Los juegos de mesa están en auge. Todos conocemos o hemos jugado alguna vez al parchís o a la oca, porque era habitual ver a familiares y amigos disfrutando de estos juegos, hasta hace relativamente pocos años.
Con la llegada de las nuevas tecnologías y las pantallas, parecía que los juegos de mesa iban a pasar a la historia, pero no ha sido así. Más bien todo lo contrario, están en plena expansión hoy más que nunca, por la gran variedad de juegos que han surgido para todos las edades y gustos.
Mª Ángeles del Río, lleva cinco años al frente de Menudo Cuento, una librería de Yecla especializada en cuentos educativos, literatura para adultos y juegos de mesa para todos los públicos. En su espacio realiza actividades para niños, a partir de 3 años, y padres, con el objetivo de facilitar un lugar de encuentro donde compartir tardes de cuentacuentos y juegos de mesa.
BENEFICIOS PARA NIÑOS Y GRANDES
En la actualidad, hay muchas versiones de los tradicionales juegos del parchís y la oca y una larga lista de juegos de mesa de todo tipo: educativos, creativos, didácticos, de estrategia y de cooperación, entre otros. Incluso de desafíos para un sólo jugador.
“Las posibilidades son infinitas, todo depende de qué habilidad se pretenda desarrollar. Pueden utilizarse tableros, cartas, dados, rol, miniaturas, escenarios, la variedad es muy amplia, al igual que los beneficios que aportan”, destaca Mari Ángeles. Además, “los juegos de mesa son una excelente manera de pasar un buen rato en familia o entre amigos porque sirven para socializar y compartir una tarde divertida”.
“En el caso de los juegos de cooperación, que son uno de mis favoritos, se fomenta el trabajo en equipo, la colaboración y la escucha activa. Si o sí tienen que ponerse de acuerdo porque es la única manera de avanzar y lograr los objetivos marcados».
Hay cada vez más centros educativos que durante el tiempo de recreo habilitan un espacio para que los alumnos puedan disfrutar de múltiples juegos de mesa y la experiencia está resultando muy positiva.
Desarrollar unas habilidades u otras va a depender del juego que se elija: sirven para reforzar conocimientos (colores, animales o partes del cuerpo), también para las matemáticas (sumar, restar, figuras geométricas, azar), ayudan a estrechar lazos, fortalecer el autoestima o realizar dinámicas que se pueden trasladar a la vida real.
Niños y adultos pueden aprender jugando a trabajar la paciencia, su capacidad de concentración y deducción, así como a tolerar la frustración o a saber aceptar la derrota, siempre desde el respeto al otro. “En realidad, es un regalo muy accesible que ayuda a mantener unida a la familia y dedicar tiempo de calidad a los hijos«, explica Mari Ángeles, de Menudo Cuento.
EL MUNDO DE LAS EMOCIONES
Los cuentos ayudan a los niños a desarrollar su imaginación y creatividad. A diferencia de lo que sucede cuando ven dibujos en una pantalla, a través de la lectura, los niños crean en su imaginación la historia que les están transmitiendo y esto es muy positivo para su desarrollo psicológico y emocional.
En los últimos años los libros sobre emociones son los más solicitados. También sobre relajación o mindfulness.
Según Mª Ángeles, “hay que tener en cuenta que no es suficiente con leer a un hijo un texto que explique qué es la tristeza o la rabia, sino que previamente lo ideal es que los padres hayan realizado ese trabajo interior de aprender a gestionar y conocer sus emociones, sólo así podrán ayudar al niño de verdad a que también reconozca y acepte sus emociones”.
Y añade que “para los adolescentes son muy útiles este estilo de cuentos, porque es una etapa de la vida en la que los libros pueden ser una valiosa ayuda, debido a que los jóvenes tienden a ser más reservados con sus sentimientos o les puede costar más expresarlos de forma adecuada y saludable”.
