No parece que se haya iniciado todavía la negociación política para atraer hasta Yecla la consejería demandada hace unas semanas. Otros menesteres les ocupan ahora. Es una lástima porque, justo a la que le había echado el ojo, estrena consejero. Quién sabe si hubiera sido buen momento.
Lo que tengo claro es que no va a ser una tarea fácil, primero porque la administración autonómica preferirá seguir “haciendo favores” antes que conceder derechos. Y segundo, porque cuanto más cercanos, políticamente hablando, están los gobiernos de las distintas administraciones, más difíciles se tornan las reivindicaciones. “A ver quién no va a salir en la foto…je,je”.
¿A que no se imaginan ustedes un acto de reclamación de fondos para la nueva comisaría, como el de hace unos días, si el gobierno central fuera de otro signo? Una idea para un primer paso. Que la ventanilla única lo formen funcionarios adscritos a Yecla, y no desplazados temporalmente, y que el servicio no dependa de personas concretas y sí de una administración completa y en Yecla. Cuesta lo mismo desplazarse de Yecla a Murcia que viceversa.
¿Se imaginan ustedes que los servicios de nuestro ayuntamiento se cerraran porque algunas de las personas que nos atienden se enfermara o disfrutara de vacaciones? Así es la ventanilla única. Dejamos la consejería, e imaginemos ahora que tenemos la esplendorosa Concejalía de Transformación digital e Innovación, dedicada a anticiparnos, formarnos y prepararnos para aprovechar la revolución que viene, mejor dicho, la revolución en la que ya vivimos.
Su cometido sería el de empujar la innovación, la promoción del I+D en el ámbito local, avanzar en la digitalización, no solo de los servicios públicos, sino también en el ámbito privado. He comprobado que existe una concejalía llamada “de nuevas tecnologías, tráfico y seguridad ciudadana y empleo y formación”. Concejalía completa y variopinta. Puede que la relación venga por las imprescindibles cámaras de seguridad y vigilancia que nos van a instalar, y que serán de alta tecnología, y de ahí la relación con tráfico y seguridad. Y es que, en materias de empleo y formación, cero esfuerzos de digitalización e innovación.
Sería una concejalía selectiva, donde los funcionarios y trabajadores más creativos, innovadores, resilientes y con ganas y capacidad de aprender cada día, formaran un grupo avanzado para liderar esta transformación y digitalización, los conquistadores de los nuevos territorios que requiere la administración local, y que animara y acompañara al resto de sectores y ciudadanos también. Podríamos empezar pensando en el teletrabajo de gran parte de los funcionarios, liberando espacio en los edificios públicos para otros usos, reduciendo gastos de mantenimiento, reduciendo tiempos de traslados de ida y vuelta, mejorando la conciliación.
Podríamos seguir con el compromiso de cero papel. Mientras que sea preciso imprimir un papel para reclamar o prestar un servicio, es posible y deseable una mayor digitalización. ¿Y que les parece la atención remota? Desde cualquier punto del casco urbano, vía whatsapp, o zoom, o teams, sin desplazarnos, incluso desde una casa de campo, poder ser atendido? De manera segura, cómoda, inmediata.
Imaginemos que Yecla se convierte en un pueblo con el 100% de sus ciudadanos conectados, y que nos preparamos ya para hacerlo en 5G. El acceso a internet de la población es básico para desarrollar la digitalización en el mayor grado posible. Hacer un esfuerzo en este sentido, no solo en el área urbana, también en los extrarradios, implicaría grandes beneficios para el futuro. Pensemos en tele-medicina, en la tendencia que existe de desplazamientos a áreas suburbanas para trabajar, por qué no hacerlo a Yecla, en la formación remota y acceso a conocimientos, teletrabajar para cualquier parte del mundo…
Toca comprobar nuestra web, la de nuestro ayuntamiento, www.yecla.es. Háganlo ustedes con sus teléfonos móviles, ¿han sido capaces de ver algo? Pues no es un hecho residual, más del 70% de los usuarios utilizamos los teléfonos móviles para navegar. Que cada cual extraiga sus conclusiones.
Hace unos días tuvimos noticias sobre un ciberataque al SEPE. Esperemos que la ciberseguridad de este ayuntamiento se haya tenido en cuenta suficientemente. Eso sí, que no sufran por la web. También existe un efecto perverso en la transformación digital, pero solo si no somos capaces de anticipamos y preparamos. Porque la digitalización va a afectar al mundo laboral, a las personas que trabajamos.
Vamos a necesitar migrar de una ocupación a otra, y no digo de una empresa a otra, sino de oficio. Alrededor de un 10% de los profesionales, antes de 2030, deberán reciclarse en su trabajo, y será más complejo para las mujeres. Es imprescindible que, para tal fin, las administraciones, la local entre ellas, junto con las empresas, colaboren para apoyar a estos trabajadores, dándoles el soporte formativo necesario. Implicará esfuerzos de reaprendizaje continuo, formación continua, pero la recompensa de hacerlo bien y rápidamente nos hará más resilientes, más talentosos y empleados mejor pagados.
Echemos un vistazo a nuestros grados formativos actuales: “Ebanistería y carpintería” y “Gestión administrativa”. Con una oferta formativa del siglo XX, el destino no puede ser otro que desempleo o subempleo. Y no son necesarios solo nuevos grados formativos, también es posible mejorar la formación y educación de los ciudadanos sin grandes grados y sin competencias de educación, tan solo hace falta tener ciudadanos que quieran recibirla, que necesiten aceptarla.
Una de las asociaciones más querida de Yecla, la Asociación de Amigos de la Música, demuestra cada día cómo sí es posible educar musicalmente a sus vecinos, sin aducir a competencias educativas.
Quiero dejarme unos renglones para hablar de la agricultura, y de la transformación que se podría emprender en los campos yeclanos. Apenas 200 agricultores activos existen en Yecla. La agricultura tradicional está al borde de la desaparición. Creo que, cruzando las tendencias actuales de sostenibilidad, unida al incremento del consumo de productos ecológicos, con campos semiabandonados y jóvenes desempleados, la transformación agrícola también es posible.
La última reflexión. A colación de los cambios que vivimos, con la irrefrenable velocidad de estos, y en relación con el eterno Plan de Ordenación Urbana. ¿Les parece que va a servir para algo? ¿Quién es el mago que puede realizar, en los momentos actuales, un plan para más de 3 o 4 años? ¿Merece la pena seguir esperando, invirtiendo el dinero de los ciudadanos, mientras se retienen decisiones claras, y que precisan de una rápida aplicación?
Transformemos el plan.
Desistamos del plan.
