Crear materiales que impidan que al tocarlos nos llevemos el virus impregnado en nuestras manos. Ese es el reto que se ha puesto el sector del mueble. Tal vez no llegue a tiempo para la Covid-19 que tiene paralizado el mundo pero sí para los próximos virus.No es un campo nuevo para este sector. Desde hace años trabaja con productos antibacterianos que son diferentes a los antivirus pero es un punto de partida muy interesante por lo aprendido.El Centro Tecnológico del Mueble y la Madera de la Región de Murcia (CETEM) lidera esta investigación. Hace unos días el Gobierno central le incluyó en el grupo de trabajo para la innovación y diseño en materiales, mobiliario y espacios Covid-19. El objetivo del Gobierno de España es buscar soluciones, en el corto y en el medio plazo, a las nuevas necesidades generadas por el coronavirus.El trabajo de Cetem se centra en aportar conclusiones en dos documentos. Uno, dirigido a estudiar el comportamiento de las personas en esos espacios cerrados. El otro documento es un trabajo técnico que estudie nuevos materiales avanzados que impidan la propagación del virus y que marque las recomendaciones a los proveedores de muebles. Este último es “la joya” de la investigación.“Estamos emprendiendo proyectos variados para combatir los virus con las técnicas relacionadas con las bacterias que ya hemos utilizado”, explica el director de CETEM, José Francisco Puche.Solo la investigación determinará si va a ser más o menos complejo pero el director de CETEM tiene claro “hay que estar preparado para lo que pueda venir con más virus o con un rebrote. Esta situación sanitaria de estar en alerta ante pandemias y enfermedades desconocidas llega para quedarse. Por eso hay que empezar ya en este campo de la investigación”.El objetivo es que el barniz, el plástico y otros materiales con los que trabaja el sector del mueble repelan los virus y no se conviertan en un foco de contagio. Pero el centro tecnológico tiene parte del camino recorrido con la investigación de materiales antibacterianos. “El mueble se ha preocupado de las bacterias porque cuando mueren se quedan en los tejidos y eso provoca mal olor”, explica Puche. Ese fue la causa que hizo que hace años empezará la investigación pensando más en la comodidad de tener una tela de sofá o de un colchón sin olores que en la salud del consumidor, aunque las dos van de la mano en este campo.El sector del mueble encontró la solución antibacteriana en la plata. Esa sustancia se impregna en elementos como telas o gomaespumas y de esta forma se eliminan las bacterias que puedan llegar en el uso diario.Una de las claves de estos tratamientos con plata es el tiempo que dura la impregnación. “La investigación de CETEM ha permitido que desarrollemos una patente que mantiene la impregnación de planta para siempre en los materiales”, asegura Puche quien está en negociaciones para que ese trabajo de los laboratorios del centro tecnológico pueda ser utilizado comercialmente por firmas privadas.
Colchones antivirus
Las nuevas circunstancias son también un momento de oportunidades. Las empresas que ya trabajaban con sistemas antibacterianos están ahora buscando soluciones a la demanda de productos que, además de satisfacer necesidades como la comodidad, también den satisfacciones como el sentirse seguro con elementos antivirus.Una de las empresas que ya comercializa colchones con telas que reducen el tiempo de presencia de virus en su superficie es Gomarco.El gerente de esta empresa yeclana, Juan Antonio Marco, explica que desde hace tiempo trabajan con sistemas antibacterianos en las telas con las que enfundan sus colchones pero tienen algo más. “Fabricamos un colchón de gama alta que el tejido con el que está hecho es hilo de plástico reciclado de los mares que además lleva un tratamiento que reduce el tiempo que un virus puede estar en su superficie”. Y aporta datos. En un tejido normal para fabricar colchones, pasadas dos horas el 85% de un virus como el Covid se van, por lo que aún hay un 15% que está presente. En el tejido de este colchón que fabrican en la empresa yeclana el 99,7% de los virus se han ido dos horas después. “Es algo nuevo. Es un tratamiento que ha surgido hace unas semanas y que aplicamos ya”.
Este empresario considera que el mercado es muy sensible a estas situaciones “porque al final es la salud. Se trata de evitar enfermedades en elementos como es un colchón donde pasas unas ocho horas todos los días, donde sudas, inhalas vapores de los productos con los que está fabricados”, comenta Juan Antonio Marco.
Estos tratamiento pueden encarecer en torno a un 30% del precio final del producto pero el consumidor parece estar dispuesto a pagarlo si se trata de mejorar la salud frente a bacterias y a los virus que vayan llegando.