¿Necesita Yecla un auditorio?

La respuesta a la pregunta que abre este artículo es clara y rotunda: sí. Y lo necesita cuanto antes. Y no lo digo en calidad de músico de la Banda (y tras haber pasado un frío atroz en nuestro último concierto en la Plaza Mayor), sino como amante del teatro y de la cultura en general.

Ya está bien de no poder disfrutar de espectáculos de calidad en nuestra ciudad porque las dimensiones del escenario del Concha Segura son insuficientes para casi cualquier representación. Necesitamos un auditorio con las medidas suficientes, adaptado a los tiempos modernos, con unos camerinos amplios, con un acceso al escenario cómodo. 

El teatro Concha Segura es un edificio magnífico. Sin duda, un teatro referente en toda la comarca. Pero las dimensiones de su palco escénico constituyen un problema grave. Todavía recuerdo la primera vez que mi tío Fernando Marco, ‘el almendrero’, recientemente fallecido, me llevó por primera vez a una ópera. Tanto él como mi tía han sido siempre amantes de la música en general y de la ópera en particular. Recuerdo que fuimos a ver El Barbero de Sevilla de Rossini. Sería a finales de los 90′ o principios de la década del 2000. 

También recuerdo lo disgustados que salimos del teatro. La orquesta, de no más de 15 músicos, se apretujaba en un foso ridículo. Los actores apenas podían moverse porque para poder utilizar el foso hay además que retirar parte del escenario. En definitiva, un sindiós que minimiza (y ridiculiza) la grandiosidad de un espectáculo soberbio. 

Después me tocó sufrirlo con la banda. Primero intentaron solucionar le problema añadiendo unos suplementos para tapar los huecos de escalera que hay a ambos lados del escenario. Luego lo completaron con una estructura supletoria, por lo que se anulaban las primeras filas del patio de butacas.

Recuerdo esos conciertos con buen sabor de boca, incluido el último, donde interpretamos la majestuosa Vall de la Murta (unos meses antes de la pandemia), pero también con la sensación de ser sardinas en lata. Apenas podíamos movernos. Y si lo sufrimos los músicos de cuerda y viento, imaginad los percusionistas. Cualquier paso en falso puede ser catastrófico.

Y no solo hablamos de música…

Pero es que hay más. Como fanático del teatro, gracias al buen hacer de mi amigo Juan Martínez, que fue quien me adentró en estas lides, veo con resignación cómo la programación del Concha Segura es pobre en cuanto a obras de renombre porque por tamaño se hace imposible acogerlas cuando salen de gira desde Madrid o Barcelona. Solo hay que mirar la programación del teatro Regio de Almansa o del Teatro Chapí de Villena para ver que sus programaciones están a años luz de la nuestra.

Y es que como me comentaba Paco Azorín en la última entrevista que hicimos, apenas una o dos de sus escenografías cabrían en el escenario del Concha Segura. Y sí, es una pena que no podamos disfrutar en Yecla del magnífico trabajo de Paco que es, sin duda, uno de los mejores escenógrafos (y directores) que tenemos en nuestro país. 

Por cierto, este mes de octubre, el Chapí de Villena acogió «PuertasAbiertas», de Emma Riverola, con Cayetana Guillén Cuervo y Ayoub El Hilali y escenografía de Paco Azorín, tras su éxito en el Romea de Barcelona. Y en varias localidades de la Región se ha podido disfrutar este año con «La casa de los espíritus», de Isabel Allende, dirigida por Carme Portaceli y también con escenografía de Paco y con importante acogida de público en el Teatro Español de Madrid. Obviamente, ninguna de ellas ha venido a Yecla. 

Pero claro, el Teatro Regio tiene un escenario de más de 140 metros cuadrados (sin contar el foso para la orquesta, que es de casi cuatro metros de ancho). El escenario del Teatro Chapí es de 150 metros cuadrados. ¿Saben cuánto mide el escenario del Concha Segura? Según datos de la SGAE, en torno a 60 metros cuadrados. Es decir, menos de la mitad. Si aprovechamos todos los recovecos, la propia fundación señala que, como máximo, podrían alcanzarse los 90 metros cuadrados. Y todo ello sin hablar de los ínfimos camerinos o de las estrecha escaleras de acceso al escenario. 

Por tanto, por muy bonito y acogedor que sea el Teatro Concha Segura, está claro que Yecla necesita un recinto moderno que pueda acoger todo tipo de espectáculos y también, por qué no, a más espectadores. El teatro tiene unas 500 butacas aprovechables (558 en total), pero a su vez Yecla tiene eventos de renombre como el Festival de Jazz que puede acoger a más público. Por eso, construir un auditorio con unos 1000 asientos no es para nada descabellado en una ciudad con más de 30.000 habitantes.

¿Y cómo se financia un auditorio?

Pues hace unos años en Lorca se ayudaron de fondos europeos, de un sorteo extraordinario de la Lotería Nacional con destino a Lorca y de fondos autonómicos. Aun así, no es tarea mía, sino de los políticos que nos gobiernan, buscar soluciones a este problema. No cabe duda de que levantar un auditorio es costoso, pero, ¿cuántas obras de mediana o gran envergadura se han hecho en Yecla en la última década más allá del Edificio Bioclimático? Una ciudad como la nuestra necesita mejores y mayores inversiones, vengan del propio gobierno local, como del regional, del nacional o del europeo.

En Yecla somos muy poco reivindicativos. A excepción del Arabí, no nos gusta quejarnos (y por desgracia, espero equivocarme, creo que esa llama también empieza a apagarse). Por eso hemos tardado décadas en tener una autovía; por eso seguimos sin tener carretera digna a Fuente Álamo y por eso se inunda la carretera de Villena cada vez que llueve con cierta fuerza. 

Ojalá Yecla se una para reivindicar una cultura con mayúsculas, como décadas atrás lo hizo para reivindicar un hospital. Nuestra ciudad merece un auditorio con un escenario digno, con una programación a la altura de nuestra ciudad, con locales de ensayo para que las múltiples bandas de cornetas y tambores de Semana Santa puedan ensayar en condiciones decentes y para que las bandas de rock, pop, indie… que imperan en nuestra ciudad preparen sus discos y conciertos con cierto decoro.

Hay quien dice que la solución podría pasar por cubrir la plaza de toros o por habilitar la Feria del Mueble, pero sinceramente, creo que eso no serían más que parches para solucionar un problema que se arrastra desde hace muchos años. Aun así, no cabe duda de que cubrir la plaza de toros, como hicieron en Villena, podría ser un acierto para acoger otro tipo de festivales y conciertos (solo hay que ver el éxito que tienen en Villena), pero eso sería fruto de otro artículo. En cuanto a la Feria del Mueble, a pesar de que no deja de ser más que una nave sin condiciones para ofrecer un concierto o una obra de teatro, habría primero que solucionar un problema que atañe a este lugar desde hace años: la titularidad del edificio. ¿Es del Ayuntamiento o es de AREMA?

En definitiva, lo bueno es que ya se ha abierto el melón. Izquierda Unida-Verdes va a llevar al pleno la propuesta para que se redacte un proyecto de cara a levantar un futuro auditorio en Yecla. Va a ser un camino largo, pero hay que empezar ya a caminarlo. No podemos esperar más. Solo hace falta voluntad política para llevarlo a cabo. ¿Estarán nuestros políticos a la altura? Ojalá el sueño del Largo se haga pronto realidad.