No hay marcha atrás de lo que ya estaba proyectado por el anterior gobierno. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, afirmó ayer en Alicante que pondrá en marcha las obras del tramo de la A-33 que une Yecla y Caudete.
Si bien no dio una fecha concreta para la licitación, el responsable de la cartera de Fomento confirmó que esa obra valorada inicialmente en 140 millones de euros es uno de los proyectos que el anterior Gobierno central tenía “maduros en el Plan de Infraestructuras de Carreteras”. Esa “maduración” puede ser la confirmación de que antes de que termine 2018 se ponga en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la licitación de la obra para la posterior adjudicación.
Ese fue uno de los principales titulares que dio Ábalos en su visita a Alicante donde participó en un desayuno informativo organizado por la Cadena SER y al que acudieron, entre otros, el presidente de la Generalidad, Ximo Puig, la vicepresidenta, Mónica Oltra, los presidentes de las diputaciones de Alicante, César Sánchez, y Valencia, Toni Gaspar, y los alcaldes de la ciudad, Luis Barcala, y Elche, Carlos González, entre otros políticos.
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Sobre la postura del Gobierno para con las autopistas, y, en concreto, sobre el futuro de la AP-7, se reafirmó en no conceder la prórroga de esta concesión y aseguró que para el Gobierno el mantenimiento de esta autopista anual es asumible, al situarlo en «veintitantos millones de euros». En todo caso, añadió que el problema del rescate de peajes es un asunto nacional y hay que tratarlo en su conjunto.
También lamentó que el tramo de la AP-7 de la circunvalación de Alicante tuviera que ser rescatado y se reafirmó en que «ni es viable ni vale la pena» volver a sacar su explotación a concurso público. «Me atrevería a plantear que el fin del peaje irá asociado al fin de la AP-7», apostilló.
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