El pasado domingo, el Teatro Concha Segura de Yecla se llenó de música, emoción y orgullo con la celebración del Concierto Extraordinario de Santa Cecilia, patrona de los músicos. Organizado por la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY) y bajo la dirección de Ángel Hernández Azorín, este concierto marcó un brillante cierre a los actos conmemorativos por el 50 aniversario de la AAMY.
La velada, que contó con un programa ambicioso y variado, destacó por los estrenos absolutos de dos compositores locales, un merecido homenaje a los nuevos integrantes de la banda y la entrega del prestigioso Premio Santa Cecilia 2024 al compositor y director José Rafael Pascual Vilaplana, el ‘padre’ del pasodoble Yakka.
Estrenos que conectan pasado y futuro
El programa del concierto incluyó dos obras de estreno absoluto que reflejan el talento musical de Yecla y el compromiso de la banda con la creación contemporánea.
La primera, 1974, compuesta por Elías Ibáñez Lax, clarinetista de la banda, es una suite para banda sinfónica dividida en tres movimientos: El nacimiento del germen, El germen hace camino y La madurez del germen.
La obra, dedicada al 50 aniversario de la AAMY, evocó la historia y la evolución de la asociación. “Gracias por hacer que mis sueños se hagan realidad. Esta obra, aunque sencilla en su dificultad musical, está llena de sentimiento hacia mi banda, que me ha dado una forma de vivir”, expresó Ibáñez tras el evento, emocionado por la respuesta del público y de sus compañeros.
El segundo estreno fue Facta, non verba o monólogos del hacer, del joven compositor Juanma Palao. Esta innovadora obra, para banda sinfónica y dos cantantes en vídeo, sorprendió por su carácter experimental y su mensaje introspectivo.
Palao, en sus redes sociales, agradeció a todos los que hicieron posible el proyecto: “Desde el principio confié en que la banda de Yecla era capaz de afrontar un reto diferente, y lo demostraron anoche. Este estreno significa mucho para mí, por el apoyo recibido y por haber llevado mi música a un público tan especial”.
Yakka: el orgullo de Yecla, de nuevo en casa
El concierto comenzó con la interpretación de Yakka, el emblemático pasodoble compuesto por José Rafael Pascual Vilaplana en 2007 para la banda. Esta obra, dedicada a Yecla y a su director, Ángel Hernández Azorín, se ha convertido en un símbolo de identidad para la ciudad, trascendiendo fronteras y consolidándose como una de las piezas más reconocidas del repertorio internacional para bandas.
El título de Yakka hace referencia al antiguo nombre de Yecla, uniendo el pasado histórico con el presente musical de la ciudad. Desde su estreno, ha sido interpretada en prestigiosos escenarios de todo el mundo, llevando el nombre de Yecla a países como Estados Unidos, Suiza, Italia o Colombia, entre muchos otros.
Homenajes y un premio de gran calado
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue el homenaje a los nuevos integrantes de la banda, quienes recibieron un obsequio de manos de la alcaldesa de Yecla como reconocimiento a su incorporación en un año tan significativo.
El punto culminante fue la entrega del Premio Santa Cecilia 2024 a José Rafael Pascual Vilaplana, director y compositor de renombre internacional. Al recoger el galardón, el creador de Yakka pronunció un emotivo discurso en el que destacó la importancia de las bandas en la cultura de los pueblos:
«Este premio habla más de quien lo otorga que de quien lo recibe. Si Yakka ha llegado tan lejos, es gracias a la confianza y la sinceridad de los músicos de esta banda. Invertir en bandas es invertir en el futuro de una sociedad que promueve el trabajo en equipo y los valores a través del arte».
El reconocimiento fue especialmente significativo para Vilaplana, quien recordó el día en que la AAMY le encargó componer Yakka. “Este pasodoble se queda como un anillo entre nosotros. Es un símbolo de que la música de banda sigue siendo el eje fundamental de la cultura de nuestros pueblos”, afirmó el compositor.
Un final majestuoso
El programa se completó con piezas de gran calidad musical, como Per la flor del lliri blau de Joaquín Rodrigo, una selección de la zarzuela El barberillo de Lavapiés y el imponente final de Pini della Via Appia, de Ottorino Respighi, que cerró la velada con un clímax apoteósico. Ante ello, el director, Ángel Hernández, se vio «obligado» a interpretar un bis, que no fue otro que Yakka, poniendo así el broche de oro a una noche inolvidable para la banda y su historia.
Con este concierto, la AAMY concluye los actos conmemorativos de su 50 aniversario, un año cargado de eventos que han puesto en valor la trayectoria de esta emblemática institución y su impacto en la cultura musical local e internacional.