De forma lenta pero constante en los últimos lustros las hectáreas de viñedos, y con ellos la viticultura en Yecla, pierden terreno. El número de hectáreas cultivadas con viñedos desciende paulatinamente pese a que los vinos de la Región de Murcia se encuentran uno de sus mejores momentos; cosechan premios en medio mundo, se elogia su relación calidad-precio y hay más bodegas en activo que nunca. La contradicción de ese momento dulce con la disminución de cultivos destinados a la producción de uva se debe a varios factores, pero destacan dos: el precio que se paga a los agricultores por el kilo de uva y la baja producción de los viñedos ante la falta de agua. Las estadísticas hablan de un efecto huida a otros lugares de los denominados “derechos de plantación”: Esa “escritura” permite al propietario de una hectárea de viñedos irse a otra zona de España donde tenga más agua para aumentar la producción y además las bodegas paguen más por el producto que recoge del campo.La plantación de viñedos en España no es libre. Está regulada y establece un máximo de hectáreas destinadas a este cultivo en todo el territorio. Ahora se ha abierto un reparto de un 1% más de derechos de plantación que se están yendo mayoritariamente a las grandes denominaciones de origen donde el precio de la uva se puede pagar hasta 3 o 4 veces más que en la Región.Según datos de la Consejería de Agricultura, desde 2012 hasta 2018 la hectáreas de viñedos para uva de vino en la Región han disminuido un 15,2%. Actualmente hay 22.664 hectáreas destinada a la viticultura.Llama poderosamente la atención el caso de la Denominación de Origen Yecla. Desde el año 2000 hasta 2018 se ha reducido un 50% los terrenos que tienen viñedos en el término municipal, según datos de la propia D.O. yeclana.Esa disminución se debió a principios de este siglo por las ayudas europeas al arranque de las cepas que pretendía regular y mejorar el precio de la uva bajando la oferta que había en el mercado. Algo que no se consiguió. El arranque fue aprovechado por muchos agricultores para jubilarse o cambiar a cultivos más productivos con una subvención bajo el brazo. Fue un buen negocio para algunos pero no arregló el problema.En los últimos años, los terrenos dedicados a este cultivo se van con los derechos de plantación a comunidades como La Rioja, Castilla-León o la vecina Castilla-La Mancha que es la que más vino produce en España.“El coste de la producción de un kilo de uva está en 40 céntimos. Los precios que se pagan aquí, en muchos casos, no llegan a esa cantidad”, explica Felipe Martínez Quintanilla, enólogo y agricultor yeclano. Ese mismo kilo de uva se pagó a más de 1 euro en denominaciones de origen como La Rioja durante las últimas campañas. Pero, a más precio menos competitividad para vender el vino. Es la pescadilla que se muerde la cola.“También es cierto que hay otros factores como que Yecla es una ciudad industrial y los jóvenes ganan más en el mueble. Los hay que se decantan por otros cultivos como la almendra, el olivar o los frutales que tienen mejores resultados económicos”, comenta Martínez Quintanilla.
Soluciones
La situación preocupa al sector. El propio consejero de Agricultura, Miguel Ángel del Amor, considera que el actual sistema que permite la movilidad de los derechos de plantación a cualquier zona vitivinícola del país “debería limitarse, dificultarse de alguna manera” ya que “hay gente que lo vende por su modo de vida. Hay que conseguir que se queden porque será una inversión de futuro que dará buenos resultados”.Además, el consejero considera que las posible soluciones pasan por “poner en valor el viñedo de secano” con mejoras en el precio de la uva, y “nuevas estrategias como la celebración de congresos sobre la monstrell” o desarrollar la investigación.Precisamente, el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA) está trabajando en la genética de la uva monastrell, la variedad autóctona única en la zona. Se trata de investigar en aspectos como la mejora de la producción y darle nuevas características que mejoren a esta variedad que se cultiva exclusivamente en esta parte de España.Del Amor también ha destacado la importancia del viñedo en la Región de Murcia ya que “contribuye a mantener la población, el paisaje y el tejido social de determinadas zonas de Murcia con pocas alternativas de cultivo, sin olvidar la potente industria bodeguera”.Por su parte, el Secretario de la Denominación de Origen de Yecla, Antonio Candela, se queja de la facilidad que hay en Murcia para irse con las plantaciones a otros lugares. “En Castilla La Mancha se está dificultando ese traslado pero en Murcia no”. Además del tema de la rentabilidad, Candela también destaca que hay una generación de viticultores que no encuentran relevo en los jóvenes para seguir con algunas explotaciones agrarias. “Las políticas agrarias se hacen desde los despachos, cuando se tienen que hacer desde desde el campo. Hay incongruencias en aspectos como cuando un agricultor pide una reestructuración para renovar el cultivo una de las obligaciones es cambiar la variedad si tiene la monastrell. Eso es una incongruencia ya que tenemos que salvaguardar nuestra uva autóctona”, asegura este responsable de la Denominación de Origen Yecla que está “seriamente preocupado con lo que está pasando con la disminución de las hectáreas de viñedos”.