tiene dos consejeros que opinan lo mismo, uno de ellos sobra”).

Igual en el mundo de las asociaciones, donde los socios debaten y expresan posiciones para converger en el objetivo común.

O, igualmente, en los ámbitos educativos, donde la expresión y comunicación respetuosa de ideas es un punto esencial de madurez y desarrollo para el alumnado.

Hace años, cuando surgió la democracia española, nuestros políticos se jugaron mucho, algunos de ellos, hasta hace bien poco, incluso la vida.

Tenían ideales, objetivos que cumplir, y vivían para la política y no de la política como ahora ocurre. Ahora los partidos no aceptan la discrepancia. La obediencia es esencial para el ascenso o para la simple permanencia. Hay que ser, por encima de todo, obediente. Y en el ámbito local parece que también.

Y, si a la obediencia debida, se le suma la confrontación como argumento básico, ya tenemos el show que distrae a ciudadanos y apaña la inacción.

Me aburren los debates políticos. Todos previsibles. Cualquiera de nosotros es capaz de adivinar y anticipar las respuestas. Sumisos al pensamiento único.

Eso sí, a veces no por previsibles llegan a impactar. Como el tweet que escribió hace unas semanas un concejal de nuestro Ayuntamiento que llegó a acusar al Partido Popular de los asesinatos franquistas. De inicio me pareció realmente extraño (desde Yecla, un chico joven, sin venir a cuento…). Enseguida oí a su líder nacional con el mismo argumento.

Por otra parte, gobernantes con responsabilidades y poderes absolutos, que emplean gran parte de su tiempo en hacer oposición a la oposición. Confunden el objetivo. No debería ser su supervivencia y sí la de su ciudad y ciudadanos. La competición electoral continua de algunos, no debería ser el cometido de los políticos de mi pueblo, y sí que debería serlo el encontrar el tono para la cooperación y la colaboración con el único objetivo de velar por el desarrollo local que las yeclanas y yeclanos nos merecemos.

Dejemos de ser “cristobicas” y pongámonos a transformar un pueblo que se asemeja demasiado al que era hace 30 años. Y es que no hacer nada sí que es hacer algo.

El próximo 2021, si me lo permiten El periódico de Yecla y sus lectores, seguiré exponiendo mis ideas, y seguiré en el mismo empeño de intentar provocar cambios que mejoren nuestras vidas yeclanas.

Como dice la teoría de Moonshot Thinking (dispara a la luna), no nos quedemos cortos, pongámonos una meta grandiosa, por lejana que nos parezca, y que no nos asuste lo que ahora nos puede parecer imposible. Quizás no lleguemos a la Luna, pero sí a la estratosfera.

 

¡ Feliz Año 2021 ! Conrado Padilla


 

Conrado Padilla Marco
Conrado Padilla Marco
“Mi Rincón de Pensar”. Donde con pasión y determinación, mente abierta y creatividad, abrazo las ideas de cambio que, humildemente, creo que pueden ayudar a trasformar mi pueblo, Yecla. Contacta conmigo en conrado.padillam@gmail.com
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4 COMENTARIOS

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Me da envidia no saber expresarme tan bien como tú, los políticos de nuestro pueblo, seguramente son el reflejo de esta cuidad pueblerina y trasnochada. Me da mucha pena que mentes como la tuya no estén en puesto de mando. Sigue escribiendo, por favor.

  2. Con todo respeto. Quién es mas sabio? El que dice que jugando al parchís dará jaque mate a las blancas o el sabe antes de tirar un dado que ganará el que meta todas las fichas del mismo color en el casillero final? Lo primero queda más chupi, verdad? Con el mismo respeto sincero, ni aquí ni en Chinchón ni en Lepe permiten las normas del juego nada de lo escrito en el artículo. Al final… más populismo, que de eso sí sabemos hablar.

  3. Podría estar de acuerdo con Conrado en buena parte de lo que dice. Me gusta el; pongámonos a transformar este pueblo. Hay una vía de transformación, la ALTERNANCIA POLITICA. Unos 30 años que este pueblo apenas ha cambiado, muchos de estos años con gobierno PP en Yecla. Es la única vía.
    Nuestro «líder local» está más pendiente de su imagen, de las redes sociales, de abultar su clientela política que llega hasta algún ministro de dios… más que por una gestión diferente. Un claro ejemplo de político profesional (líder local) de toda la vida. Ya sería cuestión de debate si su carrera política es para servir o servirse.
    Pero también entiendo que «no debemos estar en la luna».
    Que Yecla con una amplísima pequeña burguesía industrial y una clase trabajadora «distraída» el relevo no será fácil.
    ¿Si la alternancia no se produce? Conrado, más de lo mismo.
    Cuánto pase la pandemia, besos, abrazos, zalamerías…y todo eso, será el proyecto municipal.
    ¿Quién es la alternancia? El pueblo lo crea en el momento sea consciente de su necesidad.
    ¿Cuándo será el momento? No lo sabemos, este artículo me anima a pensar que no estamos lejos.

  4. Estimado Conrado, es la primera vez que te leo pero te aseguro que no será la última. Estoy en total sintonía con tu reflexión, la cual me ha parecido fantástica: sincera, directa, respetuosa y, a la vez, valiente.

    Creo que das en el clavo en todas tus afirmaciones. Me siento tan identificado cuando hablas del impacto que provocan las barbaridades que se escuchan (Twitter es una olla a presión de odio y descontrol), así como tu afirmación sobre los políticos que solo saben hacer “oposición a la oposición”.

    El avance es… ninguno. Nada avanza, nada mejora. Los jóvenes no mejoran a sus mayores, los noveles son mucho mas cobardes que sus abuelos, piensan en pequeño y no actúan, solo obedecen como discípulos de apóstoles mentirosos que solo generan, confrontación, negación e inacción

    En fin. Como muestra un botón. Pocos comentarios a tu excelente reflexión. Señal inequívoca de que dejas sin argumentos a aquellos que se alimentan del ruido y del odio para expresar sus pareceres. Los cuales ni tan siguiera son propios.

    Enhorabuena y Feliz Año a ti también.

Conrado Padilla Marco
Conrado Padilla Marco
“Mi Rincón de Pensar”. Donde con pasión y determinación, mente abierta y creatividad, abrazo las ideas de cambio que, humildemente, creo que pueden ayudar a trasformar mi pueblo, Yecla. Contacta conmigo en conrado.padillam@gmail.com
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