Nuestro amigo y vecino Pelayo cuenta que su facilidad para la adivinación le viene de su abuela materna, que suele ser de quien se hereda la mayoría de cualidades.
Desde niño fue adiestrado en las predicciones a través del iris, escuchando el graznido de los cuervos o mirando las estrellas, y asegura que es descendiente directo de un famoso augur romano.
Afirma con una rotundidad de profeta que hay que acabar con el miedo a lo desconocido, porque eso es lo que nos embrutece. Así que estamos encantados con nuestro amigo y vecino que, además de adivinador, futurólogo, politólogo y hechicero, se ha vuelto auto-flexitariano, una dieta, que según él, se fundamenta en comer sólo lo que cada uno cosecha, caza, captura o pesca con sus propias manos; y ha montado una fragua en un cobertizo de su finca para fabricarse armas y herramientas. Lo veo manejar cuchillos, machetes y hachas tan afiladas y brillantes que me dan escalofríos.
Nos contó el otro día que en su dieta, al igual que chotos, podrían entrar perros, gatos o escarabajos. Dice que todos son saludables para una buena salud física y mental. Desde ese momento, su perro Turko y mi perro Saturno no le dan la espalda ni un solo instante; Alba, la gata de Ana, en cuanto lo ve aparecer por el camino, se mete debajo de la cama. Pero todo esto no deja de ser una extravagancia más, lo grave es que le ha dado por hacer predicciones sobre política y sobre literatura: Nos ha desvelado quién presidirá el gobierno de España los siguientes cuatro años, aunque eso no es difícil, lo complicado es saber quién lo presidirá dentro de veinte años.
También nos ha desvelado los títulos de las próximas novelas de éxito que todavía no se han escrito y en un sobre cerrado ha metido el nombre del siguiente premio Nobel de Literatura: Jorge Javier Vázquez. Hubo tres minutos de silencio hasta que habló Pedrito:
―¡Toma ya! Es una suerte tenerte dispuesto a adelantarnos el futuro, nos podrías decir el número del cuponazo de la ONCE del viernes o el de la lotería de Navidad.
―No quiero influir en el futuro ―señaló Pelayo, pero a mi nieto le ha puesto a estudiar matemáticas porque le ha dicho que será el comandante de una tripulación que viajará a Marte y el chaval anda estudiando a todas horas.
A Concha le ha asegurado que está a punto de recibir una herencia importante; ella, que es una mujer escéptica, se ha reído, pero entonces le ha lanzado un nombre: Federico Muñoz Martínez y a nuestra amiga se le ha mudado el color de su semblante y se ha emocionado.
―Ese era un tío de mi padre que se fue a Méjico y nunca hemos sabido nada de él.
―Pues querida mía, acaba de fallecer en Ciudad Juárez y testamentó a tu favor.
Y volviendo a la política, asegura que López Miras se va a retirar de la vida pública y se va a hacer monje cartujo.
―Eso no es posible ―le dice Salvador en pleno ataque de risa, y el adivino le lanza otra de sus frases:
―¡La Cruz se mantiene erguida mientras el mundo está revuelto!
Nos quedamos todos patidifusos y nos aclara que ese es el lema de la orden religiosa creada por San Hugo y por San Bruno.
―¿No habéis visto que siempre viste camisa blanca? Además, en el bolsillo de la chaqueta lleva un escapulario que le ha regalado el Papa Francisco.
―¿Y quién presidirá el gobierno de la Región de Murcia? ―le preguntamos inquietos.
―La infanta Sofía, que primero será senadora por un partido Borbónico-republicano que presidirá su primo Felipe Juan Froilán y después de casarse con un ilustre murciano se presentará a las elecciones autonómicas y las ganará por mayoría absoluta, pero para eso falta bastante tiempo.
El Panocha dice que eso le tranquiliza; los demás no sabíamos si reír o llorar y esperamos unos segundos por si estaba tomándonos el pelo, pero no, muy serio volvió a confirmar:
―Sofía de Borbón será nuestra presidenta al mismo tiempo que su hermana será reina de las Españas.
Vicente es quien más pábulo le ha dado al asunto y afirma que ese país entonces será casi perfecto; solo faltará que todos los monaguillos, sacristanes y párrocos españoles formen un sindicato patrio para reclamar que la liturgia de los domingos se oficie en panocho murciano, que pasará a ser lengua cooficial como el resto de lenguas de la península.
―Amén ―sentenció el Panocha.
