El pasado fin de semana, las chicas del Hispania de la segunda nacional de fútbol sala viajaron a Ceuta para disputar un nuevo partido de liga.
El partido comenzó a disputarse sin incidentes y con las yeclanas dispuestas a superar el mal sabor de boca que dejaron en la derrota de la pasada semana en casa. Sin embargo, las ceutíes jugaron con demasiada fuerza y sembraron el miedo en las jugadoras yeclanas, temiendo sufrir alguna dura entrada por parte de las locales.
Al descanso se llegó con empate a cero, mérito del gran partido de ambas porteras. En la segunda parte, el miedo pasó a segundo plano, dejando hueco a la frustración. El balón no quería entrar, los postes entraron en juego y con ello el desánimo de las jugadoras del Hispania.
Fue entonces cuando el equipo rival aprovechó una de las pocas oportunidades que las nuestras le permitió para meter el primer tanto. No se tardó mucho en encajar el segundo.
Quien conoce el deporte de competición sabe lo difícil que es pelear una remontada. Lejos de abandonar, las jugadoras yeclanas siguieron con los ataques hasta que en una jugada en la que el balón golpeó tres veces el palo, Laura consiguió el primer tanto que les devolvió al partido. Sin embargo, a falta de ocho minutos, las locales sumarían su tercer gol al marcador.
Un final injusto
El ambiente que allí se respiraba y el cansancio parecían alejar del objetivo a las visitantes. No obstante, gracias a un gol de Alba, se recortaron distancias. En esos momentos, era difícil no ver el peligro en la portería local y como si de una broma pesada se tratará, se llegó a la sexta falta por parte de las nuestras. Doble penalti que la jugadora contraria no lograría materializar.
Y fue así, tras varios minutos de portero-jugador, que por segunda vez Alba consiguió igualar el marcador: 3-3 a falta de 1 minuto. Y que sensación. Fue entonces, cuando a falta de 40” se produjo, a ojos de dos árbitros permisivos, la séptima falta, otro doble penalti. Esta vez, sí fue gol y el Hispania perdió por 4-3.
«Un espectáculo lamentable»
Tras la derrota comenzó, según el Hispania, «un espectáculo lamentable».
«No se puede permitir que unos árbitros con escaso interés de ser justos y un descarado sentimiento de simpatía hacia las locales, salgan espantados al finalizar el partido para no dar la cara», añaden desde la sociedad. «Tampoco es lógico que el protagonismo salga del campo de juego para concentrarse en la grada o en los banquillos. La cosa no va de ver quién chilla más o quién es capaz de despotricar sobre el otro, sino de unas jugadoras que van a disfrutar del deporte en equipo y, a ser posible, llevarse los tres puntos sin ninguna baja», añaden.
«Es por esto último que nos cuesta entender a los equipos que basan su juego en minar al rival a través de agresiones. (…) Ver que algunos utilizan nuestros partidos para desfogarse y arremeter contra otros o incluso nosotras mismas sus frustraciones nos hace querer dejar de esforzarnos», concluyen.
Puedes leer el comunicado completo en este enlace.
Por su parte, el Camoens ha manifestado mostrarse «enormemente sorprendido y decepcionado» por el comunicado del Hispania. Y concluyen que les sorprendió «la actitud de algunas jugadoras, que se cruzaron la pista para intentar agredir a nuestro entrenador de porteros, teniendo que intervenir algunos miembros de prensa del club».
En este enlace, el comunicado del Camoens.